Al DT Pellegrino nadie le podrá contar lo que hereda
HABILITADO POR AUZQUI, ZAPATA REMATA CRUZADO ANTE LA SALIDA DE IBAÑEZ PERO LA PELOTA CRUZARA EL ARCO Y SE IRA POR EL OTRO LADO
"A Verón lo estamos esperando"
COMENTARIO
Por ANIBAL GUIDI
¿Qué
se puede decir de un partido como el que jugaron ayer Estudiantes y
Godoy Cruz? Los que se adelantaron a calificarlo como “un bodrio” no
estuvieron desacertados. Y otros prefirieron volcarse hacia otras
cuestiones para evitar caer en el facilismo de calificar con dureza un
partido que solo quedará allá, arrumbado en las estadísticas. Por ANIBAL GUIDI
Está claro, además, que si hubieran sabido que en el Estadio Ciudad de La Plata que, dicho sea de paso, el estado de su piso dejó mucho que desear, el partido iba a ser así, no hubieran pagado la entrada, aunque ayer los empujó el hecho de que se recibían donaciones para los inundados, y nadie quiso escaparle a este hecho humanitario.
¿Qué generaron entonces Estudiantes y Godoy Cruz? Pues un partido para olvidar lo más pronto posible, en donde ninguno de los dos hizo algo más para escaparle a la chatura general, y el cero a cero final fue un ‘gran premio’ para los dos.
Claro que quedan, especialmente para los mendocinos, algún detalle de interés propio, como que sigue invicto de visitante, que sigue teniendo en la mira al líder Lanús, aunque con algo de distancia ahora, y que no perdió ante un equipo que está desesperado por ganar, ya que hace diez partidos que no puede sumar de a tres.
La presencia de Mauricio Pellegrino, el nuevo entrenador pincharrata, en la platea, hubiera resultado ayer un motivo extra para, soltando amarras, los jugadores pudieran sacar a relucir algunas de sus bondades futbolísticas como para ser tenidos en cuenta en la etapa que se pondrá en marcha hoy al filo del mediodía en el Country, pero ni siquiera eso los terminó incentivando.
Claro que si Pellegrino quería ver con sus propios ojos, en vivo y en directo, el material con que esta tarde comenzará a trabajar en City Bell, pues tuvo una demostración objetiva y aumentada incluso, sobre la pobreza que heredará del pobrísimo paso por allí de Diego Cagna. Nadie se lo podrá contar. Ya sabe que tendrá por delante un arduo trabajo que deberá abarcar todos los aspectos que hacen a la conformación de un equipo confiable, y si con urgencia tiene que atacar dos, uno sería el físico y el otro el anímico, sin desdeñar lo futbolístico, en donde la perdida de rumbo es más que preocupante.
Sabrá Pellegrino, que conoce nuestro fútbol y que ha mamado la escuela europea, cómo tendrá que ir sorteando cada una de estas dificultades que, partido a partido, se han ido agudizando. Un resultado positivo -el que Estudiantes busca casi con desesperación- sólo traería una bocanada de oxígeno. Pero, un resultado en contra, le mueve de inmediato la marea y arriba del barco se viven entonces situaciones de incertidumbre y temor.
Y ese miedo es el que se convierte en una pesadilla. Existe en el Pincha un claro temor a equivocarme y quedarse con las manos vacías. Temor a proponer un sistema de juego, que sea neutralizado y termine dañándolo. Así se juega hoy en nuestro fútbol. Y tanto Estudiantes como el Tomba no escapan a estas reglas impuesta por la misma competencia. Hizo un poco más ayer Estudiantes. En el complemento. Cuando Zuccarelli apostó a Núñez y Auzqui. Hubo movilidad, un poco más de llegadas. Zapata estuvo más acompañado, y anduvo merodeando, aunque no lastimando. Siguió faltando juego, eso sí. Dejaron de lado lo estético, la iniciativa ofensiva y solo se preocuparon por no sufrir en su área.
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