martes, 16 de abril de 2013

PELLEGRINO TIENE QUE CONSTRUIR UN NUEVO ESTUDIANTES

Su primer objetivo debiera ser alejar el peligro que se acerca  

Agotada la transición, urge que el club tome conciencia de todo lo que deberá hacer para soñar con un futuro tan agraciado como su pasado reciente

PELLEGRINO RODEADO DE JUVENILES. EL DT BUSCARA SER CLARO EN SUS CONCEPTOS PARA LOGRAR ENTENDIMIENTO
PELLEGRINO RODEADO DE JUVENILES.
EL DT BUSCARA SER CLARO
 EN SUS CONCEPTOS PARA LOGRAR 
ENTENDIMIENTO 
OPINION
Por MARTIN MENDINUETA
Uno coma cuatrocientos cincuenta y uno. Ese número, 1,451, que hoy lo ubica séptimo en la tabla de los promedios es el que tiene que crecer. Mucho, y cuanto antes mejor. Dicha cifra debe ser la referencia obligada. Imposible no tenerla en cuenta a la hora de tomar decisiones futbolísticas y económicas. Estudiantes dejó de ser rico. Ya no tiene aquella montaña de puntos que supo gestar títulos, acuñar satisfacciones imborrables y hasta despertar envidias.
La transición fue muy larga; demasiado como para que dejara saldo positivo. A Estudiantes le costó horrores darse cuenta de que “la fiesta había terminado” y que, como dijo dos años atrás el ex-presidente Edgardo Valente, se había vuelto obligatorio “empezar a barrer el salón”. Esa fue la clave. Allí estuvo el defecto; en creer que se podía “seguir bailando”, que “un rato más de buena música no sería tan dañino”.
Mauricio Pellegrino, director técnico argentino, europeizado y moderno, está hoy parado frente a un hermoso desafío: Construir al nuevo Estudiantes. Podrá hacer lo que mejor le parezca. Arranca de cero. No debe respetar ningún manual de estilo, porque lo último ha sido francamente pobre. Visiblemente molesto por la interrupción que sufrió su labor en Valencia, acá, en su país, lo espera un equipo sin identidad, desmembrado, con jugadores grandes en marcado declive y jóvenes ansiosos porque alguien les marque el camino desde el valor de la docencia.
UNA HERENCIA PESADA
Eduardo Berizzo, un hombre capaz, inteligente, aplicado y digno, llegó en mal momento al mismo lugar que hoy ocupa Pellegrino. El discípulo de Bielsa aterrizó en el Country justito después de la intempestiva renuncia de Sabella. Berizzo recibió un equipazo y, como era lógico que ocurriera, navegó por la duda de no tocar nada, propiciando que todo siguiera como entonces, o bien volcar su impronta conductiva, jugándosela ciento por ciento con sus ideas. “Longaniza” no tendrá ese problema. Hereda poquito: Arco sin dueño, defensa lenta, mediocampo burocrático vacío de creatividad y un moreno atrevido que se la banca solito arriba. El panorama invita a trabajar duro y con cierta prisa.
Seguro que no se aburrirá. Los sesenta y nueve puntos que se le borrarán cuando empiece el otro torneo, y los treinta y dos sumados hasta el momento, le están avisando que el peligro crece. Sumar es la consigna, el objetivo y la necesidad primaria. Acostumbrarse rápido a la mañera realidad del fútbol nacional le será imprescindible.
El flamante conductor otorga la sensación de tener muchos y muy buenos proyectos para implementar. Recién empieza su carrera como cabeza de un cuerpo técnico y se perciben sus ganas de trascender. El tiempo dirá si la creciente necesidad albirroja y el estilo innovador de Pellegrino consiguen o no generar un vínculo fuerte.
La metáfora de “barrer el salón” no significa sólo ajustar gastos; apunta también a actuar con madurez, a no privilegiar amiguismos y a ubicar cada cosa en su lugar. A respetar roles y optimizar funciones. A evidenciar seriedad en cada uno de los actos de gobierno. La “escoba” está lista.

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