El miércoles por la noche comenzó como un tibio rumor: que Walter
Erviti estaba en los planes de Estudiantes. La noticia explotó ayer, y
tomó dimensiones que por la tarde la propia dirigencia intentó bajarle
la intensidad.
Desde la Ciudad de Buenos Aires se informó que el
Pincha tenía todo arreglado con el volante de Boca, que desde hace un
tiempo está en la puerta de atrás para poder irse del club, cansado de
las internas xeneizes y de que Carlos Bianchi lo quiera utilizar como
carrilero por la izquierda. Es más, hasta se llegó a informar que el
jugador tenía el contrato arreglado con Estudiantes y que sólo restaba
la desvinculación de Boca para convertirse en el primer refuerzo de
Mauricio Pellegrino.
Desde la secretaría técnica le empezaron a
bajar los decibeles. Se dijo que el jugador había sido acercado y que,
por supuesto, gustaba mucho. “Pero la verdad creo que es algo imposible
de que pueda concretarse”, dijo una importante fuente albirroja.
Por
el lado dirigencial, los popes no se pusieron de acuerdo. Mientras que
unos lo desmintieron en forma tajante, otros aceptaron que el nombre
estaba arriba de la mesa y que esperaban la aprobación de Pellegrino
para poder avanzar a fondo.
Quien no hizo declaraciones fue Oscar
Cassata, el vice segundo que quedó al mando del fútbol profesional. Un
dato más que curioso, ya que hace unos meses quiso renunciar al
enterarse que Verón iba a ser el director deportivo.
En caso de
prosperar la llegada de Erviti a Estudiantes será un golpe notable en el
mercado de pases. “En este equipo puede jugar como un cinco adelantado o
lo que llaman el falso nueve...”, dijo un dirigente, entusiasmado como
un hincha. Hoy podría seguir la novela...
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