martes, 24 de septiembre de 2013

...Y el equipo que no aparece

Pellegrino está por llegar a la mitad del torneo sin mostrar el verdadero nivel de Estudiantes, que suma con empates


MAURICIO PELLEGRINO DEBERA METER MANO PARA DESPERTAR A SU EQUIPO DE UNA SIESTA QUE EMPEZO HACE TRES FECHAS
MAURICIO PELLEGRINO DEBERA METER MANO 
PARA DESPERTAR A SU EQUIPO DE UNA SIESTA 
QUE EMPEZO HACE TRES FECHAS
 
ANALISIS
Por MARTIN CABRERA
Muchas veces el clásico es el punto de inflexión. Para un lado o para el otro, los equipos empiezan a mostrar sus cartas una vez que se sacan de encima el peso emocional de este tipo de partidos. ¿Será este el caso de Estudiantes?
En las ocho fechas que se disputaron, todavía no se termina de entender el juego del equipo. Los cambios sistemáticos de jugadores en ofensiva no acaban de ensamblar al tridente de volantes. Y así el equipo se convirtió en un híbrido que, por momentos maneja bien la pelota, a veces la pierda, otras falla y, casi siempre, juega con el arco a 200 metros. Y de espaldas.
El clásico lo sufrió los 90 minutos. Sólo pudo ser superior a su rival en los dos minutos que transcurrieron entre la expulsión de Facundo Oreja y el gol de Matías Aguirregaray. Salvo esos dos minutos, y algunos arrebatos en el primer tiempo, Estudiantes no pudo someter a su rival. Ni siquiera manejando la pelota.
Pero el problema de esta nueva versión de Estudiantes, son los desacoples defensivos. Los tuvo contra Belgrano, los profundizó en Rafaela y los expuso ante su gente en el clásico. No hay retroceso de los volantes externos, fallan los centrales, y cada pelotazo se puede convertir en un dolor de cabeza. El equipo muestra un desacople que en cada fecha se va tornando más profundo. Una pelota perdida puede terminar en gol.
Pero el punto más preocupante de las fallas defensivas son los problemas que le genera cada pelota parada, todo un paradigma en este club. Gimnasia lo complicó, a tal punto que en una le marcó el gol y en otra estuvo a cinco centímetros de amargarle la tarde. Gerónimo Rulli perdió confianza, los últimos partidos de Vergini no fueron los del inicio y los laterales son mejores en ofensiva que en defensa.
MEJOR ANTES QUE AHORA
Extraño, pero el balance del Estudiantes de Mauricio Pellegrino es mejor en la segunda parte del torneo pasado que en este. Porque el nuevo DT asumió en las últimas diez fechas y sumó 16 puntos, mientras que en las ocho del Inicial llega a 11.
Aquel equipo, con menos jugadores y golpeado física y anímicamente se repuso en el tramo final. Así logró enderezar un poco el barco, que estaba caído. Con convicción, entrega y un Duván Zapata encendido, sumó lo necesario como para no estar tan ahogado ahora.
Pero para el Inicial se reforzó con mucho dinero. Trajo a un defensor del campeón argentino, a un delantero del Santos y a un lateral de la selección uruguaya. Y volvió Verón. Aun así, raro, el equipo no aparece. Tiene picos altos (el partido contra Boca y el final contra Newell’s), pero es capaz de no tener ni fútbol ni rebeldía contra Rafaela y Gimnasia. Y pasar desapercibido en el resto de los partidos.
El presente está lejos, lejísimos de ser preocupante. Pero el dato, objetivo, es que a Estudiantes lo separan sólo diez puntos del descenso. Y por eso está obligado a empezar a ganar. Los empates suman, pero a esta altura y teniendo en cuenta la inversión realizada, no alcanza. Sin Verón y tampoco su reemplazante (Damonte) deberá empezar a corregir. Tiene materia prima y un gran cuerpo técnico, pero por ahora el equipo no aparece...
¿Cambiará el esquema?
La falta de profundidad y el inminente regreso de Franco Jara podrían hacer cambiar de opinión a Pellegrino. ¿Dejará el 4-2-3-1 para jugar 4-4-2 como ante Lanús?

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