Mauricio Rosales, ya consolidado en la Primera de
Estudiantes, analizó su presente en el Pincha y habló del afecto que
recibe de la gente de su lugar. “Cuando era chico me preguntaban cuándo
iba a llegar y ahora me paran para preguntarme qué se siente vivir
esto”, indicó
"No se dan cuenta que vos sos mi vida". La frase, perteneciente a una
de las canciones más emblemáticas de la hinchada albirroja, luce en el
cuerpo de Mauricio Rosales, un futbolista que ha ratificado con hechos
ese cariño por Estudiantes.
Siempre predispuesto al trabajo, lo que le permitió evolucionar
notoriamente a lo largo de los años, el Chino, que había dado sus
primeros pasos en CRIBA, logró ganarse un lugar en la etapa de
divisiones inferiores y explotó en Quinta, año en el que debutó en
Reserva. Su progreso llamó la atención de Alejandro Sabella, quien lo
integró así al grupo principal para una pretemporada en Cariló. En 2012
tuvo la chance de concentrar y en 2013 finalmente llegó la chance del
debut en un torneo de Primera división: fue el 3 de noviembre, nada
menos que en el estadio Monumental, con victoria del Pincha por 2-1
sobre River Plate.
De aquel cotejo hasta aquí, el lateral derecho de 22 años ha sabido
encontrar un sitio en el equipo. Lo hizo con sus armas: envidiable
estado físico para recorrer la banda, temperamento para defender y buena
pegada en movimiento, como demostró en el centro que le tiró a Guido
Carrillo ante Vélez.
¿Cómo afrontás esta etapa de consolidación?
Con mucha felicidad porque uno siempre entrena para jugar. Este
martes no sé si me tocará estar contra Racing porque el director técnico
no me dijo nada aún, pero mi idea es siempre la misma: dar el máximo
para tener continuidad.
¿La buena actuación ante Vélez te fortaleció?
Los laterales suelen sumarse al ataque y cuando uno tira un centro
que termina en gol, genera mucha confianza. Fue un buen partido en lo
personal y también del equipo.
¿Soñás con el título?
Uno siempre sueña lograr títulos, jugamos para ganar cosas. Ojalá
algún día se me cumpla. El equipo está muy unido, pero todavía faltan
muchas fechas para hacer un pronóstico. Hay que seguir sumando.
¿Te entendés bien con Leo Jara por derecha?
Sí, nos entendemos bastante bien, con los relevos y demás. Me siento
muy bien en la posición de lateral derecho, jugué mucho tiempo ahí,
aunque siempre hay cosas por mejorar.
¿Sentís el reconocimiento en tu barrio?
Siempre. Cuando era chico, mis viejos me llevaban a todos lados y la
gente del barrio ya venía siguiendo lo que hacía desde las Inferiores en
el club. Siempre me preguntaban: ¿Cuándo vas a jugar? Y ahora me paran
para preguntarme qué se siente jugar en los estadios de Primera. Están
todos muy contentos. Con los chicos de CRIBA también hablo y me
mantienen al tanto de cómo están las cosas en el club, sigo teniendo
relación.
De tu casa al Country hay un buen rato…
Tengo unos 50 minutos, es un tramo largo, es cierto. Pero uno le toma
cariño a su lugar. Debe ser complicado irse, pero el fútbol tiene esas
cosas. Nunca sabés dónde podés llegar a parar.
¿Como llevan en tu familia el hecho de tener a un jugador de Primera en la casa?
Lo llevan con alegría pero también con tranquilidad. Yo sigo viviendo
con mis viejos y tengo un hermano menor y tres hermanas mayores, una de
las cuales ya no vive con nosotros. A mi viejo le suelen preguntar por
mí en el trabajo y eso lo pone contento. El jugaba al fútbol pero no se
mete a darme indicaciones porque sabe que para eso está la gente del
club. Aunque quizás alguna cosita pequeña me marca.
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