domingo, 30 de marzo de 2014

El resultado lo llenó de bronca, pero lo que vale es la campaña

CUANDO CONCRETE LO QUE GENERA, SERA TEMIBLE

Estudiantes continúa dando señales claras de estabilidad y eso genera confianza para el futuro. Aunque no haya ganado, con lo que hoy tiene, puede vestirse de candidato


EL PIBE LEONARDO JARA TIENE QUE SEGUIR PROBANDO DE MEDIA DISTANCIA. LO HACE BIEN
EL PIBE LEONARDO JARA 
TIENE QUE SEGUIR PROBANDO 
DE MEDIA DISTANCIA. LO HACE BIEN

OPINION
Por MARTIN MENDINUETA

Detrás de los gritos de gol que quedaron atragantados, del cabezazo que increíblemente no acertó en el arco Román Martínez, de aquel tiro fuerte de Correa que desvió Champagne, de las tres buenas oportunidades que el partido le entregó a Carrillo y del hermoso remate de media distancia de Leonardo Jara (tiene que seguir probando, lo hace bien) que devolvió el travesaño, Estudiantes encontró en Quilmes un escenario que jamás le será indiferente, la valiosa ratificación de estar transitando por un camino acertado.
Mereció ganar con holgura, pero no ligó ni una. Más allá de la bronca, del empate con sabor a poco y de la ácida impotencia por no haberse quedado con todo lo que había en juego, Estudiantes debe reflexionar con serenidad sobre la importancia de su actualidad. Superada la transición, consiguió armar un equipo sólido, muy bien perfilado para que el futuro le depare sonrisas.
Estabilizado en un escalón de rendimiento satisfactorio, instaló la certeza entre sus fieles de que la angustia por la permanencia ni siquiera lo va a rozar. Con respecto al año pasado, creció. Bastante. Ahora está para otra cosa. Para la pelea más linda. Si la va a ganar o no nadie lo sabe, pero se siente seguro para hacerle frente a cualquier rival.
Es cierto que el torneo otorga múltiples oportunidades para casi todos. Que Colón se ve allí arriba y la mayoría cree que sentirá vértigo para después caer. Que Boca y River padecen una alarmante pobreza futbolística. Que todavía falta mucho y la Copa Libertadores representa una exigencia tan brava como traicionera para Vélez, Newell’s, Lanús y compañía. En este cuadro de situación, el equipo de Pellegrino está allí, bien peinadito para la foto, expectante, ambicionando mayor efectividad en la red (esa es su principal carencia), y ocupando una posición en la tabla que le permite creer que puede “vestirse” de candidato al título.
 
TODO LLEVA SU TIEMPO
 
Después de varias campañas grises e ilusiones rotas, este presente albirrojo ofrece la fisonomía de una conquista muy esperada. Después de haber discutido y criticado a Berizzo, a Russo, a Cagna y hasta los interinatos de Azconzábal y de Zuccarelli, ahora tiene un director técnico que ha logrado un respetable nivel de aprobación. Al principio a él también le costó. Recién este año muchos hinchas empezaron a considerarlo como idóneo conductor para esta etapa.
Todo lleva su tiempo. Sólo la competencia irá entregando respuestas precisas. Si este equipo “made in City Bell”, que tan valorable mejoría ha tenido, también puede ir por la vuelta olímpica lo responderá su propio desempeño. El último viernes jugó para ganar. Y sin embargo, volvió a La Plata con un fastidio de novela.
La paciencia también es virtud. Si mira hacia atrás, Estudiantes encontrará en su pasado reciente momentos de preocupación e incertidumbre. ¿Cuánto vale entonces estar donde está?
Falta mucho camino por recorrer; lo realmente valioso es la campaña. Hay que esperar un poquito. Ya nos vamos a enterar para qué están “los leones” de Pellegrino.
 
Balance positivo
Estudiantes consiguió armar un equipo sólido, muy bien perfilado para que el futuro le depare sonrisas. El viernes mereció ganar con holgura, pero no ligó ni una

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