viernes, 29 de agosto de 2014

Medio partido le bastó al “León” para triturar a Boca y elevar su autoestima

ESTE BOCA. PERMITE TODO, HASTA QUE LE REGULEN EL CASTIGO

Si consigue mantener tan alto nivel de agresividad en ataque jugando de visitante, será uno de los mejores del campeonato. Vera acaparó flashes y aplausos, aunque Carrillo también se destacó


OPINION
Por MARTIN MENDINUETA

“¡Menos mal que los improvisados de la AFA recapacitaron y no lo suspendieron; mirá si nos perdíamos la oportunidad de hacer semejante negocio con este Boca de cotillón!”. El comentario se escuchó temprano, a mitad del primer tiempo, cuando el partido ya había tomado un rumbo inexorable.
Los hinchas de Estudiantes, al igual que Mauricio Pellegrino, elevaron el tono de la queja cuando se enteraron de que Luis Segura había aflojado ante la arremetida de Angelici por cambiar de fecha el partido. Querían jugar sí o sí.
Coincidían en que este era el momento ideal para enfrentar a un rival al que sólo le quedó el nombre de poderoso. Tenían razón, no podían dejar pasar la inmejorable oportunidad de seguir “haciendo leña del árbol caído”. Ayer decidieron echar a Bianchi (suena raro pero fue así).
“Viruta” hizo dos golazos (uno de antología y otro en off side), pero además dio la impresión de estar dispuesto a todo; a luchar, marcar y tirarse al piso
Hoy Boca da pena, aunque eso no invalida que en las próximas horas llegue el nuevo director técnico y pueda levantar su rendimiento.
Ante este Boca desnudo de juego, sin líderes ni personalidad colectiva, el “León” fue, cuando realmente se lo propuso, implacable. Buena presión y absoluto convencimiento para atacar fueron las virtudes más seductoras de quien necesitaba mostrarse firme ante su gente. Hizo lo que debía. Aceleró a fondo y lastimó. El capítulo inicial resultó el regalo más lindo que los jugadores albirrojos ofrendaron en los últimos tiempos.
La inclusión de Diego Vera le otorgó una imagen de mayor fortaleza al ataque. El ex Rafaela es el otro delantero que se sumó para armar en el área rival un bloque más peligroso.
“Viruta” hizo dos golazos (uno de antología y otro en off side), pero además dio la impresión de estar dispuesto a todo; a luchar, marcar, tirarse al piso, ensayar un sombrerito delicioso en el área chica, y nada menos que ante Agustín Orión, y también a complementarse con la prolijidad natural de Carrillo.
Guido esta vez no salió en las fotos, pero su aporte al equipo fue vital. La gestación del hermoso gol de Joaquín Correa lo tuvo como brillante protagonista. Fue tan sutil como certero para manejar la pelota en un laberinto de piernas antes de servirla en bandeja para el lucimiento de quien está en plena etapa de crecimiento.
Boca miró el partido sin jugarlo, como si se tratara de un combinado armado para un cotejo amistoso con figuras interesantes del medio local. Juntó en cancha a Carrizo, que se destacó en Central, Chávez, el que tantos goles hizo en Banfield, Castellani, figura reciente en Godoy Cruz, Echeverría, buen defensor de Tigre y Arsenal, y así seguían los apellidos conocidos.
Jamás se mostró como un equipo. Inconexo y de andar difuso, sus hombres sólo estaban unidos por la mirada resignada del abatido “Virrey”.

45 MINUTOS DE RELLENO
 
El segundo tiempo estuvo de más. Estudiantes aflojó claramente con respecto al ímpetu inicial y Boca... para qué le voy a contar. Entre uno al que sólo le preocupaba no cansarse de más, y otro que nunca tuvo ni siquiera la esperanza de poder incomodar al anfitrión, el complemento resultó un bodrio. Se hizo largo, aburrido, sin expectativas ni misterio.
Recién sobre el final, Calleri, llegado al “combinado” xeneize por su aciertos en All Boys, embocó una donde la defensa “Pincha” y especialmente Agustín Silva quedaron mal parados.
Fue la única mancha que se llevó Estudiantes para repasar en la intimidad del Country. El arco sigue en observación permanente. El gran desafío para el “Gori” será convencer a los hinchas del “León” de que pueden estar tranquilos con él bajo los tres palos.
Misión cumplida con creces por Estudiantes. Volvió a ganar de local, le alcanzó con ser intenso medio partido y, además, constató que el frente ofensivo luce mejor con la dupla Carrillo-Vera.
Ahora va por alcanzar otra meta: jugar de visitante con la misma determinación. Si lo consigue, el futuro le deparará elogios todavía más dulces. 

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