domingo, 21 de septiembre de 2014

El peor de los tres clásicos, poca motivación

Tras el clásico, la Ciudad en paz y el fútbol en deuda  

El Pincha y el Lobo empataron sin goles, en un partido que fue dominado por la chatura general

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COMENTARIO
Por NICOLAS NARDINI
Síntesis: Estudiantes - Gimnasia 
El clásico platense por el torneo, que terminó empatado sin goles, se vio claramente influenciado por el que jugaron, pocos días atrás, por la Copa Sudamericana. Aquel, sin llegar a ser brillante, tuvo todos los condimentos de un duelo de estas características, exacerbadas por el hecho inédito de tratarse de una eliminación directa y en el plano internacional. El de ayer pareció jugarse con el freno de mano puesto, aún rondaban en la cabeza de los protagonistas las sensaciones de lo vivido en la noche del martes. Para bien y para mal. Por el lado de Gimnasia, aquella decepción empujó al equipo a salir con otra determinación en búsqueda de una revancha que finalmente no llegó. Y en las huestes albirrojas, los deberes hechos en los clásicos coperos parecieron haber generado cierta sensación de inconsciente distensión en el plantel.
Todo esto, cruzado, de principio a fin, por una chatura futbolística que convidó al bostezo de los espectadores. Hubo imprecisiones por doquier, entregas a los contrarios y hasta una cantidad alarmante de pases a la nada misma. Los carteles de publicidad que circundan el campo tuvieron más habilitaciones que los delanteros en 32 y 25. 

LOBO DOMINADOR
 
Uno x unoTocado en el amor propio, el Lobo de Troglio salió al clásico con una actitud diametralmente opuesta a la del cotejo copero. Se plantó 30 metros más adelante, presionó bastante arriba y manejó más el balón.
Como contrapartida, el Pincha estuvo un par de escalones por debajo de lo que había mostrado la última vez que se vieron las caras. La ausencia de Correa desde el minuto inicial, dejó al equipo huérfano de fútbol. Le duró poco la pelota y, cuando estuvo como punta, Cerutti no fue el socio ideal para Guido Carrillo, que tuvo que pelear mucho en soledad.
Gimnasia, por momentos, recuperó la memoria y apeló a aquella manera de presionar que fue una marca registrada durante el torneo pasado. Esto entorpeció la salida clara de balón albirroja, con lo cual se congestionó la zona media, donde imperaron la fricción y los roces.
Uno x unoLa primera media hora de juego fue albiazul. La visita llegó claro con una de Rojas, otra de Ignacio Fernández y un cabezazo de Alvaro Fernández.
El dominio no llegó a ser nunca abrumador, aunque sí sorprendió teniendo en cuenta lo que se había visto en los últimos enfrentamientos. Sobre el final de la inicial, no obstante, el Pincha tuvo una ocasión clarísima para pasar al frente, tras un grosero error de Quiroga que no pudo ser capitalizado correctamente por Cerutti. El “Pocho” estuvo cerca de entonar otro grito de gol. 

DESPERTO EL PINCHA
 
El segundo tiempo encontró al Pincha con otra actitud. Recuperó en buena medida la tenencia de la pelota y equilibró la batalla por el balón en la zona media. El ingreso de Vera le dio más pimienta en ataque, al tiempo que Cerutti gravitó mucho más cuando pasó a la función de carrilero por derecha, partiendo desde la franja central.
La casi media hora de Correa en campo también fue un factor clave en el repunte albirrojo. El tucumano tomó las riendas de la generación de juego y el partido se tornó equilibrado.
Gimnasia salió tocado en su amor propio y mejoró la pálida imagen que había mostrado en la Copa. Estudiantes empezó dormido y después lo pudo equilibrar. El repartode puntos fue justo, ninguno hizo méritos como para ganar
Eso sí, todo en el marco de una acentuada escasez en materia de llegadas claras sobre los arcos. La fluidez de juego, de ambos lados, se vio afectada por el concierto de imprecisiones en que incurrieron los jugadores, cuestión que se agravó en la parte final por el cansancio.
El complemento tuvo tres aproximaciones de cierto peligro por cada lado, una muestra más de la paridad que gobernó la etapa final.
Quedó la sensación de que en el lado albirrojo descansaron, en buena parte del partido, en la inmensa alegría que habían conquistado días atrás a raíz de la clasificación copera ante su eterno rival.
Del lado albiazul, se vio a un equipo que salió a buscar una alegría para su gente y que no la alcanzó producto de sus limitaciones técnicas, carencias individuales que a esta altura ya casi no puede disimular. Se fue un partido que pasará rápido al olvido. Como inmortalizó Cerati en Soda Stereo: Primavera 0. La llegada de esta estación fue cero en goles y en fútbol para el Pincha y el Lobo. El León disfruta todavía de la alegría copera. El mens sana sigue esperando una revancha. 

BRONCA
Fue la que tuvo Barsottini en el momento en que abandonó el terreno. Pucho volvió a sufrir un golpe en el cuádriceps donde había recibido una “paralítica” en el clásico anterior y fue suplantado por Benítez a los 25 minutos de juego

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