jueves, 26 de febrero de 2015

Barrió al Barcelona, y ahora sí, le apunta al Clásico

El Pincha mostró buena parte de su repertorio ante Barcelona de Guayaquil y no tuvo problemas en su casa para derrotarlo con claridad y llegar entonado al choque ante el Lobo.



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Mejor debut en la fase de grupos no hubiera podido pedir. El Pincha se mostró de entrada confiado y seguro, y con mucha autoridad se hizo cargo del partido y en un rato pasó por arriba al Barcelona de Guayaquil.
El conjunto de Mauricio Pellegrino pegó en los momentos justos y consiguió una ventaja de dos goles tan rápido que la visita pareció no darse cuenta y tardó en esbozar un atisbo de reacción, que nunca llegó a traer peligro de su mano.
Estudiantes facturó rápido, cuando todavía se estaban estudiando, y luego de que Guido Carrillo iniciara una noche que terminaría siendo consagratoria, comenzó a dejar entrever lo que podía ser el trámite del encuentro.
Luego de tener algunas oportunidades que no pudo aprovechar, finalmente volvió a facturar algunos minutos después de la media hora de juego, y allí pareció sentenciar el partido, no solo por su nivel sino por la latente falta de herramientas de la visita.
En un partido en el que casi no pasó riesgos salvo aquel que vino por alguna pelota cruzada, el once Pincharrata mostró ese toque fluído que había insinuado por el torneo local y se limitó a dejar correr el reloj.
La clave fue sin dudas esa primera mitad, en la que marcó la cancha de entrada y le dejó en claro a su rival que iba a ser una noche complicada. Ese gran primer tiempo le permitió salir con otra confianza, además, para afrontar la segunda parte.
Un segundo tiempo que si bien no bajó en cuanto a su nivel sí mermó respecto de la intensidad. El Pincha puso el partido en el freezer y apeló al piloto automático, construyendo el partido de manera tal que pudiera administrar las energías.
Ahora se vendrá el partido ante Gimnasia, y en la antesala el Pincha no podría haber mostrado un mejor rendimiento, con puntos altos en todos los sectores de la cancha más allá de que fue un solo jugador el que se llevó todos los flashes.
Desábato volvió a ser la voz de mando desde el fondo en una defensa que no tuvo mucho trabajo. Sánchez Miño volvió a mostrar su calidad. Damonte volvió a dejar en claro que está en un gran momento y su presencia es vital.
Ezequiel Cerutti, en tanto, merece un párrafo aparte para sí solo, con una actuación que sirve para confirmar eso que viene demostrando a cada partido: que Pellegrino tiene en él una de las cartas más desequilibrantes del equipo.
Claro está, de todas maneras, que la noche platense fue la noche de uno solo y ese fue Carrillo. El punta oriundo de Magdalena se despachó con su primer triplete como jugador profesional y así llega dulce al Clásico. El Pincha, también.

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