CLASICOS OCHENTOSOS
Dos choques que no quedaron en el olvido
En el clásico 100, cargado de expectativa por los
años sin enfrentamientos, la alegría fue albirroja. El Lobo se tomó
revancha meses después, en el 101. Bocha Ponce y Gaby Pedrazzi reviven
sus tardes de gloria.
Por NICOLAS NARDINI INFORME
Tras casi siete años sin
enfrentamientos entre el Lobo y el Pincha por la pérdida de categoría
albiazul, la ciudad era un hervidero esperando un nuevo duelo entre Estudiantes y Gimnasia .
A eso hay que sumar que se trataba, nada más y nada menos, que del clásico número 100
en la era profesional. El número redondo y centenario agregó
grandilocuencia a un choque que había despertado en la región una
expectativa mayúscula.
Llegó la tarde del domingo 15 de septiembre de 1985
y se acabaron las palabras. Era el momento de la acción. El escenario
fue el viejo estadio de 1 y 57, con entradas agotadas desde varias horas
antes y una gran recaudación asegurada.
El Pincha mantenía la base del equipo que un par de
años antes había logrado alzarse con el Nacional y el Metropolitano,
aunque ya bajo el mando de Humberto Zuccarelli. El Lobo tenía la
estructura del elenco que había ganado el octogonal para regresar a la
“A”, pero ya con el oriental Luis Garisto como DT.
Tarde fría, gris y lluviosa sobre nuestra ciudad.
El único calor emanaba de las gargantas de los fanáticos de ambos
equipos que coparon cada rincón del estadio. El saldo opaco de una
jornada de fiesta fueron los incidentes que se produjeron en la previa,
con personas heridas y detenidos.
El árbitro del partido fue Juan Bava. A poco de
decretar el inicio, llegó, en el minuto 20, la primera y única gran
emoción de la tarde: “el gol fue de tiro libre, una jugada por
la derecha del ataque nuestro, ideal para pierna izquierda. Rematé y
rozó en alguien de la barrera (NdelaR: fue en Berta) y se clavó en el otro palo” . Las palabras son de José Daniel Ponce, el “Bocha” para el mundo del fútbol, jugador fino que dejó su huella en el León.
En diálogo con este diario, el Bocha recordó que
“en la previa recuerdo que conversábamos con los dirigentes y decían
que querían jugar un partido amistoso y nosotros decíamos que no
jugábamos con equipos de la B y no dábamos chance a que entrara dinero
por la recaudación. Recuerdo que cuando llegó el momento nosotros no
veníamos bien y cuando llegó el clásico 100 apareció el gol que se me
venía esquivando. Gracias a Dios y alegría para toda la gente
pincharrata” , rememoró el ex volante.
Ponce también destacó el notable trabajo que tuvo
aquella tarde un aún muy joven Luis Islas, que fue la figura en las
calificaciones individuales realizadas por este diario: “Luis estuvo espectacular y demostró porque estaba bajo los tres palos, atajó lo que tenía que atajar como un grande que es” , recordó.
El Bocha, para finalizar, recordó cómo fue el partido tras su gol: “claro
que ellos se vinieron con todo, hasta yo saqué un tiro de abajo de los
palos, pero lo que si estábamos seguro que podíamos perder cualquier
clásico, pero el 100 ni locos”, exclamó el ex futbolista pincharrata. Fue 1 a 0 para Estudiantes y delirio para la familia albirroja.
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