COMENTARIO. ESTUDIANTES CAYÓ 3-0 EN LA BOMBONERA DEJANDO UNA IMAGEN PÁLIDA Y DESLUCIDA
Otra vez jugó mal y para colmo los jugadores perdieron la línea. Ciclo en jaque
Por MARTIN CABRERA
COMENTARIO
COMENTARIO
Hacía muchos años que
Estudiantes no era superado por su rival como ayer ocurrió en su visita a
la Boca. Perdió 3-0, un resultado que pudo ser peor y que, sin dudas,
dejó el ciclo de Mauricio Pellegrino lleno de preguntas y con muy pocas
respuestas.
¿Qué le ocurrió a este equipo en un mes, que pasó
de ser sólido y brillante a éste que jugó ayer? Dos fotografías
diferentes que ni el propio técnico podrá encontrarle una explicación.
El Pincha perdió su juego, el orden, la humildad y hasta el corazón.
El mayor problema parece estar en el mediocampo,
donde los volantes de marca no recuperan y los extremos no son lo que
busca el técnico. Entre los cuatro no pueden mantener la pelota ni un
minuto en su poder y hacer eso contra un rival como Boca parece ser el
peor de los pecados.
El partido contra Boca fue partido hasta el gol de
Cristian Erbes, a los 38 minutos del primer tiempo. En esos minutos, que
de alguna manera fueron parejos, el equipo albirrojo tuvo una chance
clarísima de ponerse en ventaja. Fue a los 16 minutos, cuando Ezequiel
Cerutti desbordó por la derecha y arrojó un centro al corazón del área.
Allí, ganándole en el salto a los centrales estaba Diego Vera, que con
su parietal izquierdo hizo estrellar la pelota en el palo derecho de
Guillermo Sara, que se arrojó sin estar ni cerca de la pelota.
Esta fue la única chance clara que tuvo el Pincha.
Después llegaron los momentos de tensión, la pelea del Chavo Desábato
con Osvaldo y una temperatura por las nubes.
En ese contexto parecía que Estudiantes se llevaba
su cometido, pero Cristian Erbes recuperó una pelota en el medio, avanzó
unos metros, vio al arquero adelantado y con un derechazo clavó el 1-0
que empezó a definir el partido.
Tras cartón, cuando por las pantallas del estadio
repetían el gol llegó el segundo, que directamente cerró el partido.
Desborde por la derecha (Mauricio rosales sufrió los 90 minutos), falla
en la marca para que el delantero sin apellido definiera de derecha ante
la salida de Hilario Navarro.
Por derecha con Carrizo, por el medio con Erbes y
Meli y desde la izquierda con Colazo y Chávez, el Xeneize le tiró toda
su jerarquía encima y su vocación ofensiva. Lo maniató tanto que lo dejó
reducido a la nada.
DE MAL EN PEOR
El segundo tiempo estuvo de más. Por lo visto en el
primero nada hacía presumir que Estudiantes pudiese dar vuelta la
historia. Y así fue. Bueno, no del todo porque el Pincha mostró la peor
versión que puede tener un equipo: partido anímica y futbolísticamente.
Boca le tocó la pelota y lo hizo correr detrás de
ella. Y lo humilló como hacía tanto tiempo ningún rival lo hacía. A tal
punto que al partido le quedaban 20 minutos que parecían una vida.
Para colmo las expulsiones de Matías Aguirregaray y
Carlos Auzqui. En la primera de ellas el uruguayo y Jonatan Schunke se
dijeron de todo. Pocas veces una jugada desnudó tanta impotencia y tanta
miseria.
El final del partido, que tuvo otro gol de Boca tan
cantado como previsible, dejó la imagen de un plantel muy confundido al
nivel de la preocupación. Nadie sabe cuándo, cómo y por qué se produjo
el quiebre. Pero lo que quedó claro ayer es que así no puede seguir. Ya
no importa el juego y los resultados sino qué proyecto (y apoyo) hay
detrás de Mauricio Pellegrino.
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