Encontró el gol en el medio de la nada, pero no lo aguantó
Los cinco medios que
incluyó el nuevo esquema de Mauricio Pellegrino lejos estuvo de
garantizarle a Estudiantes la tenencia de la pelota, que de entrada por
lo menos fue patrimonio, casi exclusivo, de un Racing que anoche viajó
al Estadio Ciudad de La Plata con el firme propósito de quedarse con
todo.
La Academia propuso un juego de ida y vuelta,
rápido, sin demoras en la franja central, y en ese marco, con muchos
remates largos desde afuera del área, se equivocó Domínguez en la salida
y dejó la pelota en poder de Milito, quien interceptó y buscó definir
con un derechazo desde afuera del área que Domínguez consiguió tapar.
Los albirrojos pudieron salir recién cuando
apareció Cerutti, quien debió dominar pases largos que en la previa
seguro no estaban en los planes, porque el adelantamiento de un jugador
del fondo apuntó a un manejo más firme de la pelota, y consecuentemente
una mejor distribución de la misma.
Le pegó Alvaro Pereira desde afuera, luego de
recibir de Cerutti, pero no encontró el arco, y también probó enseguida
el Pocho, ahora con un pelotazo que Saja hizo fácil por estar bien
ubicado.
Le costó armarse a Estudiantes. Domínguez, que fue
el encargado de sacar la pelota desde la línea de fondo, se equivocó
demasiado en las entregas; Jara y Sánchez Miño no pudieron hacerse cargo
del armado: y ningún volante encontró la forma de complicar
desarrollando el juego por afuera.
El de anoche resultó el primer gol convertido por Sánchez Miño para los albirrojos en el presente campeonato
Racing sorprendió de entrada con un alto grado de
protagonismo, aunque después de un tramo inicial en el que se mostró
como dominador, fue como que dio un paso atrás y cometió equivocaciones
similares a las del Pincha, básicamente en el tratamiento de la pelota.
Igual, a los 22 minutos, y mostrando la buena
preparación de un tiro de esquina, luego de un centro cruzado de Nagüel,
por el medro se filtró Cabral para conectar de cabeza una pelota que
Hilario Navarro pudo sacar con un manotazo por sobre el travesaño.
Nada de lo que Estudiantes había planificado en la
previa pudo trasladarse al campo de juego a lo largo de todo el primer
tiempo, y para colmo de males, cuando estaba en plena búsqueda de su
mejor versión, una molestia física marcó la salida del uruguayo Vera, y
el ingreso apurado de Carrillo.
Pero ni la presencia del juvenil como delantero de
punta modificó en la parte final del primer tiempo un cuadro de
situación que prácticamente no incluyó jugadas de alto riesgo sobre los
arcos, más allá de aquel intentó de Cerutti con un disparo desde afuera
del área y el posterior cabezazo de Cabral.
Nada había cambiado en el segundo tiempo hasta que
Jara anticipó en la mitad de la cancha y salió rápido volcado sobre la
derecha. ¿Cómo resolvió el correntino? Con un centro bajo al medio del
área, por donde no pudo conectar Carrillo, pero si Juan Sánchez Miño,
quien acompañaba por atrás y definió con un zurdazo alto.
Con poquito, casi nada, el Pincha se puso un gol
arriba, y por más que no terminaba de elaborar jugadas en la línea de
medios, en una continuación de lo que había mostrado en la primera
etapa, al menos había conseguido evitar el toque del conjunto de
Avellaneda.
Pero no aguantó el equipo de Pellegrino, y a los 21
minutos, cuando Hilario ya había sido amonestado por hacer tiempo, una
corrida de Brian Fernández, ganándoles a Domínguez y Schunke, continuó
con un remate que devolvió Navarro pero aprovechó Bou, con un derechazo
esquinado que selló un empate a esta altura de la noche lógico desde
todo punto de vista.
De ahí en más, el único que puso en riesgo el
empate fue Luciano Acosta, quien en un cuarto de hora hizo más que todos
en ataque. Y si no hizo gritar el segundo de Estudiantes fue porque
Saja le sacó un pelotazo que viajaba al gol.
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