sábado, 4 de abril de 2015

Con nuevo dibujo, fue el mismo Pincha de las últimas fechas

Encontró el gol en el medio de la nada, pero no lo aguantó

Los cinco medios que incluyó el nuevo esquema de Mauricio Pellegrino lejos estuvo de garantizarle a Estudiantes la tenencia de la pelota, que de entrada por lo menos fue patrimonio, casi exclusivo, de un Racing que anoche viajó al Estadio Ciudad de La Plata con el firme propósito de quedarse con todo.
La Academia propuso un juego de ida y vuelta, rápido, sin demoras en la franja central, y en ese marco, con muchos remates largos desde afuera del área, se equivocó Domínguez en la salida y dejó la pelota en poder de Milito, quien interceptó y buscó definir con un derechazo desde afuera del área que Domínguez consiguió tapar.
Los albirrojos pudieron salir recién cuando apareció Cerutti, quien debió dominar pases largos que en la previa seguro no estaban en los planes, porque el adelantamiento de un jugador del fondo apuntó a un manejo más firme de la pelota, y consecuentemente una mejor distribución de la misma.
Le pegó Alvaro Pereira desde afuera, luego de recibir de Cerutti, pero no encontró el arco, y también probó enseguida el Pocho, ahora con un pelotazo que Saja hizo fácil por estar bien ubicado.
Le costó armarse a Estudiantes. Domínguez, que fue el encargado de sacar la pelota desde la línea de fondo, se equivocó demasiado en las entregas; Jara y Sánchez Miño no pudieron hacerse cargo del armado: y ningún volante encontró la forma de complicar desarrollando el juego por afuera.
El de anoche resultó el primer gol convertido por Sánchez Miño para los albirrojos en el presente campeonato
Racing sorprendió de entrada con un alto grado de protagonismo, aunque después de un tramo inicial en el que se mostró como dominador, fue como que dio un paso atrás y cometió equivocaciones similares a las del Pincha, básicamente en el tratamiento de la pelota.
Igual, a los 22 minutos, y mostrando la buena preparación de un tiro de esquina, luego de un centro cruzado de Nagüel, por el medro se filtró Cabral para conectar de cabeza una pelota que Hilario Navarro pudo sacar con un manotazo por sobre el travesaño.
Nada de lo que Estudiantes había planificado en la previa pudo trasladarse al campo de juego a lo largo de todo el primer tiempo, y para colmo de males, cuando estaba en plena búsqueda de su mejor versión, una molestia física marcó la salida del uruguayo Vera, y el ingreso apurado de Carrillo.
Pero ni la presencia del juvenil como delantero de punta modificó en la parte final del primer tiempo un cuadro de situación que prácticamente no incluyó jugadas de alto riesgo sobre los arcos, más allá de aquel intentó de Cerutti con un disparo desde afuera del área y el posterior cabezazo de Cabral.
Nada había cambiado en el segundo tiempo hasta que Jara anticipó en la mitad de la cancha y salió rápido volcado sobre la derecha. ¿Cómo resolvió el correntino? Con un centro bajo al medio del área, por donde no pudo conectar Carrillo, pero si Juan Sánchez Miño, quien acompañaba por atrás y definió con un zurdazo alto.
Con poquito, casi nada, el Pincha se puso un gol arriba, y por más que no terminaba de elaborar jugadas en la línea de medios, en una continuación de lo que había mostrado en la primera etapa, al menos había conseguido evitar el toque del conjunto de Avellaneda.
Pero no aguantó el equipo de Pellegrino, y a los 21 minutos, cuando Hilario ya había sido amonestado por hacer tiempo, una corrida de Brian Fernández, ganándoles a Domínguez y Schunke, continuó con un remate que devolvió Navarro pero aprovechó Bou, con un derechazo esquinado que selló un empate a esta altura de la noche lógico desde todo punto de vista.
De ahí en más, el único que puso en riesgo el empate fue Luciano Acosta, quien en un cuarto de hora hizo más que todos en ataque. Y si no hizo gritar el segundo de Estudiantes fue porque Saja le sacó un pelotazo que viajaba al gol.
 
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