Hoy se cumplen 13 años de su partida
Aquel
27 de abril de 2002 amaneció nublado: tal vez la llovizna era presagio
de tristeza. Un año antes y con varios kilos perdidos, el “Ruso” Edgardo
Prátola jugó su último partido oficial. Fue un 11 de marzo, cuando
Estudiantes derrotó a Gimnasia por 2 a 1. Pidió jugar, tal vez con la
convicción de que sería el adiós. Un adiós que nunca fue tal, sino un
hasta siempre.
El Ruso emprendió la pelea más difícil de su vida: le diagnosticaron
cáncer de colon. A pesar de varias operaciones, interminables sesiones
de quimioterapia y estudios médicos, nunca claudicó en su lucha. Afrontó
la enfermedad con gran entereza anímica, aferrándose a sus afectos y a
las interminables muestras de cariño del mundo del fútbol.
Aguerrido en la vida como lo era en el campo de juego, volvió a
trotar al Country unos meses después de la operación. En cada nota
periodística afloraba su deseo de volver a jugar a la pelota, de volver a
vestir los colores del club de sus amores. “Mi sueño es que me vuelvan a
putear en una cancha los hinchas de Gimnasia” dijo alguna vez.
En enero de 2002, el Pincha derrotó nuevamente a Gimnasia en Mar del
Plata. En una de sus últimas apariciones públicas, el Ruso fue llevado
en andas por Mauricio Piersimone (una imagen que queda para la historia)
y se ganó la ovación de su vida. La ovación que merecen los luchadores.
Aquel 27 de abril de 2002, Edgardo Prátola se convirtió en una
leyenda del club. Fue una muestra fiel del ADN Pincharrata: defendió la
camiseta albirroja con sacrificio, humildad y esfuerzo. Y desde aquel
día, Estudiantes siempre tiene que poner huevos, porque el Ruso lo
alienta desde el cielo…
Web Club Estudiantes
No hay comentarios:
Publicar un comentario