Joaquín Correa, el jugador que hace seis meses
fue vendido a Europa en 10 millones de dólares, visitó el Country de
City Bell y dialogó en exclusiva con el diario Hoy
Con el porte de un jugador de relieve internacional, la presencia de
Joaquín Correa no pasó desapercibida durante el fin de semana en el
Country de City Bell.
Más esbelto en su postura y habiendo aumentado cinco kilos de masa
muscular desde enero a esta parte, el Tucu rememoró las viejas
costumbres y se tomó una licencia en la estricta dieta que le exigen en
Italia: almorzó pollo con arroz cocinado por Horacio Molinari y
compartió nuevamente el vestuario junto a sus amigos Auzqui, Gil Romero y
Jara.
De camino al estacionamiento del predio, donde su suegro lo estaba
esperando en la zona de las canchas de hockey, el ex atacante albirrojo
dialogó en exclusiva con el diario Hoy y repasó sus primeros seis meses en la Sampdoria de Italia.
“La verdad es que aumenté cinco kilos desde que me fui, aunque al
principio me costó bastante. Allá se fijan mucho en el peso y el estado
físico para no dar ventajas”, comenzó diciendo el zurdo.
-Pasaste un rato con tus ex compañeros y con los empleados… ¿qué es lo que más se extrañaba del club?
-Lo que pasa es que acá tengo a todos mis amigos. Me tocó irme en
diciembre y desde entonces no había podido venir. ¿Lo que más se
extraña? Los almuerzos, los momentos en el vestuario y las charlas.
-¿Qué te dejaron tus primeros meses en Europa?
-Al principio se me complicó porque llegué enfermo allá, ya que venía
de las vacaciones y me costó recuperarme de una gripe. Pero después me
fui acomodando, aunque pude jugar menos de lo que me imaginaba en los
primeros seis meses.
-Verón dijo que ibas a un club que te iba a servir como paso a
otro club grande de Italia: ¿con qué te encontraste en la Sampdoria?
-Me encontré con una ciudad (Génova) apasionada por el fútbol. Es muy
linda la ciudad y tiene a dos equipos, como en La Plata, que se dividen
las opciones. Allá los clásicos contra el Genoa se viven de manera
similar a cómo se vive acá. En eso me hizo acordar mucho a los clásicos.
-Hasta el momento cumpliste las expectativas ¿o esperabas otra cosa?
-En realidad me hubiese gustado jugar un poco más…
-¿Y entonces?
-Bueno, ahora el club tiene por delante la participación en la Europa
League. Y en lo personal apunto a poder jugar todo lo que no pude en el
primer semestre en la Sampdoria. Creo que entre la participación en el
Calcio y la Copa se van a abrir lugares para poder tener más
presencias.
-¿Qué compañero de Estudiantes se extraña más por alguna anécdota o alguna cábala que compartías acá en La Plata?
-Y…, más que nada a Auzqui. Y también a los cocineros y a los empleados del Country.
-¿Tuviste tiempo para seguir la campaña de Estudiantes en el torneo y la Copa?
-En todo ese tiempo seguí los partidos porque los grababa y lamenté mucho la eliminación en la Copa.
-Verón volvió a los 31 años y como vos, se fue a Europa
cuando tenía 21 recién cumplidos…, ¿qué proyección pensás que tendrá tu
carrera allá?
-Ojalá que pueda acercarse a la que hizo Sebastián… Yo siempre estaré
agradecido a la gente del Pincha y a todo lo que me dio este club. Mi
sueño es volver algún día y salir campeón con Estudiantes.
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