El último partido oficial de Estudiantes en 1 y 57 encontró a Eduardo
Abadie en plena campaña presidencial, siendo uno de los dirigentes más
influyentes de la gestión de Julio Alegre.
En aquellos días de agosto de 2005, en donde el futuro del Pincha
giraba en torno a la remodelación del estadio, la oposición encabezada
por Raúl Valente y Alejandro Ventura había presentado un anteproyecto
para realizar una cancha con tribunas hechas con tablones de cemento
pre-moldeado. Los operadores de turno calificaron a la idea de
“oportunista” y hasta responsabilizaron la rotura del tablón a un
supuesto sabotaje para boicotear la campaña del oficialismo.
Al fin de cuentas, los socios se expresaron en las urnas y Abadie se
impuso en las elecciones con el 89% de los votos. Y aún con la cancha
clausurada, en un año logró que el equipo vuelva a jugar en La Plata,
padeciendo las consecuencias con una interna que terminó dividiendo
opiniones dentro de su gestión al frente del club.
“Ese día fue el detonante para que no nos dejaran jugar más en 1 y
57. Ya veníamos con varias causas judiciales y hasta alguna clausura
que me había encontrado en mi rol de pro-secretario recorriendo juzgados
de la ciudad”, recuerda Abadie en contacto con Hoy.
“El conflicto del estadio se inició antes del 2002 y a mí me tocó
heredarlo en uno de los peores momentos”, señaló el ex presidente, quien
tuvo que tomar la decisión de alquilarle la cancha primero a Gimnasia y
luego a Quilmes.
“Me pedían jugar en La Plata”
“Cuando tomamos la decisión de volver a La Plata sabíamos que la
única opción de hacer de local era usar el Unico”, confesó Abadie, quien
nunca antes había reconocido la insistencia de Diego Simeone y de
Sebastián Verón para volcarse a esta determinación que generó polémica
en octubre de 2006.
“Desde lo deportivo, tanto Sebastián como el Cholo, me pedían jugar
en La Plata. Tras varias reuniones conseguimos un arreglo con el
gobierno de turno y nos tocó jugar el primer partido ante Gimnasia.
Terminamos ganando 7 a 0”, rememoró. “Había debates internos después de
esa decisión, pero todo quedó en una anécdota cuando ganamos el título”,
agregó.
“Para nosotros no quedó todo en volver a La Plata. Luchamos y
trabajamos mucho para cambiar la ley provincial que establecía hasta los
métodos de construcción. La ley del 2008 nos dio una amplitud y
logramos ampliar la capacidad para que luego se empiece al construir el
estadio que hoy está montado en los mismos terrenos”, expresó.
“Hubo inconvenientes de todo tipo. La gente no lo recuerda, pero la
reforma de la ley provincial se dio en julio de ese año. Era un gran
debate decidir si valía la pena, o no. Y por suerte tuvo sentido”,
recordó Abadie desde su estudio platense.
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