Julio Velasco es fanático de Estudiantes desde su infancia. Su trayectoria como director técnico de voley lo llevaron a estar dentro del Salón de la Fama de este deporte, y hace sólo un mes cumplió un gran sueño: se coronó campeón Panamericano con la Selección Argentina de Voley Masculino
Cuando el saque del brasilero Murilo se fue largo, una irremediable
ola de sensaciones transcurrieron por su cabeza. Recordó cada título con
la selección italiana en la década del ’90; pero también añoró las
épocas de la infancia, de triunfos sencillos, de sándwiches mientras
miraba la jornada de fútbol albirroja. Cuando ese saque se fue largo,
Argentina se coronó campeón Panamericano, y un pincharrata tocó el cielo
con las manos.
Julio Velasco es el director técnico de la Selección Argentina de
Voley desde el año 2014. Platense de nacimiento, está dentro del Salón
de la Fama del deporte, algo reservado a sólo unos pocos alrededor del
mundo. Su palmarés con Italia se compone de dos títulos mundiales, tres
campeonatos europeos y cinco ligas mundiales. Hizo que Argentina gané
nuevamente la medalla de oro en los Juegos Panamericanos 2015,
realizados en Toronto. Una estirpe ganadora.
“Mi abuelo Horacio Blake fue el que me llevó por primera vez a la
cancha de 1 y 57. Creo que tenía tres años y mi hermano Raúl cuatro. Nos
instalábamos en la tribuna a la izquierda de la techada”, rememora
Julio sobre sus comienzos siguiendo al León. “No me acuerdo qué edad
tenía cuando empecé a ir solo a la cancha, con mi hermano, quizás a los
diez años. Mi mamá nos preparaba los sándwiches y nos íbamos a ver la
3a, la reserva y la primera. En esa época se jugaban tres partidos
seguidos!”
Julio recuerda con especial cariño al Estudiantes de Zubeldía. El
germen fue “La tercera que mata”, de la cual los Velasco no perdían
encuentro alguno. El equipo de Zubeldía fue uno de los que más lo
entusiasmó, no sólo por el fútbol y los títulos, sino por una cuestión
particular: “Me acuerdo que las mujeres empezaron a ir a la cancha y fue
todo un evento cultural”. “Era la primera vez que le podíamos hablar de
igual a igual a los de River y Boca. Y en el 68 le ganamos al
Manchester! Eso fue lo máximo: qué emoción, qué orgullo”, expresa.
Luego de unas cortas vacaciones en Italia, se prepara para la recta
final de su segunda temporada con la Argentina. La primera escala será
la Copa del Mundo de Japón, donde irá en busca de sumar roce
internacional para sus jugadores. Luego será el turno del Sudamericano
en Cartagena con el equipo B y, desde el 5 de octubre, el gran desafío
de lograr la clasificación a Río 2016 en el Preolímpico de Caracas.
Los múltiples logros deportivos no pueden conseguirse sin una
identidad, sin valores que respalden al trabajo colectivo. Julio afirma
que “el club y el fútbol nos da una identidad. Nos hace sentir parte de
algo más grande, no podemos estar ni sentirnos solos porque somos
muchos. Es algo difícil de explicar para el que no lo ha vivido”. El
técnico de Argentina lo grafica con un ejemplo: “el abrazo después de un
gol que muchas veces uno le da a un “desconocido” que tiene al lado,
creo que es el mejor ejemplo de esto. Lo abrazamos porque “es uno de los
nuestros”, hay algo muy fuerte y profundo que compartimos que tiene que
ver con nuestra infancia y nuestra historia”.
Velasco ponderó “la vida de club” de nuestro país, y en especial de
Estudiantes. “El club es también los demás deportes, es un lugar donde
crecen nuestros hijos y nuestros nietos. Es como una casa gigante donde
se juega y se comparte, donde se festeja y donde se sufre una derrota
junto a los que sabemos que sufren como uno”, explica, y cierra la
charla con el sitio oficial con una frase que sintetiza su filosofía y
pensamiento: “el club debe ser alegría”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario