jueves, 24 de septiembre de 2015

Decisiones de Milito que le costaron muy caro al Pincha

LOS CAMBIOS, TARDE. ANTES DEL EMPATE DE CENTRAL, SE VEÍA QUE EL LEÓN NECESITABA RETOQUES

El técnico insistió con Barbona y retrasó al equipo cuando estaba en ventaja. Se notó más que nunca que la Gata es irreemplazable

Cerutti encara ante la marca de Musto. El Pincha empezó bien pero se quedó y lo pagó caro
Cerutti encara ante la marca de Musto. 

Por NICOLAS NARDINI
ANALISIS

Llamó la atención, tanto como en la previa del clásico, la apuesta de Gabriel Milito por David Barbona. Ese, fue uno de los tantos puntos en que el entrenador albirrojo dejó margen para, al menos, poner en tela de duda si sus decisiones en la planificación y en el desarrollo del partido ante Central fueron las acertadas.
A Estudiantes le faltó juego en la noche sanjuanina. Sin ser ampliamente dominado por su rival, sí quedaron expuestas las carencias gestacionales que sufre el equipo cuando no está en campo Gastón Fernández, un futbolista que, en la actual coyuntura, es irreemplazable. La capacidad conductiva, la visión de juego, la pausa y la experiencia de la Gata, convierten al futbolista formado en River en un protagonista de capacidades únicas en el marco de la actual plantilla albirroja. Y esa ausencia se tornó anoche mucho más evidente por la equivocada apuesta del DT, que cargó con la responsabilidad de la conducción a Barbona y el ex Chicago lejos estuvo de poder ponerle el cuerpo a semejante desafío.
Pero los problemas del equipo fueron mucho más allá de esta cuestión específica. Al Pincha le faltó explosión por los costados, Cerutti estuvo muy por debajo de lo que supo producir y Auzqui, del otro lado, perdió mucho más de lo que ganó. Es más, a este último hasta se lo vio cansado al promediar la etapa complementaria.
Tras la ventaja inicial a través de la pelota parada, Estudiantes -en el primer tiempo- se sintió cómodo jugando a la retranca y dándole la iniciativa a su adversario. El equipo se mostró sólido e Hilario Navarro llegó, con grandes aptitudes, a las pelotas con las que Central logró inquietar.
Los problemas comenzaron en el complemento. Y es allí donde a Milito le faltaron reflejos para leer la dinámica del partido y actuar en consecuencia. Los de Coudet ganaron la batalla de la mitad de la cancha y el entrenador del León no atinó a mover la estantería para cambiar el cuadro de situación.
Buscó frescura recién después de la sacudida del empate transitorio de la escuadra rosarina, es decir, necesitó de un cimbronazo para meter mano en el juego de un equipo que se veía superado desde los primeros instantes del período final.
Cuando se decidió a cambiar figuritas, el partido ya era otro. Central se había agrandado y una pérdida de balón en la zona medular dejó al equipo mal parado, en la previa del segundo gol canalla.
El Pincha tenía todo para encaminar la clasificación, pero no puso reaccionar cuando, aún con el resultado a su favor, ya había dejado de dominar el partido.
SIN REPROCHES PARA HILARIO NAVARRO
Es cierto que el error de Hilario Navarro en el primer gol de Central fue grosero. Fue tan grave como que sin su intervención la pelota no hubiera entrado. Era un balón que no tenía destino de red, más allá de la peligrosidad del envenenado centro. Sin embargo, no puede soslayarse que por sus extraordinarias aptitudes para detener tiros desde el punto del penal el equipo llegó hasta los cuartos de final de la Copa de la que anoche se despidió. Una cosa no quita la otra.

www.eldia.com.ar

No hay comentarios: