El Pincha. Derrotó por penales a Quilmes y se clasificó a cuartos de final
Entró dormido, mejoró en el segundo tiempo, empató y lo ganó desde los doce pasos
Por MARTIN CABRERA
COMENTARIO
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Estudiantes todavía tiene
vivo ese fuego sagrado necesario para ganar partidos importantes, como
el de anoche ante Quilmes por la Copa Argentina, que le permitió
clasificarse a los cuartos de final y soñar con tener un fin de año más
competitivo a lo imaginado hace dos meses atrás.
Superó por penales (3-1) al Cervecero luego de
empatar 1 a 1 en el tiempo reglamentario un partido en el que mostró dos
caras futbolísticas, una muy apática en el primer tiempo y otra
totalmente distinta en el complemento, cuando llegó a la igualdad y casi
que estuvo a punto de ganarlo antes del final.
En los primeros 45 minutos el Pincha no pudo
trasladar al campo el buen nivel mostrado contra River e Independiente.
No le encontró la mano a un rival que corrió mucho, presionó y estuvo
con mayor energía para construir fútbol. Mostró una faceta muy pobre.
En ese primer tiempo el equipo de Gabriel Milito
tuvo tres chances de gol, por llamarlas de alguna manera. A los 21
minutos Gastón Gil Romero probó desde afuera del área y la pelota pasó
cerca del ángulo derecho del arco de Walter Benítez.
Las otras dos fueron sobre el final y tuvieron al
mismo protagonista: Diego Mendoza. A los 44 minutos no pudo sacarle
provecho de cabeza a un buen centro desde la derecha. Dos minutos
después logró desbordar por la punta derecha y, sin ángulo, buscó un
pase atrás sin mirar a dónde estaban sus compañeros.
De todos modos el momento que Estudiantes estuvo
más cerca del gol fue a los 40 minutos, cuando claramente tomaron de la
camiseta a Jonatan Schunke dentro del área, situación que debió haber
sido sancionada con penal por Fernando Espinoza.
Del otro lado Quilmes fue mucho más ambicioso y
agresivo. Sin lujos ni un juego vistoso, le alcanzó con la movilidad de
Rodrigo Gómez, el empuje de Claudio Bieler y la picardía de Rodrigo
Braña. El Chapu, por ejemplo, le hizo una infracción a la Gata Fernández
cuando Estudiantes se disponía a salir, le robó la pelota y con una
defensa en retroceso Alexis Canelo marcó un golazo desde afuera del
área. Fue un merecido 1-0 y llamado de atención a un equipo que nunca le
encontró la vuelta al partido.
La historia fue distinta en el complemento. Gabriel
Milito les dio un verdadero tirón de orejas a sus jugadores y cambió la
mano. Estudiantes se paró mejor en la cancha, tomó la iniciativa y
empezó a lastimar por las bandas, con las subidas de Leo Jara por la
derecha y Juan Sánchez Miño por la izquierda.
Quilmes sintió el desgaste del primer tiempo y el
Pincha empezó arrinconarlo, con más fútbol que garra. Mucho toque,
rotación y llegadas hasta el arco de Walter Benítez. Y lo que al
principio fue insinuación se convirtió en realidad. Ni siquiera la
salida de la Gata Fernández le pudo poner un freno.
Avisó Cerutti con dos centros a las manos del
arquero. La tercera llegada fue la vencida. Leo Jara arrancó en su
campo, corrió, gambeteó y al pisar el área le dejó servido el gol a
Carlos Auzqui, que ingresando por la izquierda emuló a Jorge Burruchaga
en el Mundial de México: levantó la cabeza, hizo la pausa y definió al
segundo palo. Golazo.
Con el envión por el gol el Pincha se lo llevó por
delante. Lo tuvo Acosta que remató por arriba t se lo perdió Jara solo
debajo del arco. Todo hacía indicar que lo ganaba en los 90 minutos, más
allá de que a los hinchas no les parecía mal ir a los penales, porque
en el ambiente había confianza por San Hilario, el héroe del Centenario,
entre otras definiciones.
Y el correntino, que ya hizo méritos como para
seguir siendo el arquero de Estudiantes al menos hasta diciembre, le
bajó la persiana al arco. Construyó una muralla que les hizo imposible a
los jugadores de Quilmes poder meter un penal. Sólo Mariano Uglessich,
que a los 49 minutos del segundo tiempo casi amarga a Estudiantes de
cabeza, pudo superarlo. Los otros remates desde los doce pasos murieron
en sus manos.
Así se clasificó Estudiantes, que tuvo fútbol y
corazón en el segundo tiempo para cambiar la historia, adversa. Y porque
tuvo en Hilario Navarro a un arquero experto en definiciones. El Pincha
está en buenas manos y disfruta el pase a cuartos de final.
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