ESTUDIANTES SE IMPUSO EN BAHIA. DERROTÓ 1-0 A OLIMPO Y ESTÁ A UN PASO DE LA COPA SUDAMERICANA
El Pincha ganó porque manejó el partido con la tenencia de la pelota
Por MARTIN CABRERA
ANALISIS
ANALISIS
BAHIA BLANCA
ENVIADOS ESPECIALES
ENVIADOS ESPECIALES
Estudiantes ya saborea la
clasificación a la Copa Sudamericana, luego del sufrido triunfo de ayer
1-0 sobre Olimpo en Bahía Blanca, con el gol de Gastón Fernández a los
23 minutos del primer tiempo. Si bien no jugó un buen partido y no supo
liquidarlo aun siendo superior a su rival, basó su triunfo en la
tenencia de la pelota. La tuvo tanto y tanto durante los 90 minutos, que
aun sin patear al arco tantas veces le alcanzó para justificar una
victoria que puede valer un pasaporte internacional.
El equipo de Gabriel Milito sorprendió al comenzar
el juego con una defensa de tres jugadores, otros tantos en la línea
media, Gastón Fernández como enlace y tres puntas sin un nueve definido.
Con esa disposición tuvo la iniciativa pero sufrió en los contragolpes,
porque a los tres del fondo les costó hacer pie.
Olimpo jugó muy nervioso y terminó fuera de sí, con dos expulsados y un técnico desencajado
Ya en el primer tiempo empezó a mostrar sus
virtudes y falencias: bien en la intención colectiva pero la carencia de
no saber y no decidirse nunca para romper el molde. Cuando atacaba
parecía que llegaba al gol, pero cuando defendía era el local quien
merodeaba la apertura.
De todos modos se puso en ventaja el Pincha. Y el
gol llegó de la manera menos pensada. Desbordó Carlos Auzqui por la
izquierda y cuando estaba en buena posición para rematar al arco se
zambulló. Fue tan llamativa la forma de terminar la jugada que hasta los
defensores de Olimpo se sorprendieron y se quedaron mirando al jugador
albirrojo. El que aprovechó fue Mauricio Rosales, que asistió a la Gata
Fernández, que en su momento de mayor lucidez estuvo en el lugar justo
para empujar la pelota con su pierna izquierda y poner el 1-0 parcial.
El gol le dio tranquilidad a Estudiantes en
ofensiva, que hilvanó una serie de jugadas colectivas muy vistosas
aunque poco efectivas. Pero esa tranquilidad no se trasladó a la última
línea. Los dos centrales, Jonatan Schunke y Alvaro Pereira, tuvieron
unos primeros 45 minutos para el olvido. Walter Acuña, a los dos, los
sacó a bailar un par de veces y tuvo a los revolcones al correntino
Hilario Navarro, que fue clave para que ese primer tiempo terminase con
Estudiantes en ventaja.
En el segundo tiempo el equipo de Milito arrancó
mucho mejor. Los primeros 15 minutos lo tuvieron como dominador
absoluto. En ese período Juan Sánchez Miño y Luciano Acosta le
escondieron la pelota a Olimpo, que sintió el desgaste y lentamente
empezó a entregarse.
Estudiantes tuvo la pelota, la hizo mover por
derecha a izquierda y de atrás para adelante. Fue tan claro su dominio
como aburrido su desenlace. El Pincha nunca se animó ni tomó la
iniciativa para romper el molde. Por eso los minutos fueron pasando y en
el medio Marcelo Herrera asustó con un par de cabezazos. En síntesis,
tuvo que aguantar en el final un resultado que debió haber liquidado
antes.
Pero ganó en una cancha complicada y se llevó de
Bahía Blanca media clasificación (o algo más) porque ahora se enfrentará
como local a un rival en desventaja y con seis bajas obligadas (dos
expulsados, tres jugadores con cinco amarillas y un lesionado). Pero
claro, en esta historia del fútbol los éxitos se consuman cuando lo
indica el árbitro y el resultado es favorable. Por ahora está bien decir
que llega muy bien perfilado.
La Copa Sudamericana no es el premio mayor, pero al
menos es una linda caricia para un plantel que pasó por todos los
climas, países y situaciones. Tal vez no sea para tirar fuegos
artificiales, pero sí para levantar una copa y brindar a fin de año. Le
faltan 90 minutos, pero está muy bien perfilado.
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