lunes, 1 de febrero de 2016

Un bochorno


El clásico, que tenía al Pincha como ganador por 1-0 (Auzqui), finalizó antes de tiempo debido a una batalla campal entre los futbolistas. Papelón histórico
Con un gol de Carlos Auzqui, Estudiantes superó anoche a Gimnasia por 1-0 en Mar del Plata y se adueñó de la Copa Ciudad de La Plata. Sin embargo, el resultado quedó en segunda instancia por el vergonzoso final, donde los jugadores de ambos equipos se trenzaron a golpes de puño y patadas, quedando varios expuestos a sanciones que les impidan jugar en el torneo de Primera. Fue un papelón histórico que amerita replantos y sanciones para los involucrados, los que demostraron una alarmante falta de profesionalismo.
El primer tiempo mostró un trámite en el que reinó la fricción, abundaron las faltas (21) y escasearon las ideas ofensivas. En un marco de absoluta paridad en la posesión de balón (50% a 50%) parejo, Estudiantes logró sacar ventaja a partir de un grosero error de Facundo Oreja.
Sobre los 16 minutos, Facundo Sánchez envió un centro venenoso al área que picó y superó la débil respuesta del lateral albiazul, quien le dejó servido el tanto a Carlos Auzqui, dueño de una exquisita definición.
El Pincha se animó con el gol y estuvo cerca de aumentar a los 23’ con una gran jugada de pelota parada que conectó Gastón Fernández, pero Mazzola salvó su valla de forma milagrosa. 
El Lobo apostó exclusivamente a la rebeldía de Franco Niell, quien avisó con un zurdazo que se fue desviado y luego inició una jugada que terminó en un providencial cruce de Jonathan Schunke ante un tiro débil de Maximiliano Meza.
En el complemento, el partido se tornó aún más violento y el cotejo pareció más una guerra que un encuentro futbolístico. La irresponsable actitud de Alvaro Pereira complicó la situación del conjunto de Nelson Vivas. Sin embargo, la alarmante falta de ideas del Lobo no lo preocupó.
De hecho, la chance más clara de  Gimnasia llegó recién a los 37 minutos, cuando, tras una serie de rebotes en el área albirroja, Maximiliano Coronel desperdició increíblemente una chance al rematar desviado con su pierna derecha.
Luego, sobre los 41’, Mariano Andújar dejó en claro que es un arquero de selección con una tapada extraordinaria ante un remate inoportuno de Leandro Desábato, quien envió el balón contra su portería en un intento de rechazar.
En el cierre, Silvio Trucco expulsó insólitamente a Enrique Bologna por parar un tiro de Bueno con el pecho fuera del área grande. Como ya estaban hechos los cuatro cambios, Ezequiel Bonifacio debió calzarse los guantes.
La catástrofe llegó a los 45 minutos, cuando Ascacibar le entró duro a Mendoza. Damonte y Medina se cruzaron y empezó una batalla campal que tuvo como protagonistas destacados a Nicolás Mazzola y Mariano Andújar. Un verdadero papelón que amerita sanciones. 
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