“Ser campeón del mundo es algo que no tiene precio”

El 29 de junio de 1986 Argentina ganaba el último Mundial de fútbol de su historia. José Luis Brown repasó aquel momento

hace 30 años, José Luis Brown se convirtió en el emblema del fútbol de La Plata en la última gran conquista de la Selección nacional. 

El hombre nacido en Ranchos, pero adoptado por el recordado Cacho Puebla en la vieja pensión del estadio Pincha en 1 y 57, revivió con este diario la consagración que lo llevó a la cima de su carrera profesional. 

“Cuando arranqué en el fútbol me venía a dedo desde Ranchos a La Plata para poder entrenar con Estudiantes. Todo fue muy sacrificado”, recordó el Tata, quien desde hace tres meses se sumó a trabajar en Estudiantes como asesor en el departamento de fútbol juvenil.  

“Ser campeón del mundo es algo que no tiene precio”, señaló el hombre que hace 30 años abría el camino en la final con Alemania en el estadio Azteca de México. 

“Yo fui muy criticado en todo ese proceso previo porque era uno de los jugadores que había tenido Bilardo en el Estudiantes campeón del 82 y 83. Pero ese gol en la final no me lo quita nadie”, explicó el Tata, quien conserva como una reliquia la camiseta con el recorte en la zona del abdomen (foto) que le permitió sostener el hombro que se le salió de lugar en el segundo tiempo de la final. 

Brown fue el responsable de reemplazar nada menos que a Passarella en aquella conquista en México. Resultó un soldado noble del proceso del Narigón, quien cuatro años después, en la previa al Mundial 90, lo dejó afuera por entender que no estaba en condiciones físicas de jugar la Copa de Italia. 

“Carlos fue todo en el fútbol para mí”, recordó el Tata, quien ayer fue homenajeado en el Senado de la nación. 

110.000

Fueron los espectadores en el estadio Azteca. El cabezazo de Brown puso el 1-0 a los 23'. A los 56’ Valdano puso el 2-0; Rummenigge a los 74' y Völler a los 80' igualaron todo. Hasta a los 83’, Burruchaga decretó el 3-2. 

Anécdotas de México 86

*El ranchero Brown jugó los 7 partidos y en la final metió su primer gol. Tenía 29 años y llevaba la camiseta número 5 (por orden alfabético después de Almirón, Batista, Bochini, Borghi) y sin embargo era un “cuevero”, defensor central, de sangre caliente. 

*Se comenta que el plantel se había prometido volver a la ciudad jujeña de Tilcara donde se aclimató en la previa al Mundial. Pero el Tata, en estas horas, desmintió en parte: “Es un mito jujeño, no sé de donde lo sacaron. Los que sí volvimos a visitar a la Virgen de Tilcara fuimos el Checho Batista y yo, al año siguiente del campeonato”.

*La noche del 28 de junio, en la concentración, Brown estaba recostado junto a la foto de sus hijos. “Me pregunté… ¿si hago un gol mañana?”. Al otro día lo hice. Cuesta explicarlo”.

*Tras una nota de opinión que le hicieron luego de la final perdida con Chile, del propio Brown salió la idea de que todos “los del ‘86” apoyen a Leo. Mensajitos de por medio, primero le respondió Nery Pumpido, el Checho Batista, el Chino Tapia. “Lo antes posible queremos ubicar a Leo”, aseguró ayer el “Tata”.

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