domingo, 27 de noviembre de 2016

Tuvo 20 minutos fatales, perdió y se quedó sin invicto

ESTUDIANTES TROPEZO CON BANFIELD. EL LOCAL APROVECHÓ DESACOPLES Y PÉRDIDAS PARA GANAR UN PARTIDO LLENO DE NERVIOS
El Pincha cayó 3-2 y le dijo chau a una racha de 21 partidos sin derrotas

Viatri fue más arriba que todos y alcanzó a cabecear la pelota. Estudiantes buscó y buscó el empate ante Banfield pero no lo consiguió
 Estudiantes buscó y buscó el empate pero no lo consiguió

Por MARTIN CABRERA
ANALISIS

A Estudiantes le pagaron con su propia medicina. Lo que tanto y tan bien hizo a lo largo del torneo lo sufrió ayer. Banfield, que fue oportuno y astuto, le sacó brillo a eso de aprovechar cada error rival para ganar el partido por 3-2, resultado que no quitó al Pincha de la punta del torneo pero le borró un invicto de 21 partidos por torneos locales: no perdía desde el 5 de marzo.
Estudiantes fue un equipo que en los últimos 20 minutos del primer tiempo cometió todos los errores que no había tenido en todo el ciclo Vivas. Y cada uno de ellos fue aprovechado por el local, que no perdonó y se quedó con una victoria muy festejada e impensada en la previa. Es verdad que en el segundo tiempo cambió la cara y mereció el empate, pero esta vez la fortuna no estuvo de su lado y se fue del Sur con las manos vacías, pero con la frente en alto.
El Pincha salió a ganar. Con Israel Damonte como primer volante de pase (no estaba en condiciones de jugar quedó claro) intentó atacar por las puntas y en la izquierda, con Lucas Rodríguez y Carlos Auzqui, encontró una puerta abierta. Por ahí buscó y lastimó este equipo que sin el pulso de Santiago Ascacibar no fue el de siempre. Pero de todos modos mantuvo esa personalidad que lo llevó a lo más alto.
De esa manera, con muchos pases -profundos y generalmente para adelante- el puntero del campeonato mostró sus cartas y pergaminos. Dijo acá estoy yo. Tuvo autoridad a pesar de las ausencias. Y cuando pudo convirtió.
A los 20 minutos, después de que Auzqui y Rodríguez se perdieran dos goles, llegó el tanto del segundo de ellos, de cabeza. Salida clara desde el fondo para Jonatan Schunke, pase al medio para Damonte, que de primera metió terrible asistencia para Facundo Sánchez, que llegó al fondo tiró un centro que casi conecta Lucas Viatri. Pero en la segunda no perdonó Tití.
Luego de ese gol se vino la tormenta para Estudiantes. No es que haya jugado muy mal, simplemente tuvo desatenciones de mitad de cancha para atrás que le costaron muy caro. A los 26 minutos Augusto Solari perdió una pelota que le dio la posibilidad a Banfield de contragolpear. Y en una corrida de Nicolás Bertolo por la izquierda, Facundo Sánchez cometió un penal infantil que dos minutos después el Pelado Silva cambió por gol.
Ese gol descolocó a Estudiantes, que en lugar de tratar de pasar el momento de desconcierto siguió jugando abierto y muy vertical tratando de dar vuelta la historia. Error. Otra pérdida de Solari en la mitad de cancha le permitió a Mauricio Sperdutti ingresar al área de derecha a izquierda para rematar fuerte y cruzado, sin chance para Mariano Andújar.
En una ráfaga el local se lo dio vuelta, aprovechando al máximo todos los errores del Pincha, que todavía no había mostrado lo peor: Marchioni se equivocó con su equipo en ataque y otra vez Banfield no perdonó: Walter Erviti reventó a Andújar casi desde el punto de penal.
En el segundo tiempo el Pincha tiró toda la carne en el asador. Lo llevó por delante a Banfield y sólo le faltó la puntana final para empatar el partido.
Adentro Juan Cavallaro, afuera Damonte. Luego ingresó Ignacio Bailone, primero para jugar de lo que sabe (delantero de área) y luego para ocupar la banda izquierda. El tercer y último cambio fue Javier Toledo. Las tres torres adentro para complicar.
A los 28 minutos, después de que Hilario Navarro le sacara un gol a Julián Marchioni no pudo hacer nada para frenar el cabezazo de Viatri. Faltaba mucho y parecía que el empate estaba al caer.
Los últimos minutos se jugaron con el corazón en la mano. Estudiantes vendió muy cara su derrota. Fue al frente y por momentos dejó a Desábato o Schunke adentro del área rival. Tuvo enorme dignidad y acarició el gol. Navarro se estiró para ahogarle el grito a Viatri y en un tiro libre en la puerta del área le faltó que Solari o Cavallaro levantaran la pelota.
No pudo ser. No fue el partido de Estudiantes. Esos 20 minutos de desconcentración del primer tiempo los pagó muy caros. Lo que no se había equivocado en todo el año se equivocó ayer. Y perdió el primer partido del torneo, 21 fechas después.
Sigue arriba y este golpe no debe hacerle mella. Seguramente con Ascacibar o Braña, o recuperando de verdad a Damonte, será el de antes. Sigue arriba y lo mejor de todo es la imagen que dejó en el segundo tiempo.

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