viernes, 7 de julio de 2017

Ahí, cerquita de Dios…

Estudiantes va a jugar frente a Nacional de Potosí en el cielo de Sudamérica. El estadio dónde se jugará el encuentro está ubicado a casi 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar, lo que representará todo un desafío para el equipo de Gustavo Matosas ya que es el punto más elevado dónde se juega al fútbol dentro del continente, aún por sobre Cuzco y La Paz. Hasta ahora, sólo un equipo argentino ganó allí. 

La altura. Ese es el punto. Lo fue siempre. Aunque algunas veces más y otras menos. Hubo miles de lecturas y la misma conclusión: jugar en Quito, La Paz, Cuzco o Potosí representa un desafío físico y estratégico debido al desgaste y la falta de oxígeno que sufren los jugadores. Los “antídotos” para contrarrestar la altura son de los más variados: tubos de oxígenos, adaptación de semanas, llegar al lugar sobre la hora, entrenar con pelotas más livianas y hasta (hacer la ridiculez de…) usar barbijos para dificultar la respiración y el ingreso de oxígeno. Cada maestrito con su librito, como dice el refrán.
Pero lo cierto es que la altura influye y mucho. Lo comprobaron todos. Desde la llamada “Selección Fantasma” del 73’ hasta el 6 a 1 de en contra de Diego en Bolivia. Aquel emblemático “la pelota no dobla de Daniel Passarella tras perder en Quito será el contrapunto exacto de la remontada del equipo de Bielsa, que empató 3 a 3 en la altura de La Paz tras ir perdiendo 3 a 1.

Pero para Estudiantes el desafío por Sudamericana supone un riesgo aún mayor. No tanto por el equipo que va a enfrentar, sino por tener que hacerlo en el estadio más alto de todos. El estadio Víctor Agustín Ugarte (lleva su nombre en homenaje a un gran futbolista boliviano) se encuentra situado a 3960 metros sobre el nivel del mar. Es decir que está por encima de los 3366 metros dónde se encuentra el estadio Garcilaso de la Vega, en Cuzco, Perú; y los 3650 dónde se encuentra el Hernando Siles de La Paz, Boliva. El estadio tiene capacidad para 28.000 espectadores, su creación data del año 1992 y tuvo varias remodelaciones, la última en 2008. Allí se disputará uno de los partidos más riesgosos que el Club recuerde.

Por su enorme tradición copera, Estudiantes ha tenido varias experiencias jugando en la altura, aunque será su primera experiencia en Potosí. Cuentan que es el lugar donde equilibrar fuerzas con los equipos locales resulta más dificultoso que hacerlo en La Paz, Quito o Cuzco. Sin embargo, si San Lorenzo ganó, ¿Cómo no ilusionarse con una victoria en el inicio del ciclo Matosas?

Fuente: Revista Animals

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