ESTUDIANTES SE DESPIDIO DE LA SUDAMERICANA. Perdió 1-0 como local ante Nacional (P)
El equipo hizo pública su crisis en un partido de los más oscuros en su historia copera
Por martin cabrera comentario
Estudiantes
tiró por la borda un gran año al quedar eliminado de la Copa
Sudamericana por Nacional de Paraguay, que anoche lo derrotó 1-0 en La
Plata y se quedó con la serie por 2-0 en el global. Fue una de las
noches más oscuras en su rica historia copera, que además de dejarlo
afuera de la competencia le hizo perder el técnico, Gustavo Matosas.
Y
decimos “tiró por la borda” porque el rival que le tocó es de los más
flojos que están en la competencia: pelea el descenso en su país y el
viernes pasado fue goleado 5-0 por un equipo que acaba de ascender a la
Primera División de Paraguay. No mostró nada más que orden y corazón
ganar el partido. Marca en defensa y variantes en cada pelota parada, en
la cual le sacó kilómetros de ventaja al club que supo ser pionero a
nivel mundial. Le ganó con justicia y eso hace que sea todavía más
humillante la derrota.
Esta eliminación, de
paso, derrumba lo que había sido una temporada muy buena, con una enorme
cantidad de puntos obtenidos en el torneo local, juveniles promovidos y
una larga y fructífera experiencia internacional, entre las copas
Libertadores y Sudamericana. Anoche se dejó tapar solo por el barro, de
manera increíble y 2017 quedará en el olvido. O tal vez no, será el año
de dos eliminaciones humillantes: la de la Copa Argentina ante un rival
amateur (Pacífico de Mendoza) y la de anoche. Impensada despedida del
año, aun cuando todavía faltan largos dos meses por delante.
Gustavo
Matosas, que anoche dejó de ser el técnico (hace un tiempo que el
plantel, dirigentes y allegados le habían perdido el respeto) es el
principal responsable por tan pobre actuación. Fue él quien estuvo éstos
dos meses y medio al frente del grupo, sin que se vieran resultados
concretos. No supo entrar en el plantel y mostró una excentricidad que
no conjuga bien con nuestro fútbol. Es verdad también que el equipo se
desprendió de sus mejores jugadores y llegaron 10 de dudoso presente y
ninguno pedido por él. Pero debió haber renunciado antes de tiempo y no
llegar hasta esta situación que no le hizo bien a nadie. Eso lo pone en
un lugar de responsabilidad absoluta.
Un párrafo
para los jugadores. Los nuevos no estuvieron a la altura de la historia
de Estudiantes. Pero tampoco lo estuvieron los de la casa, que no
transmitieron nada y le dieron más lugar todavía a los rumores de su
mala relación con el técnico. Al menos eso quedó expuesto en el partido
de ayer: Leandro Desábato y Gastón Fernández directamente ni jugaron e
Israel Damonte fue reemplazado al comenzar el segundo tiempo. Sólo las
paredes del Country sabrán la verdad, si es que hay una sola o muchas,
según quién las cuente.
Finalmente un espacio
para los dirigentes, que primero empujaron a Nelson Vivas a irse hace
tres meses, luego eligieron a este técnico y por último terminaron
armando un plantel sin extremos ni variantes en defensa, con alto
promedio de edad y pocos juveniles de la cantera. Ellos también tendrán
que darles explicaciones a los hinchas, que ayer fueron los únicos a la
altura del partido, se bancaron con hidalguía la derrota y alentaron al
equipo hasta el final.
¿El partido? Estudiantes
sólo jugó con dientes apretados los primeros 10 minutos, cuando intentó
ejercer presión en la salida rival, con dos volantes atorando el medio y
buscando generar una sola situación: cuando Mariano Pavone casi conecta
desde el punto penal un buen centro desde la derecha de Juan Otero.
Con
el correr de los minutos fue evidenciando su falta de planificación y
sus miserias. Individualmente no logró torcer el rumbo y fue
arrodilándose ante el destino, pidiendo que algún error rival o una
genialidad propia lo ponga en igualdad de condiciones.
Al
necesitar de un gol para llevar la serie a los penales hizo que hasta
que no llegase el tanto de Nacional la llama de ilusión estuviese
prendida. Hasta que un baldazo de agua fría la apagó para siempre. Fue a
los 19 minutos, cuando un centro desde la derecha encontró a Adam
Bareiro ganándole en el salto a Gastón Campi y a Miguel Jacquet
aprovechándose de una defensa distraída, para empujar al gol el rebote
de Mariano Andújar. Gol y final de la historia, aunque le quedasen 25
minutos por delante.
Perdió Estudiantes y quedó
eliminado de la Copa Sudamericana. Un paso frustrante en un año que lo
había tenido como protagonista. Pero en los últimos tres meses dejó
escapar todo el prestigio. Sin Libertadores, sin Sudamericana y sin Copa
Argentina. Un año que arrancó para quedar en la historia, terminó
siendo de los peores.
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