jueves, 30 de noviembre de 2017

Dos categorías que marcaron a fuego el mundo juvenil Pincha


LAS HISTORIAS DE LA 1997 Y LA 1973, PASADO Y PRESENTE DE ESTUDIANTES
La ‘73 (Palermo, París, Amato) tiene el récord de haber salido campeona en todas sus divisiones; la ‘97 (Ascacibar, Cascini, Tití, Lattanzio y Gómez) es la que está indicando el actual rumbo

Por MARTÍN CABRERA
mcabrera@eldia.com

La histórica categoría 1973, la única de AFA en ganar todos los años desde Novena a Cuarta. Pero, dato curioso, De esa camada sólo Martín Palermo pudo triunfar en Estudiantes y unos pocos en otros clubes. El momento institucional que atravesaba el club en los inicios de los ‘90 fue determinante. Igual todavía se los recuerda con admiración
Los clubes de fútbol tienen historias muy valiosas en sus divisiones menores y muchas veces el presente remite hacia ellas. Esto es lo que pasa por éstos tiempos con la categoría 1997 en Estudiantes, una mina de oro desde lo futbolístico y lo económico. El plantel se nutre de jugadores nacidos ese año, como tiempo atrás lo hizo con otras dos camadas históricas: la 1973 y la 1980.
La ‘97 aporta fútbol y dinero en partes iguales. De allí salió Santiago Ascacibar (ya transferido), Bautista Cascini, Lucas Rodríguez, Iván Gómez, Carlo Lattanzio, Francisco Apaolaza (hoy en Reserva) y tres chicos que están afuera: Lucas Bruera (rescindió contrato y es el arquero de la Reserva de Independiente), Gonzalo Ireba (a préstamo en Unión) y Franco Vivas (hijo de Claudio, actualmente en Italia).

Una de las formaciones de la categoría 1997, cuando jugó su primer año en juveniles de AFA. Arriba Ireba y Apaolaza; abajo Ascacibar, Tití rodríguez (están juntos) e Iván Gómez. Ellos, más Carlo Lattanzio, León Piergiácomi, Lucas Bruera y Ezequiel Miranda fueron la mejor última camada. Se empezó a gestar luego del título en 2006.
Pero también otros con menos chapa como Nerio Villarreal y Rafael Madero (Berazategui), Federico Contreras, Galo Capomaggio y Fermín García (Cambaceres), Carlos Salgado y Matías Morales, hijo de Matute, en la Reserva de Racing.
Como todas las camadas, ésta tuvo tuvo sus tutores futbolísticos: Omar Rulli y Agustín Quillaborda. Ellos, con la guía de Claudio Vivas, fueron quienes buscaron jugador por jugador en clubes de La Plata y los entrenaron desde infantiles hasta que fueron juveniles. Sin saberlo, le dieron forma a una camada de las más fructíferas de la historia. Hoy se disfruta en todo sentido.
La categoría ‘97 fue la última en jugar de manera oficial en 57 y 1

“La categoría ‘97 fue lo más importante que tuve como profesional, esos chicos son los hijos que no tengo. Escribí un libro sobre fútbol infantil, aprobado por AFA y FIFA, ‘Cómo aprender a jugar, jugando’, que fue implementado íntegramente en esa categoría gracias a la ayuda de Carlos Bottegal, Claudio Vivas y Omar Rulli”, cuenta desde Arabia Saudita el Profe Agustín Quillaborda. “En definitiva estoy aquí por ese libro”.
“Me pone muy feliz que el Ruso Ascacibar esté triunfando en Alemania como que Carlos Salgado tenga buenas notas en economía y otros chicos se las estén rebuscando dignamente en algún oficio o profesión”, aporta este profesional nacido en 1975, compañero de la Brujita Verón y nacido en General Belgrano, ciudad que le aportó varios valores al Club: los Capria, Leandro Testa y Sergio Catán, entre otros.
La ‘97 ya desde infantiles logró un buen funcionamiento y conquistó varios campeonatos de LISFI y AFA. En aquellos primeros equipos Iván Gómez era suplente, Tití Rodríguez jugaba de “3” y varios defensores se alternaban la titularidad. Ya en juveniles la cosecha dejó de ser dorada desde los títulos (conquistó los títulos en Liga Metro en 2013 y fue subcampeona en Novena), pero no así en lo futbolístico. Ya todos dejaron de ser promesas y son realidad.
¿Un equipo base? Bruera; Piergiácomi, Cabrera, Adín, Rodríguez; Gómez, Ascacibar, Cascini; Ireba, Apaolaza y Lattanzio.
A la hora del recuerdo de la ‘97 asoma un dato que no pasa desapercibido para quienes los formaron y para varios chicos consultados: fue la categoría que jugó por última vez en 57 y 1. En diciembre de 2006, antes de la demolición, disputó un partido ante Nueva Chicago por Liga Metropolitana.
Esta categoría trajo a la memoria de ex futbolistas, dirigentes e hinchas lo que fue la categoría 1973, la más ganadora en la historia del fútbol juvenil de AFA y un eslabón determinante en la historia del Club. Para tener una dimensión, fue campeona de Novena a Cuarta en todas las divisiones y aportó una buena cantidad de jugadores en un momento delicado.
El más conocido fue Martín Palermo, pero también llegaron a jugar en primera Claudio París, Gastón Sessa, Gonzalo Gaitán (hoy radicado en Alemania), Carlos Anderssen y Mauro Amato. Otros tuvieron que buscar lugar en diferentes clubes, como Leonel Cassiano, Gonzalo Sumich, Leonardo Serfaty, Mencho Soria (vive en Guatemala), y Matías Milanini (vive en San Pablo).
“Era otro club. En el fútbol de hoy, de nuestra categoría hubiesen llegado más chicos. Por el poder que teníamos individual y colectivamente la categoría fue un poco desaprovechada. Nueve o diez jugamos en Primera, en Estudiantes u otros lados, pero no tengo dudas que podríamos haber sido más”, analiza quien fuera el capitán del grupo, Leonel Casiano, que jugó en Tigre, Nueva Chicago, Defensa y Argentino de Quilmes.
“Pero claro, eran otras épocas. El club se jugaba cosas pesadas, había problemas económicos y mucha presión. Hoy un chico sube a Primera y tiene todas las comodidades. Me alegro mucho de ver a Estudiantes en el estado que se encuentra”, continua y destaca otra característica que los diferencia de los pibes actuales: “Nos entrenábamos y jugábamos en la cancha auxiliar de 57 y 1, practicábamos con zapatillas Flecha que nos daba el club y entre Novena y Cuarta tuvimos al Bocha Flores y la Bruja Verón como únicos entrenadores”.
La categoría ‘73 tiene un capítulo de su historia inolvidable: le ganó la final a Gimnasia en el torneo de Sexta División. Fue en 1990 y los dos partidos se jugaron en los campos principales, con hinchas. El Pincha ganó 2-0 como local pero perdió 3-1 en la revancha. Fueron a penales y se quedó con la serie por 4-2.
Otro integrante de esa categoría fue Mauro Amato, actualmente entrenador de la Pre Novena, que no se cansa de contarles su historia a los más chicos. “En la ‘73 hubo cohesión grupal y los egos quedaban de lado. No había estrellitas. Esa división se autofortaleción y así nos formamos. Era muy difícil a los chicos que venían de afuera para meterse en el grupo. Esa categoría significó y significa mucho en lo personal. Se armó un grupo de buenas personas y buenos jugadores. Eso tiene un valor y potencia inigualable. Doce jugadores firmamos primer contrato, todo un récord”.
Es tan buena relación de ese grupo que hoy en día siguen en contacto. Tienen un grupo de whatssap, periódicamente juegan al fútbol y todos los 30 de diciembre se reúnen a comer un asado y contar sus cosas.
¿Un equipo base? Sessa; Soria, Coccimano, Milanini; Amato, Johnson, Gaitán, París; Cassiano; Palermo y Serfaty.
“La formación de nuestra camada con la actual es muy diferente. Ahora es más rica porque los formadores estamos mejor preparados. En mi caso me relaciono con los chicos de la manera que me hubiese gustado que me las dijesen, en sí desde las carencias que tuve, un abrazo, una felicitación, un reto con fundamento. Hoy la formación va más allá de enseñarles a pegarle a la pelota, también tienen que ser buenas personas, solidarios y compañeros fuera de la cancha”, cierra concepto el delantero que debutó en la B Nacional y fue parte del equipo que terminara tercero en 1996.
En el recorrido, por último, es ineludible mencionar a la categoría 1980, la que aportó a Ernesto Farías, Luciano Galletti, Nicolás Tauber, el Pata Cejas y Juan Fernández. También a los nacidos en 1982. Estos pibes, en buena medida salvaron del descenso a Estudiantes y aportaron unos cuantos millones de dólares cuando la época no estaba de la mejor manera.
Estudiantes fue históricamente un club formador y vendedor. Tuvo camadas muy buenas y otras simplemente buenas. Pero siempre con material de exportación.

Diez millones de dólares aportó un sólo jugador de la categoría 1997: Santiago Ascacibar. Pero cuando se le sumen los que dejarán Tití Rodríguez, Bautista Cascini y las nuevas “estrelllas” Carlo Lattanzio e Iván Gómez el monto será el mejor en la historia del club.
 
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