martes, 12 de diciembre de 2017

En el final del semestre se armó de atrás para adelante, pero le faltó contundencia

ESTUDIANTES CERRÓ UN SEMESTRE OPACO PERO MEJOR CON RESPECTO A CÓMO LO HABÍA COMENZADO
El Pincha encontró en el final del año cierta solidez defensiva en contraposición con una falta de contundencia que ya preocupa. Pudo mantener su arco en cero en tres partidos, pero hizo tres goles en seis fechas

Por MARTÍN CABRERA
mcabrera@eldia.com

Gómez, una de las gratas apariciones en primera de Estudiantes

Se acabó el año para Estudiantes, un año intenso, largo, con viajes y lleno de matices desde lo futbolístico, que lo tuvo participando en la Copa Libertadores, en la Sudamericana y en los dos torneos locales. Buen primer tramo, no así el segundo. Ese corte será el tema de análisis en esta nota.
El equipo sufrió como nadie la falta de una pretemporada. Para colmo, luego de la exigente primera parte del año el plantel se desmembró: Augusto Solari, Lucas Viatri, Juan Ignacio Cavallaro, Javier Toledo, Santiago Ascacibar, Juan Foyth y otros jugadores se marcharon del Club. Llegaron otros tantos más un técnico nuevo, Gustavo Matosas... No fue buena la combinación porque todos fallaron. Y los resultados no acompañaron.


Carlo Lattanzio: El extremo izquierdo juvenil categoría ‘97 fue el mejor refuerzo del semestre. Es un jugador interesante para el año que viene
El equipo nunca tuvo un juego sostenido en las doce fechas de la Superliga, pero tampoco en las dos fases que jugó en la Copa Sudamericana. Fue un equipo por momentos largo, previsible, con fragilidades defensivas y con enormes problemas en el retroceso. Fue un equipo, por momentos, sin identidad.
Por eso se fue Matosas, con más pena que gloria (una victoria, un empate y una derrota en la Superliga y dos triunfos e igual cantidad de caídas en la Sudamericana) y llegó Lucas Bernardi, que mejoró notoriamente a Estudiantes en las ocho fechas que lo dirigió, con cuatro victorias, un empate y tres derrotas.


Gastón Giménez: Es la principal opción de la secretaría técnica. Godoy Cruz lo quiere negociar. Antes de Navidad sería el primer refuerzo
Lo más significativo fue el orden táctico. El equipo se empezó a rearmar de atrás para adelante, ya que sufría una barbaridad los desacoples defensivos y el juego de contra de sus rivales, al punto que hasta el propio capitán Leandro Desábato perdió su lugar.
Con el correr del tiempo quedó en claro que el orden actual le dio estabilidad a la defensa. Volvió el Chavo, siguió Jonatan Schunke y hasta se dio el lujo de jugar con un central de marcador izquierdo. El problema no eran los nombres sino la disposición. Mariano Andújar mantuvo la valla invicta tres partidos y el equipo recibió apenas cuatro goles en seis fechas. Después de mucho tiempo Estudiantes se volvió un equipo complejo para marcarle goles.


Mauricio Cuero: El colombiano es un jugador que interesa pero con el correr de los días fue perdiendo fuerza. Hoy existen algunas dudas
La derrota contra Tigre marcó un quiebre: pegó duro puertas adentro, por la forma y por el nivel mostrado. Luego de esa tarde, Gastón Fernández, Juan Otero, Sebastián Dubarbier y Marco Borgnino no volvieron a jugar. Adentro los pibes: Iván Gómez, Carlo Lattanzio y Matías Ruiz Díaz. Los tres, con matices, se ganaron la oportunidad de seguir siendo tenidos en cuenta y le dieron un mensaje a la dirigencia que a veces los mejores refuerzos no están en las agendas de los representantes sino en las propias divisiones menores.
Pero está claro que Estudiantes no puede afrontar un 2018 con Libertadores, torneo y Copa Argentina sólo con juveniles. Deberá salir otra vez al mercado de pases, pero ahora con la obligación de no volver a equivocarse. Desde la dirigencia se anunció cuatro o cinco refuerzos, en lo posible de jerarquía.


Christian Alemán: El volante ecuatoriano es muy probable que no siga en Estudiantes, aunque su préstamo se termina dentro de seis meses
Algunos nombres salieron a la luz, como el extremo derecho Mauricio Cuero, colombiano en el Tijuana de México. Y los volantes ofensivos Gastón Giménez (Godoy Cruz) y Sebastián Rodríguez (Nacional). Y también un delantero de área. Sólo el tiempo tendrá la confirmación de los nombres, pero está claro que hoy por hoy los cañones están puestos en ofensiva.
Porque lo concreto es que Estudiantes mejoró de atrás para adelante pero le faltó pintura para terminar el trabajo. Sólido atrás, sí, pero inofensivo en el área de enfrente. El gran déficit en la parte final del año fue el gol.
Estudiantes hizo tan solo tres goles en los últimos seis partidos. Le marcó a Argentinos Juniors gracias a un cabezazo de Jonatan Schunke tras un centro desde la derecha (una de las pocas veces que un jugador ganó en el área de enfrente), a Atlético Tucumán con un remate desde media distancia de Bautista Cejas que se desvió en el camino y tras una buena jugada por la izquierda que acabó con el gol de Lucas Melano a Talleres, en Córdoba.
Le costó una barbaridad encontrar una fórmula eficiente. La imagen de Mariano Pavone mostrando la suerte de Boca cuando su remate había pegado en el palo y en segunda instancia contenido por Rossi es real, pero también hay una falencia propia del equipo. Ese el punto a mejorar.

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