ESTUDIANTES CERRÓ UN SEMESTRE OPACO PERO MEJOR CON RESPECTO A CÓMO LO HABÍA COMENZADO
El Pincha encontró en
el final del año cierta solidez defensiva en contraposición con una
falta de contundencia que ya preocupa. Pudo mantener su arco en cero en
tres partidos, pero hizo tres goles en seis fechas
Se
acabó el año para Estudiantes, un año intenso, largo, con viajes y lleno
de matices desde lo futbolístico, que lo tuvo participando en la Copa
Libertadores, en la Sudamericana y en los dos torneos locales. Buen
primer tramo, no así el segundo. Ese corte será el tema de análisis en
esta nota.
El equipo sufrió como nadie la
falta de una pretemporada. Para colmo, luego de la exigente primera
parte del año el plantel se desmembró: Augusto Solari, Lucas Viatri,
Juan Ignacio Cavallaro, Javier Toledo, Santiago Ascacibar, Juan Foyth y
otros jugadores se marcharon del Club. Llegaron otros tantos más un
técnico nuevo, Gustavo Matosas... No fue buena la combinación porque
todos fallaron. Y los resultados no acompañaron.
Carlo Lattanzio: El extremo izquierdo juvenil
categoría ‘97 fue el mejor refuerzo del semestre. Es un jugador
interesante para el año que viene
El equipo nunca
tuvo un juego sostenido en las doce fechas de la Superliga, pero tampoco
en las dos fases que jugó en la Copa Sudamericana. Fue un equipo por
momentos largo, previsible, con fragilidades defensivas y con enormes
problemas en el retroceso. Fue un equipo, por momentos, sin identidad.
Por
eso se fue Matosas, con más pena que gloria (una victoria, un empate y
una derrota en la Superliga y dos triunfos e igual cantidad de caídas en
la Sudamericana) y llegó Lucas Bernardi, que mejoró notoriamente a
Estudiantes en las ocho fechas que lo dirigió, con cuatro victorias, un
empate y tres derrotas.
Gastón Giménez: Es la principal opción de la
secretaría técnica. Godoy Cruz lo quiere negociar. Antes de Navidad
sería el primer refuerzo
Lo más
significativo fue el orden táctico. El equipo se empezó a rearmar de
atrás para adelante, ya que sufría una barbaridad los desacoples
defensivos y el juego de contra de sus rivales, al punto que hasta el
propio capitán Leandro Desábato perdió su lugar.
Con
el correr del tiempo quedó en claro que el orden actual le dio
estabilidad a la defensa. Volvió el Chavo, siguió Jonatan Schunke y
hasta se dio el lujo de jugar con un central de marcador izquierdo. El
problema no eran los nombres sino la disposición. Mariano Andújar mantuvo la valla invicta tres partidos y el equipo recibió apenas cuatro goles en seis fechas. Después de mucho tiempo Estudiantes se volvió un equipo complejo para marcarle goles.
Mauricio Cuero: El colombiano es un jugador que
interesa pero con el correr de los días fue perdiendo fuerza. Hoy
existen algunas dudas
La derrota contra
Tigre marcó un quiebre: pegó duro puertas adentro, por la forma y por el
nivel mostrado. Luego de esa tarde, Gastón Fernández, Juan Otero,
Sebastián Dubarbier y Marco Borgnino no volvieron a jugar. Adentro los
pibes: Iván Gómez, Carlo Lattanzio y Matías Ruiz Díaz. Los tres, con
matices, se ganaron la oportunidad de seguir siendo tenidos en cuenta y
le dieron un mensaje a la dirigencia que a veces los mejores refuerzos
no están en las agendas de los representantes sino en las propias
divisiones menores.
Pero está claro que
Estudiantes no puede afrontar un 2018 con Libertadores, torneo y Copa
Argentina sólo con juveniles. Deberá salir otra vez al mercado de pases,
pero ahora con la obligación de no volver a equivocarse. Desde la dirigencia se anunció cuatro o cinco refuerzos, en lo posible de jerarquía.
Christian Alemán: El volante ecuatoriano es muy
probable que no siga en Estudiantes, aunque su préstamo se termina
dentro de seis meses
Algunos nombres
salieron a la luz, como el extremo derecho Mauricio Cuero, colombiano en
el Tijuana de México. Y los volantes ofensivos Gastón Giménez (Godoy
Cruz) y Sebastián Rodríguez (Nacional). Y también un delantero de área.
Sólo el tiempo tendrá la confirmación de los nombres, pero está claro que hoy por hoy los cañones están puestos en ofensiva.
Porque
lo concreto es que Estudiantes mejoró de atrás para adelante pero le
faltó pintura para terminar el trabajo. Sólido atrás, sí, pero
inofensivo en el área de enfrente. El gran déficit en la parte final del
año fue el gol.
Estudiantes hizo tan solo
tres goles en los últimos seis partidos. Le marcó a Argentinos Juniors
gracias a un cabezazo de Jonatan Schunke tras un centro desde la derecha
(una de las pocas veces que un jugador ganó en el área de enfrente), a
Atlético Tucumán con un remate desde media distancia de Bautista Cejas
que se desvió en el camino y tras una buena jugada por la izquierda que
acabó con el gol de Lucas Melano a Talleres, en Córdoba.
Le
costó una barbaridad encontrar una fórmula eficiente. La imagen de
Mariano Pavone mostrando la suerte de Boca cuando su remate había pegado
en el palo y en segunda instancia contenido por Rossi es real, pero
también hay una falencia propia del equipo. Ese el punto a mejorar.
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