Jugadores que rondan
los 40 años de edad siguen brillando en el más alto nivel de competencia
de distintos deportes. Emanuel Ginóbili, quien ya llegó a las cuatro
décadas y la rompe en la NBA, es un claro ejemplo
Por LAUTARO SEGURA y FERNANDO ALEGRE

¿Hasta qué edad un deportista puede seguir compitiendo al
máximo nivel? Gracias a los avances tecnológicos en la preparación y
cuidado del físico, la respuesta a dicha pregunta ha ido variando a lo
largo del tiempo, poniendo el límite de edad cada vez alto. Si bien cada
deporte tienes sus particulares debido a las exigencias del mismo, en
la última década se ha podido apreciar como jugadores de distintas
disciplinas brillan rondando sus 40 años.
El caso más paradigmático de la actualidad es Emanuel
Ginobili, quien con sus cuatro décadas ya cumplidas sigue dando que
hablar en la mejor liga de básquet del mundo, la NBA. En el tenis, Roger
Federer se convirtió en el número 1 más longevo con más de 36 años,
mientras que en el fútbol argentino Rodrigo Braña, que semanas atrás
festejó sus 39 años, muestra el mismo despliegue de cuando arrancó a
jugar y es la pieza más importante del plantel de Estudiantes. Ejemplos
sobran, y se pueden encontrar en cualquier deporte y país.

Un deportista de primer nivel, hoy en día, tiene a su
disposición un seguimiento médico personalizado con analíticas
frecuentes, control de peso diario y técnicas para medir qué proporción
de grasa y de masa muscular tienen en el cuerpo. Esto ocurre tanto en
deportes grupales como individuales. También se les hacen registros para
valorar el estado de las fibras y si hay riesgo de lesiones inminentes.
Médicos y traumatólogos están en todos los detalles para que el
deportista rinda al máximo.
Los especialistas saben la potencia muscular de los
isquiotibiales de un jugador durante la etapa precompetitiva y pueden
regular sus sobrecargas durante la temporada. Los reposos resultan
claves, y los mismos se van planificando con anticipación. Este
perfeccionamiento en la preparación médico ha hecho que los jóvenes
atletas necesiten más tiempo antes de alcanzar la excelencia.

Si a un deportista se le exige la dosis que necesita de
entrenamiento y no se sobrexige, va a durar más en la alta competencia y
con menos lesiones que le obliguen a parar. Igualmente, en caso de
sufrir alguna molestia, los tratamientos son más sofisticados y permiten
una mejor recuperación con respecto a décadas anteriores, en donde era
más común que una dura lesión termine con la carrera de un jugador.
Al aspecto médico se le añade una buena alimentación,
también controlada por un profesional, que suele diseñarse de manera
personal teniendo en cuenta las características físicas de cada uno: se
tiene en cuenta la cantidad de grasas, carbohidratos y proteínas
necesarias para cada uno, así como si les conviene tomar algún
suplemento o mineral para mejorar su estado físico.

En el último tiempo muchos deportistas han optado por la
llamada “dieta paleolítica”, la cuál ha sido definida como la manera más
saludable de comer porque tiene un enfoque nutricional que funciona con
la genética de cada uno para ayudarlo a mantenerse en forma, fuerte y
pleno de energías. Esta dieta se centra en todos los alimentos libres de
aditivos y productos químicos, buscando el consumo de proteínas y
grasas saludables que permitan un mejor metabolismo.
Si un deportista lleva una vida sana, y es acompañado por un
buen equipo profesional, podrá disfrutar de más años de alta
competición, aunque también es importante saber adaptarse a la manera de
jugar en cada etapa de la vida. Toni Nadal, tío e histórico entrenador
de Rafael, explicó en una entrevista al diario “El País” de España: “En
el 2008 era un jugador joven y brioso, cuyo tenis manifestaba ciertas
carencias técnicas que superaba felizmente gracias a un juego basado en
la impetuosidad, la intensidad y la fuerza mental. Pero cuando la etapa
juvenil pasó, ha mejorado técnicamente casi todos sus golpes. Hoy
estamos frente a un jugador mucho más maduro y convincente que ya no
necesita basar tanto su juego en su físico”, explicó el mítico entrenador del tenista que volverà a ser número uno.

EL PIBE DE 40
Manu Ginobili nació el 28 de julio de 1977 en Bahía Blanca y
hoy, a los 40 años, es una pieza fundamental de los San Antonio Spurs
en la NBA. Su juego ha maravillado a propios y extraños, jugando a un
básquet de alto nivel a pesar de sus cuatro décadas. A su talento con la
naranja le sumó un cuidado extremo de su cuerpo, que le permitieron
convertiste en uno de los mejores deportistas argentinos de la historia.

En una entrevista que dio meses atrás para el sitio latino
de la NBA, contó que una de las claves de su vigencia es su dieta. El
momento clave ocurrió en el 2011, cuando decidió sumar al fisioterapeuta
Paulo Maccari para diagramar una nueva alimentación, debido a que
estaba notando que se estaba desgarrando más de la cuenta. Verduras,
pescado, pollo, huevos de granja y cada vez menos carne roja son algunos
de las claves de su dieta actual.
LA PERFECCIÓN SUIZA

Roger Federer cumplirá el 8 de agosto 37 años y es el número
1 del ranking ATP más longevo de la historia. Muchos lo consideran el
mejor tenista de siempre, y sus números apoyan esta etiqueta, ya que por
ejemplo ha ganado hasta el momento 20 Grand Slam.
Al ser consultado el año pasado sobre las claves de su
vigencia, indicó: “Me entreno con mayor intensidad en diciembre, cuando
no hay torneos. En plena temporada -que se extiende de enero a
noviembre- no practico al mismo ritmo, porque no quiero saturar. Sólo
quiero mantener la base que construí en diciembre”.

EL INOXIDABLE CHAPU BRAÑA
El caso local de un deportista cercano a los 40 años en
plenitud es, sin dudas, Rodrigo Braña. El volante central de Estudiantes
llegó a los 39 semanas atrás y es el jugador más importante que tiene
el entrenador Lucas Bernardi.
El Chapu, que es seguido de cera por los profesionales
albirrojos, va descansando durante la temporada en distintos encuentros
para no sobreexigirse y llegar de la mejor manera a los partidos más
importantes que tiene el León.
SANTIAGO LANGE
Uno de los argentinos que consiguió medalla dorada en los
Juegos Olímpicos de Río 2016, Santiago Lange, es un caso excepcional. El
regatista, tras superar un cáncer de pulmón, logró llegar a la gloria
olímpica junto a Cecilia Carranza con 55 años.
El nacido en San Isidro indicó en varias charlas con la
prensa que no deja ningún detalle librado al azar en su preparación para
llegar de la mejor manera a las más exigentes competencias de un
deporte que desgaste mucho.
www.eldia.com.ar
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