ENTREVISTA A LEANDRO DESÁBATO, EX CAPITÁN DE ESTUDIANTES, LUEGO DE SU RETIRO DEL FÚTBOL PROFESIONAL
A pocas horas de su debut como jugador de Cafferatense, el Chavo hizo un repaso de su presente y de su futuro en el fútbol
Atiende el teléfono mientras habla
con alguien de su casa. Está por arreglar una canilla. Bromea y dice
que su vida cambió desde que no juega más al fútbol. Igual avisa que
siempre le gustaron las cosas domésticas pero que por cuestiones de
tiempo no podía encargarse. Leandro Desábato, el ex capitán de
Estudiantes, pasa unos días en Cafferata y el domingo debutó en el club
de su pueblo mientras planifica qué será de su vida.
El Chavo usó
la camiseta número 2 del Club Deportivo y Mutual Cafferatense en el
empate 0-0 contra Huracán de Chabás. Fue una tarde de emociones para la
familia, porque compartió equipo con su hermano Jorge y su primo Tato
Callegari. “Es la primera vez que juego oficialmente con ellos”.
-¿Cómo fue tu regreso al pueblo?
-Muy
bien. Ya la noche que llegué hubo una bienvenida que me sirvió para
sentirme como en casa. El domingo vino toda mi familia y amigos que
están en otros pueblos. Hubo como una movilización que me emocionó. El
capitán me dio la cinta y cuando dije unas palabras en la arenga me
quebré. Mirá que jugué partidos y estuve en la Selección, pero esto me
superó. Jugué con mi hermano, estuvo mi otro hermano que es dirigente,
mi sobrino, mi primo, mi viejo... No fue fácil. Algo que pensé que nunca
iba a llegar, al final llegó.
“El mes que viene me voy a reunir con Verón y Alayes para saber qué quieren. También con dos técnicos”
Desábato y su futuro
Cafferatense
es el Funebrero. El pueblo está ahí. Hace unos años que participa del
Interprovincial pero nunca pudo ser campeón. Al Chavo le pusieron todas
las fichas pero avisa un poco en broma y un poco en serio: “No se
ilusionen porque mucho no puedo hacer”. No es fácil el torneo, pero
nadie les baja las expectativas a los hinchas.
-¿Se respeta al jugador con trayectoria o en la primera jugada el 9 rival te hizo sentir el rigor de la categoría?
-No,
cuando la pelota empieza a rodar ya no importan los apellidos. En la
primera jugada un defensor me fue fuerte cuando fui a cabecear. Todavía
me duele la cintura. Después me pidió disculpas. Se juega fuerte y con
el alma. Se escucha la gente. Es otra cosa. Igual, ojo, es una liga muy
competitiva. La próxima fecha jugamos de visitantes contra Independiente
de Chañar Labiado, que se reforzó para ganar el campeonato.
-¿Tu idea es jugar todos los partidos o sólo los primeros?
-Voy
a jugar los próximos dos porque aprovecho que la familia está acá de
vacaciones. Pero después los primeros días de agosto me vuelvo a La
Plata porque mis hijos van a la escuela y voy a aprovechar para reunirme
con algunos técnicos. La idea es poder volver a jugar algunos partidos
siempre y cuando la familia me acompañe. Parece fácil pero tengo cuatro
hijos y se complica dejar a mi señora sola con ellos. El objetivo es
clasificar a la fase final. Y después veremos.
-¿Ya te cayó la ficha del retiro?
-Por
momentos sí, por momentos no. A veces me agarra esa ansiedad de no
saber qué voy a hacer. Me pasa acá en el pueblo, porque encima se
entrena a la noche, hace mucho frío y me cuesta. Pero más allá de
extrañar algunas veces el profesionalismo, no me arrepiento de la
decisión que tomé. Fue un retiro muy pensado y más allá que el proceso
lo estoy viviendo, sabía que iba a ser duro. Por eso fui un
psicoanalista. Tengo una edad considerable y me cuesta jugar en el
equipo del pueblo. Me costaba el día a día en Estudiantes y eso me
frustraba. El domingo estaba jugando el partido y me dolía todo. Estaba
convencido que era el momento y seguramente cuando empiece el torneo me
voy a sentir un poco mal, pero era la mejor decisión que podía tomar.
-La gente no te pudo despedir en cancha. ¿Vas a estar en el primer partido de Estudiantes como local?
-La
verdad que no lo sé. No tenía pensado ir para evitar esa nostalgia
lógica. Pero si necesitan mi presencia obviamente que voy a estar.
Cuando decidí retirarme supe que los primeros partidos iba a estar lejos
de la cancha porque si me acerco lo voy a extrañar mucho más. Igual
todavía no me llamó nadie del Club, no sé si tienen pensado hacer algo.
-¿Qué fue lo que más te sorprendió al momento de anunciar tu retiro del fútbol?
-La
verdad que fueron muy lindas todas las muestras de apoyo que recibí. No
tengo redes sociales pero me llegaron los saludos de ex compañeros,
empleados del club, profesores, entrenadores... Me costó mucho tomar la
decisión, pero una vez que lo hice sentí un terrible alivio. Tardé como
un año en darme cuenta y eso que el día a día me estaba costando una
barbaridad. No podía disfrutar. Lo estaba sufriendo en lo físico y
mental. Cuando se los dije al Flaco (Alayes) y al Chino (Benítez) sentí
alivio. Siempre me quise retirar jugando y vigente, sin dar lástima como
les pasó a otros jugadores que jugaron un montón sólo por su nombre. Me
retiré jugando un partido de Copa Libertadores y clasificando a los
octavos de final. La gente el día de mañana se va a acordar de eso.
-¿Cómo viene el Leandro Desábato entrenador?
-La
idea sigue siendo la misma: ser técnico. Obviamente no es fácil estar
del otro lado por eso ahora voy a empezar a reunirme con diferentes
entrenadores para escucharlos, preguntarles y sacarme algunas dudas.
Tengo muchas ideas en la cabeza, pero todas desordenadas. Esas charlas
me van a servir para ordenarlas.
-¿Seguís con la idea de ser entrenador de Reserva primero? ¿Será en Estudiantes?
-Sí,
mi decisión es empezar con una división Reserva antes que una Primera,
porque si me tengo que equivocar en un entrenamiento o un cambio es
mejor hacerlo ahí que arriba. Es una buena medida para saber si les
llego o no les llego a los jugadores, si me entienden... Son cosas que
en lo personal me genera alguna duda y eso lo voy a ir charlando con
algunos entrenadores. Con Agustín (Alayes) ya lo hablé pero muy poco con
Sebastián (Verón). Una vez que empiece a caminar el torneo y ellos se
saquen el mercado de pases de la cabeza me juntaré para saber cuál es su
idea para el futuro.
-¿Qué te dejó el Mundial en el armado de planteles, planificación y juego preparado?
-Lo
que tengo claro para cuando sea entrenador es la importancia de armar
un buen grupo que capte mi idea. Estoy convencido que si el jugador no
tiene llegada al jugador y no se trabaja en equipo es muy difícil. Se ve
que muchos clubes de la Argentina gastan una millonada de plata y les
cuesta un montón contra equipos chicos que tienen un plantel más
modesto. Pero el trabajo en equipo, la planificación y el convencimiento
están por encima del dinero. En el Mundial lo mismo, se demostró que el
equipo está por encima de las individualidades. Los que llegaron a las
finales fueron los que se sacrificaron todos en defensa y en ataque. Ya
no se gana más con la camiseta ni con un par de individualidades. El
trabajo no te asegura el éxito, pero te acerca al objetivo. Por eso hay
una paridad tan grande. En Argentina de una buena vez por todas se tiene
que hacer un proyecto serio en juveniles para empezar a marcar un
camino. Tiene que haber un camino, que sea con la identidad que quieran,
pero un camino al fin y al cabo.
-¿El tiempo le dio la razón a Alejandro Sabella?
-No
tengas dudas. Hoy que no está se lo valora. Cuando estuvo se lo criticó
demasiado. Es recurrente en este país no dejar trabajar y la crítica
constante. Cuando Alejandro (Sabella) agarró en 2011 se lo cuestionó
mucho y eso que ganó las Eliminatorias casi caminando. Fue al Mundial,
llegó a la final y todavía se lo criticaba por defensivo. Pero claro,
hoy vemos el Mundial y los finalistas son tan “defensivos” como la
Argentina de Sabella. ¡Cuánta razón tenía! Eso es lo peor que nos puede
pasar: no valorar las cosas cuando las tenemos. Así está el país en
muchos aspectos. No hay tolerancia ni visión a futuro, se piensa que con
plata todo se compra.
-¿Lo más difícil en el fútbol es que el entrenador logre ser creíble para sus jugadores?
-Y,
es clave que el jugador se te entregue. En Estudiantes cuando hubieron
técnicos que lo consiguieron se lograron cosas importantes. Y esas cosas
importantes no fueron sólo los títulos. Porque cuando la cosa no está
tan bien se mira con nostalgia las buenas campañas realizadas. Se está
muy intolerante en el fútbol y no se deja trabajar tranquilo a nadie. No
sé si la culpa la tienen las redes sociales, pero influyen
negativamente no tengo dudas.
www.eldia.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario