domingo, 9 de febrero de 2020

Estudiantes sumó un punto en el Coloso que le servirá más en el final de la temporada


Martín Cabrera
Empató en su visita a Newell’s y sigue en el pelotón de equipos que quieren meterse en una copa internacional
Estudiantes se trajo un punto de su visita a Newell’s. Fue 0-0 en el Parque de la Independencia, un reducto que históricamente le fue adverso. Un punto que hoy por no le aporta demasiado, pero que a la hora de la cosecha final podrá ser por demás importante.
Anoche no dio un paso adelante en su funcionamiento como se esperaba. Volvió a dejar dudas en su juego y si bien no la pasó mal defensivamente, nunca dio la sensación de tener el partido controlado. Pero su mayor falencia la tuvo en la generación de fútbol, ya que en 95 minutos sólo una vez pudo poner un jugador cara a cara con Alan Aguerre. Un punto que suma, que le sirve, pero que todavía no le permite soñar con cosas muy extravagantes.
Estudiantes le costó hacer pie en el primer tiempo, ya que tuvo poco contacto con la pelota y una rápida pérdida cada vez que la recuperó. En ese sentido su jugador más valioso fue Javier Mascherano, rápido e inteligente para cubrir espacios y solucionar problemas de sus compañeros. También estuvo muy atento Jonatan Schunke para ir sobre Lucas Albertengo, el más peligroso de Newell’s.
No pudo tener la pelota porque esperó agazapado en la mitad de cancha para apostar y sorprender con alguna contra. Pero cuando la inició Lucas Rodríguez o Diego García por la izquierda no prosperó. Lo mismo con ángel González en la derecha, desaprovechado y cada vez menos útil para el equipo.
Para colmo, pese a tener superioridad numérica en su campo, el local le llegó un par de veces, sobre todo con Ángelo Gabrieli, que le comió las espaldas al tándem Rodríguez-García. Por allí generó algunas aproximaciones y le dio luz verde a tres o cuatro pelotas paradas peligrosas, porque además de Albertengo la Lepra tuvo en Gentiletti y Lema a dos armas peligrosas. El primero de ellos, por ejemplo, malogró un cabezazo franco porque lo hizo sin marca.
Estudiantes sufrió la soledad de Cauteruccio, que si bien se las ingenió nunca pudo desnivelar la marca. Pero robó una pelota en el medio y le cedió un pase de gol a Diego García. Fue a los 33 minutos, cuando el uruguayo quedó mano a mano con Alan Aguerre, que le tapó el remate con destino de gol. Pudo ser una jugada para cambiar el partido. Pero se quedó en eso, una oportunidad y nada más. Clara, eso no se discute, la más clara del período, que finalizó con el griterío del público local reclamándole a Diego Abal una inexistente falta en ataque cobrada a Gabrielli. Es verdad, pero nada cambiaba si no hubiese pitado.
Poco lo mostrado por el Pincha y bastante poco lo de Newell’s, que para colmo de males perdió a los 22 minutos a uno de sus hombres más desequilibrantes: Mauro Formica. Una lesión muscular lo dejó afuera y su socio Maxi Rodríguez se terminó fastidiando con sus compañeros.
El Pincha no dio un paso adelante en su funcionamiento. Volvió a dejar dudas en su juego
Poco cambió en el segundo tiempo en lo que a intensidades y dominios se refiere. Los dos jugaron al 100% cada una de las jugadas, siempre con un Newell’s más decidido a dar un paso adelante y un Estudiantes agazapado en la mitad de cancha (o más atrás) para apostar por la contra.
En esas búsquedas Gabriel Milito apostó por la potencia de Mateo Retegui en lugar de la Gata Fernández, entendiendo que la intensidad vista dentro del campo contrastaba con la lentitud de su jugador estratega. Del otro lado Kudelka sacó a Albertengo para apostar por Palacios y su movilidad por afuera, ya que Jonatan Schunke se estaba haciendo un festín en el juego aéreo. Promediando el complemento otra vez las cartas se repartieron y los dos contrincantes jugaron los últimos 20 minutos, siempre con mucha entrega e intensiones, pero sin llegar con peligro a ninguno de los dos arcos.
En ese segundo tiempo Albertnego tuvo una chance clara al minuto de juego, aprovechando una pifia de Sánchez. Pero su remate se fue lejos del palo derecho de Andújar. Del otro lado no mostró nada el Pincha, salvo una buena combinación por izquierda entre la Gata, García y Tití, que finalizó con una buena atorada de Aguerre al ex MLS.
El Pincha sufrió la soledad de Cauteruccio, padeció a Ángel González y una nueva oposición que lejos de ayudarlo lo perjudica. Y penó por la poca eficacia de la dupla izquierda. Entonces nada hizo vislumbrar una luz en el final del túnel, sino un juego apenas discreto y la máxima atención en la última línea para no cometer un error que pueda costarle caro.

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