Cuando peor la estaba pasando se iluminó y Matías Pellegrini llegó al gol. Así el Pincha dio un paso gigante para meterse en fase de grupos. Godoy fue la figura de un equipo que no estuvo al 100 desde lo físico
Chile, enviado especial
mcabrera@eldia.com
Estudiantes logró algo que es muy difícil y no suele ser moneda corriente: ganar como visitante un partido de Copa Libertadores. Lo hizo anoche en Viña del Mar, con lo justo y sufriendo. Pero ganó y en esta instancia es lo más importante. Fue 1-0 sobre Everton para estar más cerca del objetivo.
El gol lo hizo, a falta de 15 minutos, Matías Pellegrini, que había ingresado en el segundo tiempo para ayudar a un equipo que la estaba pasando mal en defensa y había perdido el manejo de la pelota.
Mucho se podrá debatir sobre si fue justo o no el triunfo. Tal vez. Eso si, nadie podrá dudar que el equipo jugó en inferioridad física porque el brote viral que afectó a varios jugadores dejó secuelas: el equipo no pudo dar el 100 por ciento y luego del partido varios jugadores lo confesaron. El 1-0 le da una buena sensación y le permite empezar a sentirse en la fase de grupos. No está definido todavía, pero sí más cerca que su rival.
En el primer tiempo Estudiantes jugó de mayor a menor. Comenzó metido y tratando de dar pases cortos y precisos. No fue arrollador, pero intentó ser compacto en ataque y defensa para llegar con gente al área rival y no ser sorprendido en el retroceso. En los primeros 20 minutos lo consiguió.
En ese lapso que manejó la pelota tuvo un par de situaciones de gol, algunas claras y otras muy claras. Por ejemplo Carlo Lattanzio llegó al fondo por la izquierda y probó al arco pero la pelota salió cerca del palo izquierdo de De Paul. La más clara del Pincha se produjo a los 19 minutos, cuando Gustavo Del Prette recuperó en la mitad de cancha, sombrero al defensor y media cancha para correr solo él y el arquero. Ante la salida definió suave al palo derecho y la pelota pasó a centímetros. Pudo ser el gol que, a esa altura, merecía.
Pero de a poco el local se fue encontrando con el medio con Cuevas, Madrid, Sosa y Di Yorio. El local abrió la cancha y expuso a Estudiantes. La amarilla al Loco Díaz fue un impulso porque el delantero albirrojo se bloqueó de una manera llamativa (se pierde la revancha por sumar tres amarillas y no quedaron dudas que eso lo afectó) y, además de perder la pelota en el medio, empezó a sufrir el costado izquierdo. Allí Lattanzio hizo lo que pudo mientras el partido era equilibrado. Una vez que Everton se puso de pie y manejó más y mejor el balón lastimó como un boxeador a su rival para voltearlo.
Y vaya si golpeó que en los últimos 10 minutos del período llegó con
mucho peligro hasta el arco de Andújar (de muy buen partido, dando la
seguridad que necesitan sus compañeros), que salvó una vez ante Sánchez a
los 38 y vio cómo la pelota se iba afuera dos minutos más tarde cuando
hasta las gaviotas del Pacífico se preparaban para festejar. La mejor
noticia fue el final del primer tiempo para Ricardo Zielinski. Los
cambios eran una fija para un equipo que había perdido la brújula y
necesitaba oxígeno y piernas nuevas.
Ingresó Matías Pellegrini por el improvisado lateral izquierdo pero el problema no se solucionó. Siguieron los padecimientos del equipo cada vez que lo atacaron. Porque si el de Magdalena atacaba lo cubría Noguera y así se produjeron no menos de cinco o seis contras que dejaron en evidencia la fragilidad de una defensa que sufrió horrores no tener un marcador de punta ante la salida de Emmanuel Mas, una salida que no tiene fecha de vencimiento. Para los de Zielinski la mejor noticia fue la poca vocación ofensiva de su rival.
Así fue aguantando el partido Estudiantes, que parecía abrazado a un resultado con buen gusto. Nunca está mal empatar de visitante por Copa y más con la ventaja física que estaba ando. Hasta que el Corcho Rodríguez rompió el molde con un pase de primera a la derecha para que la figura del partido, Leonardo Godoy, llegara al fondo para un centro preciso al segundo palo, por donde ingresó Pellegrini. El volante definió perfecto de zurda para un gol que se festejó de Este a Oeste. En definitiva, fue el gol del triunfo.
El gol un trompazo para el local. Aunque faltaban muchos minutos por jugarse no pudo volver a entrar en partido. Es más, algunos hinchas empezaron a dejar la cancha casi de inmediato. Llamó la atención que un rival que estaba sometiendo al otro se haya desmoronado tanto.
Ganó Estudiantes y está más cerca del objetivo. Por momentos no la pasó bien, pero se llevó el triunfo. Y casi cierra la serie con una jugada que Leandro Díaz no pudo definir ante la salida del arquero. Por eso, el regreso a la La Plata fue con una sonrisa gigante.
El de ayer fue el triunfo número 100 de Estudiantes en el marco de torneos internacionales
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