Una de las figuras del triunfazo de Estudiantes contra River dijo que lo peor que le puede pasar al plantel es desviarse de su objetivo inicial
ISRAEL DAMONTE, AYER, EN LA PUERTA DE SU DEPARTAMENTO,
CON LA CAMISETA DE ESTUDIANTES Y UNA PELOTA TANGO
ENTREVISTA
Por MARTIN CABRERA
Por MARTIN CABRERA
Israel
Damonte se recuesta en el sillón del comedor de su departamento. Mira
en la tele una repetición de un partido de Europa, que ni sabe qué
equipos juegan. Poco le importa de todos modos. El día después de la
victoria contra River lo encuentra feliz, sonriente y, principalmente,
relajado como pocas veces desde que volvió al club.
“La verdad es
que estamos felices y tranquilos. Podemos disfrutar de nuestro día
libre sabiendo que se hicieron bien las cosas. Necesitábamos lograr
ganar dos partidos consecutivos y hacerlo de visitante. Quedamos bien
ubicados en la tabla, pero lo más importante es la tranquilidad que
conseguimos”, destaca.
De su mensaje, la palabra tranquilidad
sobresale del resto. Es que, por más que en el inicio de la nota con
este medio desmienta que haya existido un cortocircuito con Mauricio
Pellegrino, no fueron fáciles las últimas semanas para el plantel
albirrojo, por los rumores y por el rumbo de un equipo que parecía ir
para ningún lado. Seis puntos, en seis días, pareció cambiarlo todo. O
al menos llenó de tranquilidad el ambiente.
-Han jugado mejor que el domingo y ya derrotaron a Boca, pero ¿el de River fue el triunfo más importante del torneo?
-Sí,
puede ser. Creo que haber ganado de visitante y justo ante River lo
magnifica. Teníamos esa cuenta pendiente y una espina clavada.
-El equipo pareció otro, más vertical. ¿Cuál fue la clave a tu criterio?
-Lo
habíamos hablado toda la semana. Teníamos que atacar por los costados
por la forma de jugar que tiene River. Quedó demostrado que todas las
jugadas nuestras vinieron por las bandas, incluidos los dos goles. Les
robamos la pelota y los sorprendimos por los costados. Lo trabajamos y
creo que hicimos un buen primer tiempo. Irnos al descanso 2-1 fue clave
para manejar el trámite del partido en el segundo tiempo. Los dejamos
que se vengan un poco y tal vez por momentos nos metimos un poco atrás,
algo que nos había remarcado Mauricio (Pellegrino) que no hiciéramos.
Pero siempre estuvimos bien parados.
-Pero no lo pudieron liquidar...
-Sí,
eso hizo que estuviese el sufrimiento hasta el final. El tema es que si
íbamos a presionarlos muy arriba, a pesar de que teníamos un jugador
más, podíamos quedar descompensados y, con un pelotazo, nos podían
complicar. No había necesidad, porque siempre sentimos que el partido
estaba complicado.
-¿Fue la primera vez que jugaste con Verón?
-Sí.
-¿Y?
-Me sentí bien.
-¿Es distinto hacer dupla con él que con Gil Romero teniendo en cuenta que se mueve por toda la cancha?
-El
juega suelto más allá de que mantiene su posición. Muchas veces baja a
buscar la pelota y tenés que estar atento a esos movimientos, para no
quedar en la misma línea o lugar que él. Entonces siempre busqué
acomodarme en el sentido contrario, en diagonal suyo.
-¿El partido se terminó de inclinar a favor de Estudiantes cuando lo expulsaron a Ledesma?
-
Y... fue importante. Un jugador de marca y mucho más de su experiencia
es difícil de reemplazar. Primero tuvieron que hacer bajar a un
delantero y después Ramón Díaz metió a Kranevitter y sacó a un hombre
del fondo. Estaban obligados a buscar el empate y eso nos favoreció
porque dejaron espacios.
-Igual que en el campeonato después
de perder contra Argentinos, el domingo necesitaron un golpe para jugar
como saben hacerlo...
-No lo veo tan así. En el arranque del
partido contra River no creo que hayamos jugado tan mal como en La
Paternal. No lo noté así. Tal vez pareció porque ellos salieron con todo
y llegaron rápido al gol. Fue un golazo, no sé si tuvimos algún error.
-En dos semanas Estudiantes parece que ya no pelea el descenso sino el campeonato. ¿Qué piensa el plantel?
-Nada,
tranquilos. Particularmente yo sigo mirando la tabla de los Promedios.
Tenemos que seguir sumando, llegar a lo máximo que se pueda para poder
estar tranquilos el próximo torneo. Nos habíamos planteado llegar a 30
puntos y ahora estamos más cerca de lograrlo. No nos podemos dar el lujo
de pensar en otra cosa que no sea partido a partido. Ahora nos toca
Central, que es durísmo porque viene en levantada luego de ganar el
clásico. Tiene buen plantel y buenos jugadores. Seguro que el técnico lo
trabajará en la semana. Ganando, más allá de otros resultados, nos va a
dar confianza para lo que resta. Me encantaría que falten dos o tres
fechas y estar a tiro de la punta, pero no es el objetivo ahora.
Pensamos en la tabla de abajo y en Rosario Central.
-En Central juega Abreu, un ex compañero tuyo en Nacional. ¿Ya hicieron alguna apuesta?
-Me
escribió el domingo a la noche para felicitarme por el triunfo. Siempre
hablamos. Todavía no apostamos nada pero obviamente que me gustaría
poder jugar y que él no lo haga (se ríe), porque es peligroso .
-¿Es crack?
-Sí,
es un gran jugador y una persona extraordinaria. Es un personaje lindo
del fútbol, positivo, que suma donde le toque. Es como se lo ve en la
cancha.
-Volviste y fuiste una de las figuras. ¿Otra vez se
debatirá si debés seguir o salir por el regreso de Gil Romero? ¿Cómo lo
vivís vos?
-Muy tranquilo porque hice un buen partido en el
Monumental, pero yo estoy en Estudiantes para sumar. Lo dije siempre, no
ahora. Obvio que quiero estar en cualquier puesto y me gustaría poder
continuar en este momento, pero eso lo decidirá el entrenador. A partir
de su decisión seguiré trabajando como lo vengo haciendo. Quiero ganarme
un lugar en este equipo, pero es muy difícil porque hay muy buenos
jugadores. Tengo que estar a la orden del técnico cuando decida que lo
mejor para el equipo es que juegue.
Dijo del técnico
“Pellegrino es un entrenador muy bueno y muy serio. El problema es que nosotros a veces nos salen las cosas y a veces no. Tenemos que estar más concentrados”
“Pellegrino es un entrenador muy bueno y muy serio. El problema es que nosotros a veces nos salen las cosas y a veces no. Tenemos que estar más concentrados”
“Me teñí el pelo por una broma de mi viejo”
EL VOLANTE SE CAMBIO SU LOOK
POR HACERLE CASO A SU PAPA DAVID
El
recorrido de Israel Damonte es tan largo como cambiante. Comenzó en La
Plata, por los comienzos de los 2000 y pasó por Mendoza, Quilmes,
Sarandí, Grecia, México y Uruguay. “Por suerte estoy en el lugar que quería estar” .
Con su esposa decidieron que no se mudarán de La Plata. Aquí quieren ver crecer a sus hijos Catalina (10) y Fidel (5). “El más chiquito me preguntó si es hincha de Estudiantes o del Bolso ...” , cuenta en broma sus conflictos familiares.
Es que en Nacional, el Bolso para los uruguayos, su papá pasó sus últimos años. “En
el lugar donde mejor me siento es en Estudiantes, por razones obvias.
Pero si tuviese que volver a jugar en otro club por donde haya pasado no
lo dudo: Nacional. La gente me trató de una manera bárbara, fui campeón
y la verdad es que me hicieron sentir como uno más en lo futbolístico”.
Damonte nació en La Plata el 6 de enero de 1982, aunque se diga que lo hizo en Salto. “Como me fui al año siempre dije que nací allá. Es más por una cuestión de respeto a la ciudad en la que me crié” .
De
Salto era su papá David, el hombre que resultó clave en su carrera. No
sólo que lo apoyó en sus inicios, sino que lo marcó hasta la actualidad
con su look platinado. Lo cuenta él: “Estaba en San Martín de Mendoza y me decía ‘No te ven en la cancha’. Entonces me pinté de plateado el pelo y así quedé” .
David
Damonte falleció diez días antes de que su hijo regresara a
Estudiantes, el club en el que siempre quiso verlo jugar. Por eso, el
nene mira al cielo, se toca su cabeza y le agradece cada vez que sale a
la cancha.
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