jueves, 9 de diciembre de 2010

Araña la gloria


De pie, señores! ¡Aplausos! Para este Estudiantes que ayer realizó un estupendo ensayo general para la gran obra que todos esperarán en pocas horas más, seguramente con todas las entradas generales, en el estadio Centenario quilmeño.

Claro que este último acto, a diferencia del bolero de Chico Novarro, todos esperan que tenga un final brillante, como realmente se merece este derrotero del equipo de Alejandro Sabella que ayer le propinó una lección del mejor fútbol táctico -con goleada incluida- que se recuerde a River Plate, justo en un Monumental repleto de gente, como que la recaudación rondó el millón y medio de pesos.

Estudiantes, tal su costumbre, pudo soslayar las ausencias vitales de la Brujita Verón y de Enzo Pérez, y lo hizo de una manera simple, casi natural, y golpeando con dureza inusitada en los momentos clave del partido, dejando la sensación que está listo para el asalto final porque, sencillamente, todo está en sus manos.

Los goles vinieron desde el fondo de su defensa y del mediocampo. Leandro Desábato, con un cabezazo, Matías Sánchez, con entrada furibunda por el medio para recoger un centro, Marcos Rojo, con una volea cruzada, y Gabriel Mercado, también de cabeza, clavaron ayer un 4-0 histórico para un equipo al que, de entrada nomás, el campo se le hizo orégano.

Porque al minuto nomás la Gata Fernández, de muy inteligente trabajo, estrelló un derechazo en el palo de la mano derecha de Carrizo. Y enseguida nomás, Benítez levantó una pelota desde la izquierda en un tiro libre para que Desábato, con gran potencia, metiera el cabezazo goleador, ubicando la pelota contra el palo izquierdo.

Y si bien después, en otro tiro libre, Lamela sacudió el parente izquierdo de Orión y, tras el rebote, Pavone resolvió mal, lo cierto es que la visita se hizo dueña de todo. Desde lo táctico, lo suyo fue impecable. Le levantó un frontón en el medio a River con Braña y Sánchez, en donde chocó invariablemente, pero también le quitó la pelota, no lo dejó hacer, y soltando a los volantes y laterales-volante le armó un lío bárbaro al local en el fondo.

Luego de hacer más méritos todavía, y tras desperdiciar Benítez, a los 38', una buena chance para aumentar al rematar desviado con el arco libre, llegó el segundo gol.

Braña, desde el medio, robó una pelota y abrió rápido hacia la derecha. Allí estaba Núñez que la dominó, desbordó y metió un centro al corazón del área millonaria para que el Enano Sánchez, de atropellada, la metiera en el fondo de la red y saliera a gritar su primer gol con la casaca albirroja.

Dos a cero y al descanso. Ya era partido liquidado. River no había inquietado a Orión, siempre jugaba lejos de él, y le costaba horrores progresar en campo enemigo tan bien parado y solvente asomaba la visita.

Y para terminar con cualquier duda, incluso para cortar de raíz cualquier posible reacción del local, Rojo aprovechó un error compartido entre el arquero Carrizo y los defensores luego de un centro que vino desde la izquierda, y con un remate cruzado al palo derecho puso el 3 a 0.

Ya River era una sombra, y a Estudiantes poco menos que a esa altura le llovía café. Y simplemente para refrendar su incuestionable superioridad, el Chino Benítez levantó otro centro al área y ahora Mercado, con un gran cabezazo al ángulo superior derecho de Carrizo, terminó por darle forma a la goleada.

Estudiantes, en algo así de una hora, resolvió este penúltimo compromiso por el torneo Apertura. Llegó a los 42 puntos, mantiene la diferencia de dos sobre Vélez, que superó a Huracán, y ahora sólo depende de él mismo. Y este último acto lo brindará ante Arsenal en su casa de Quilmes en donde ganó los ocho partidos que jugó y solamente le marcaron un gol. Dato que incentiva aún más para hacer ya la cola ante las boleterías de 55 y 1.

Volviendo al Monumental, la expulsión tempranera de Maidana en el complemento, por doble amonestación (dos veces fauleó a la Gata Fernández) le dio más aire a Estudiantes como para regular el trámite. Bajó el pie del acelerador, preservó jugadores: Braña, amonestado, la Gata también, Rojo que casi no juega por un golpe en el gemelo. Y lo esperó a River que pugnó por alcanzar el gol del honor, pero ayer la defensa albirroja resultó inexpugnable.

Fue tan bueno este ensayo general, que le llovieron las mejores críticas, merecidas por cierto. Una de ellas del propio entrenador de River. Maravillado por el juego que desplegó Estudiantes, el Negro López solo atinó a decir que "fue brillante; por eso está en la posición que está".

Hay mérito de los jugadores, está claro. Pero también hay una gran mérito de su entrenador que elaboró un bosquejo táctico a prueba de lesionados y suspendidos, y vaya si los tuvo Estudiantes hasta aquí. Con eso, ha potenciado tanto a los que más saben como a los que menos saben. Y el equipo juega, lo hace muy bien, y gana, siempre gana. Y quedó a '90 de la gloria máxima.

Diario El Día
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