jueves, 9 de diciembre de 2010
Una paliza para acariciar el título
En El Monumental ofreció una exhibición y, aun sin Verón ni Enzo Pérez, Estudiantes goleó 4-0 a River; llegará a la última fecha con dos puntos de ventaja.
Por Sebastián Torok / LA NACION
Estudiantes podrá ser campeón el próximo domingo porque apabulla a sus rivales hasta acalambrarlos y los somete anímicamente hasta resignarlos. Porque conoce absolutamente todo. Porque sabe cuándo presionar y cuándo resistir; en qué momento discutir, influenciar al árbitro o simular. Porque sabe marcar con fiereza, recuperar la pelota y herir ofensivamente. Estudiantes impone una envidiable autoridad. Cuenta con habilidosos artistas -la Gata Fernández, Benítez- y también con guerreros corajudos que por momentos caminan al límite de la mala intención -Orion, Desábato, Braña, Matías Sánchez-, pero humillan con personalidad a quienes se les interponen. Estudiantes exaspera, domina y avasalla. Estudiantes, sin dos de sus piezas más talentosas como la Brujita Verón y Enzo Pérez, le propinó una paliza histórica a River -que llegaba envalentonado- y desembarcará en la última fecha con dos puntos de ventaja sobre su empeñoso escolta, Vélez.
Si de intenciones se trata, la postura inicial del equipo platense ilustró a la perfección lo que ocurriría más tarde en el Monumental. Porque a los 55 segundos, la Gata Fernández estrelló un tiro en un palo y, a los dos minutos, tras un centro enviado con mucha pimienta por Benítez, Desábato se burló del endeble seguimiento de Maidana y fusiló a Carrizo con un cabezazo. El elegante zurdazo de tiro libre de Lamela que pegó en un palo, a los nueve minutos, fue sólo una acción aislada en el desértico panorama millonario. Almeyda, tantas veces el corazón de River, perdió energías discutiendo con la Gata Fernández y pocas veces pudo contenerlo. El partido levantó temperatura (gran responsabilidad fue del árbitro Abal). River se puso nervioso y entró en el juego de los roces del que obviamente salió perjudicado, porque Estudiantes lo doblega en personalidad e inteligencia. Con Desábato como muralla y a partir de Braña y Benítez, el equipo conducido por Sabella se aprovechó de la frágil defensa rival cruzando pelotazos para Rojo y Mercado, y haciendo circular la pelota hasta el cansancio. De este modo, River se fue desplomando como si fuera un boxeador sin puños ni guardia.
Estudiantes esclaviza a sus rivales, también, porque siempre está atento cuando los otros se encuentran distraídos. Se habían disputado dos minutos de descuento en la primera parte cuando Maidana despejó desprolijamente hasta la mitad de la cancha, Braña recibió la pelota y asistió a Núñez, que tomó a la zaga riverplatense mal ubicada, envió un centro al área chica y Sánchez, un jugador encargado de la recuperación, apareció entre medio de todos para definir de derecha. Todo un símbolo.
Verdaderamente River dejó mucho que desear en los arranques de los dos períodos. Si en el primero padeció un gol prematuro, en el segundo la historia no fue diferente. Al minuto, Maidana se marchó expulsado (doble amonestación por derrumbar a la imparable Gata Fernández) y River quedó aun más expuesto en defensa. Y en la ejecución de esa falta desde el pie zurdo de Benítez, el joven Rojo, que tiene futuro europeo según cuentan en La Plata, amplió el resultado luego de algunos rebotes y la floja reacción de Carrizo. Claro que si no fuera por el arquero, el desempeño de River podría haber sido todavía más triste. De todos modos, el ex guardavalla de Lazio no pudo hacer nada cuando a los 12 minutos, Mercado, libre de toda marca, saltó y cabeceó para poner el 4-0.
Jota Jota López hizo ingresar a Lanzini por un apagado Acevedo, pero la historia ya estaba sentenciada; ni siquiera las gambetas de Lamela lograron hacerle daño a Estudiantes, que terminó dominando el partido a voluntad, con una supremacía para el aplauso. El puñado de hinchas visitantes que se apiñó en la tribuna Centenario alta deliró con semejante exhibición. "¡Ole, ole, ole...!", se escuchó desde los simpatizantes pincharratas, que poco preocupados estaban por lo que sucedía con Vélez. "Si la vuelta no fue hoy será el domingo", se marchó diciendo Estudiantes, con perfil bajo. Y claro, si tiene todo, ¿cómo no palpitar el título? Imposible.
COMO SERA LA DEFINICION
Estudiantes VS. Arsenal y Racing vs. Vélez
Estudiantes se consagrará campeón el domingo próximo si vence a Arsenal, en Quilmes, más allá de cualquier resultado de Vélez ante Racing. También festejará con un empate y hasta con una derrota si Vélez no vence en Avellaneda. El club de Liniers deberá ganar y esperar una derrota del equipo platense para ser campeón. En caso de igualdad de puntos (empate de Estudiantes y triunfo de Vélez) se disputará una final el miércoles próximo en un estadio a definir, aunque sería en Racing o River.
La máxima goleada de los platenses a los Millonarios
Hasta ayer, la mayor goleada de Estudiantes ante River había sido por 4 a 1, en el torneo Clausura de 1997, con goles de Palermo -2-, Ramos y Fúriga (Escudero anotó para los millonarios). Pero aquella marca fue superada por el 4-0 de ayer.
Una racha que ya tiene un registro de tres temporadas
River no puede derrotar a Estudiantes desde el torneo Apertura 2007, cuando lo batió por 4 a 2. Después, igualaron tres veces (C08, A/08 y A/09) y el equipo de La Plata se impuso en otras tres oportunidades (C/09, C/2010 y ayer).
Dos puntos de distancia gracias al contrincante de toda la vida
Como si fuera una mueca del destino, los dos puntos que separan al líder, Estudiantes, del escolta, Vélez, fueron gracias a que su rival histórico, Gimnasia, igualó 0-0 con el equipo de Liniers, en la 15a fecha. Si el Pincha es campeón, estará agradecido...
www.canchallena.com
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