LOS PINCHAS TAMBIEN COPARON SU SECTOR Y NO DEJARON DE CANTAR EN NINGUN
MOMENTO. LOS COLORES ROJO Y BLANCO MARCARON SU PRESENCIA EN EL ESTADIO.
TAMBIEN SE VIERON BENGALAS, QUE NO ESTAN PERMITIDAS
Desde abril de 2009 que Gimnasia y Estudiantes no jugaban un clásico con sus dos parcialidades. El temor de la organización por episodios de violencia, el cambio que no pudo ser y una fiesta de la que participaron más de 20 mil personas
MAR DEL PLATA (Enviados especiales)
.- El clásico platense recuperó un elemento imprescindible: sus
hinchadas. Otra vez, como en abril de 2009 cuando empataron 1-1 en el
estadio Ciudad de La Plata, los de Estudiantes y Gimnasia pudieron estar
presentes en una misma cancha, cantar, cargar al rival, gozar y vivir
al ritmo de los jugadores.
Después de aquel partido de 2009, en
el que el Lobo fue local en 25 y 32, nunca más se volvieron a ver las
caras y comenzó una tendencia que recién ayer se alteró: que sólo
asistan hinchas del equipo local. Hubo partidos en Quilmes, en el Bosque
y en 25 y 32. En ninguno pudieron entrar simpatizantes visitantes.
Ayer
volvieron. Es verdad que la custodia fue tremenda, pero que los hinchas
de unos y otros hayan podido convivir en un clásico es una luz verde no
sólo para que los partidos entre Gimnasia y Estudiantes tengan dos
hinchadas, sino para que puedan volver los visitantes al fútbol
argentino.
Los del Lobo, porque habían llegado primero a la
ciudad, fueron los primeros en ingresar al estadio. La tribuna Sur fue
la que más rápido se llenó, con muchas banderas y bombos.
En la
tribuna Norte, donde se colocaron los de Estudiantes, el ingreso fue más
lento. Primero lo pudieron hacer los que estaban en la Feliz y media
horas antes del inicio del partido lo hizo el grueso, aquel que había
viajado en colectivos y combis, y que había sido “retenido” en el parque
donde está situado el estadio Minella.
PREOCUPACION EN LA PREVIA
La
gran preocupación que envolvió al clásico pasó por la seguridad. Y en
este sentido no hubo una planificación acorde con la magnitud del evento
por parte de la Aprevide, que dejó algunas cuestiones fundamentales sin
resolución hasta último momento. En este contexto, el temas de los
banderazos y los lugares de concentración asignados para los equipos fue
algo que produjo sensación de zozobra hasta el último segundo.
El
tema es así. Históricamente, los hinchas de Gimnasia realizan el
banderazo previo a sus partidos en la Feliz en las Ramblas del Casino
Central y los de Estudiantes suelen hacerlo en la zona de Punta Mogotes.
Aún sabiendo esto, la organización designó como búnker del Pincha el
Hotel Provincial, a escasos metros de donde los triperos realizaron su
encuentro en la tarde de ayer. Si bien se sabía desde hace varios días
que los albirrojos se alojarían allí, recién el viernes en la noche
desde la Aprevide se comunicaron con los directivos de ambos clubes,
para intentar hacer un enroque: mandar a Estudiantes al hotel Sheraton y
hacer lo propio con el plantel mens sana al Provincial, a fin de evitar
posibles incidentes en la zona de las Ramblas, donde quedarían muy
cerca los jugadores albirrojos de los hinchas albiazules.
Sin
embargo, por la cercanía del viaje, desde el Pincha se negaron a
modificar el lugar de concentración, dado que significaría un gran
cambio en la logística, a pocas horas de la partida del plantel. Así las
cosas, el Lobo mantuvo su concentración en el Sheraton y el Pincha hizo
lo propio en el histórico hotel enclavado en las Ramblas.
TRASTORNOS Y UN FUERTE OPERATIVO
La
situación descripta, produjo algunos trastornos en la movilidad del
plantel de Mauricio Pellegrino y, en la tarde previa al partido de
anoche, el despliegue de un fuerte operativo policial en torno a la zona
de las figuras de los lobos marinos.
En la mañana de ayer,
cuando el plantel estudiantil regresó de realizar algunos movimientos
livianos en River de Mar del Plata, debió permanecer durante varios
minutos arriba del ómnibus parado en la puerta del hotel Provincial, ya
que había muchos hinchas de Gimnasia en la zona y la policía tuvo que
improvisar un cercado para permitir el acceso de los futbolistas al
lugar de concentración.
En tanto, en horas de la tarde la policía
se vio obligada a montar un fuerte operativo -desplegó más de 100
uniformados- con agentes de infantería, perros, carros y motos, con el
fin de separar el banderazo, realizado en las Ramblas, del hotel en que
estaba Estudiantes. El operativo se quedó en el lugar hasta la salida
del bus que trasladó al plantel desde la zona céntrica hasta el estadio
mundialista José María Minella.
Ya entrada la noche, minutos
antes del comienzo del partido, en los pasillos del Minella, allegados a
la Aprevide dejaron deslizar que en el órgano de seguridad bonaerense
no habría caído bien la intransigencia de la CD de Estudiantes ante el
pedido de cambio de hotel.
Lo cierto es que fue una jornada
cargada de focos a atender en materia de seguridad, cuestión en la que
algunos aspectos, como el de las concentraciones de los planteles, no
fueron atendidos en tiempo y forma en la planificación.
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