Sin gol, sin liga y ¿sin sueño?

Estudiantes repitió su falencia: no pudo convertir. Encima ayer tuvo mala suerte y por eso perdió terreno en la pelea de arriba

GUIDO CARRILLO TUVO VARIAS CHANCES DE GOL, 

PERO LAS DESPERDICIO. AL EQUIPO SE LE MOJO LA POLVORA

ANALISIS
Por MARTIN CABRERA

El mano a mano que Franco Jara desperdició a los pocos minutos de juego fue una señal de que la tarde iba a estar muy torcida para Estudiantes. El delantero se aprovechó del error de un defensor para quedar a metros de Jorge Carranza, sin marca. Pudo correr unos metros, pudo apuntarle a un palo o pudo colocarla arriba. No hizo nada de eso, porque quiso picársela de una manera poco estética y así, a los 3 minutos, dejó escapar una chance inmejorable, como tantas chances dejó escapar el equipo de ponerse el traje de candidato.

La jugada de Jara se repitió a lo largo del torneo en la piel de todos los jugadores y es la mejor manera de explicar porque Estudiantes ayer empezó a despedirse del campeonato. Porque fue un equipo serio, sólido en el fondo, con llegada por las bandas, con fútbol en la mitad de cancha... Pero le costó una barbaridad hacer goles. No fue efectivo y no le puso el moño ni a un 10% de las chances que generó en cada partido.

¿El equipo de Mauricio Pellegrino pudo haber sido campeón? Claro que pudo. Es el equipo con menos goles en contra, el que menos perdió, el que tiene a Verón en sus filas, el equipo en donde juegan Gil Romero, Joaquín Correa y Román Martínez. Pero sin gol no se gana y sin ganar no se puede soñar más allá.

Lo de ayer, que pareció ser el último capítulo del sueño en el torneo, resumió en 90 minutos cada uno de los padecimientos del equipo en las 15 fechas anteriores: su falta de gol.

A la mencionada de Franco Jara hay que agregarle la de Jonathan Silva. Esta sí que fue clara. Desbordó Patito Rodríguez por la derecha, tiró un centro atrás para el lateral que, solo y sin marca en el punto del penal, se nubló. Pensó, amagó, se trabó y nunca pateó. ¿Conclusión? Se la sacaron.

En el segundo tiempo a la impericia se le sumó la mala fortuna. Carranza, un arquero como tantos, se convirtió en figura al igual que el de los otros equipos que enfrentaron a Estudiantes.

Carrillo lo tuvo y la estrelló en el travesaño (un enemigo del equipo). A Schunke se la sacaron en la línea. Leo Jara sacó un remate a centímetros del palo. Y a Franco Jara el arquero le tapó una chilena con destino de gol. No fue el día de Estudiantes y no era éste el torneo, un torneo que nunca fue objetivo para el plantel pero que ante tanta irregularidad lo había dejado arriba.

Este problema del equipo no tiene como responsables excluyentes a los delanteros. Es más, el 9 del Pincha es Guido Carrillo, hasta la fecha pasada el goleador del campeonato. El problema es que cuando la pelota no entra no entra, sin importar qué número tenga en la camiseta el ejecutor. 

UN GOL EN SEIS PARTIDOS JUGADOS COMO LOCAL

 

Parece imposible que un equipo sustente una ambición de pelear hasta la última fecha cuando no puede -o no sabe- cómo hacer goles. Y en ese sentido Estudiantes tiene un récord difícil de igualar: hizo un solo gol en sus últimos seis partidos que jugó como local.

Juan Manuel Olivera, contra Argentinos, fue el único que pudo inflar la red contraria en la 12da fecha. Antes pasaron Newell’s, Rafaela y Olimpo, y luego terminaron en cero los partidos contra River y el de ayer.

Estudiantes no es el equipo con menor cantidad de goles a favor, pero está dentro del lote de los que más les cuesta. Pero lo sorprendente es todo lo que le costó hacerlos en su cancha. De los 14 que tiene en el torneo, diez los anotó en calidad de visitante y sólo cuatro como local. Sin duda, la problemática que el DT tendrá que solucionar para el próximo torneo. 

Un viejo conocido
La falta de gol no es un problema nuevo para Estudiantes. Desde el torneo pasado que sufre su poca efectividad. En el Inicial hizo sólo 16 goles y en éste lleva 14

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