martes, 28 de julio de 2015

El problema de equivocarse en los mercados de pases

ENFOQUE. ESTUDIANTES ESTÁ SUFRIENDO LAS MALAS INCORPORACIONES DE HACE SEIS MESES

De los 9 refuerzos del verano ninguno pudo estar por encima de la media. Un viejo error que se repitió

Estudiantes está pagando muy caro la mala política futbolística de hace seis meses, cuando el plantel se llenó de jugadores que no estuvieron a la altura de las circunstancias.
El Pincha invirtió dinero y energías en traer jugadores que no lograron -por distintos motivos- mostrar por lo que supuestamente se los fue a buscar. De las 9 incorporaciones no hay uno que sea indiscutido o superior a lo que ya había. Y ahora, con un plantel reducido tras las ventas (Guido Carrillo y Diego Vera) y rupturas de contratos, la dirigencia tiene que meter la mano en las juveniles para revertir el mal momento futbolístico, todavía aceptable en los números (con 27 puntos está por la mitad de tabla con chances de clasificarse a alguna copa para 2016), pero realmente flojo desde lo deportivo: el equipo no tiene un generador de fútbol, sufre el esquema de Gabriel Milito, tiene desatenciones defensivas y le cuesta convertir cuando genera situaciones.
Se sabía que el Club no tenía mucho dinero para invertir en préstamos y compras. Y la billetera la vació en las 9 contrataciones que llegaron entre diciembre y febrero pasado.
En plena pelea con el cuerpo técnico de Mauricio Pellegrino, los dirigentes evitaron traer lo que pedía el DT y armaron, con la doble competencia iniciada, un plantel abundante en cantidad y edad.
Por ejemplo llegaron Alvaro Pereira y Sebastián Domínguez para reforzar la defensa. Dos contratos muy altos, el primero por un año y el otro por dos. El uruguayo jugó casi todos los partidos y, sin mostrar un nivel superlativo, parece ser de lo mejor de esas nueve incorporaciones. El tema es que en diciembre deberá pagar 2,7 millones de euros si quiere comprarlo.
Para el mediocampo contrató a Leonardo Gil (8 millones de pesos por el 50%) y logró los préstamos de Juan Sánchez Miño y Luciano Acosta . El Colo, ahora menos que en el primer semestre, es el único titular. Los dos otros van al banco y a veces ni ingresan.
De todos modos la inversión pesada la hizo en tres jugadores del ascenso: Agustín Rossi, Matías Rosso y David Barbona , por los que pagó, respectivamente, 600 mil dólares (mitad del pase), 340 mil dólares (25%) y 3,7 millones de pesos (75%). Sólo el último de ellos está jugando.
De acuerdo a la secretaría de finanzas, se gastaron 2,7 millones de dólares (el 33% de lo ingresado por Joaquín Correa) a pagar en dos años. Bien desde lo económico, pero muy mal en lo futbolístico.
AQUEL GROSERO ERROR DE 2011
Estudiantes volvió a cometer el mismo y garrafal error de hace cuatro años, cuando la CD que presidía Rubén Filipas contrató 11 jugadores que no rindieron y endeudaron a la institución.
Arribaron 11 jugadores de renombre y muchos de ellos firmaron contrato por cinco años. De hecho, Mauro Fernández, ahora sin club, todavía sigue pululando.
En aquella oportunidad se invirtieron 3 millones de dólares y los resultados inmediatos fueron nocivos: dos técnicos devorados, contratos rotos a los 12 meses, un plantel prestado y una economía devastada.
Pero en aquella oportunidad Estudiantes tuvo dos aliados: el primero Duván Zapata, el colombiano que entró por la puerta de atrás pero cuando explotó dejó 10 millones de dólares. El segundo, la aparición de una camada juvenil que dos años después dio sus frutos. Como ahora, aquella promoción tampoco fue parte de un proyecto sino una necesidad.
CASO POR CASO
•. -Juan Sánchez Miño llegó a préstamo del Torino por 18 meses. La dirigencia asegura que no hizo una gran erogación de dinero. Confían en recuperarlo lo más rápido posible.
•.- Justo Villar llegó para reemplazar a Orión. El Pincha pagó 1,5 millones de dólares. Su nivel fue tan pobre que al año le rescindieron el contrato cuando era el tercer arquero.
•.- Luciano Acosta, otro préstamo, pero por un año con una inversión menor: 125 mil dólares. Tiene una opción de compra altísima: 1,5 millones de dólares. Volverá a Boca.
•.- Facundo Coria, uno de las tantas compras sin sentido. Estudiantes pagó mucho dinero por un jugador que no jugó ni 10 partidos. Se fue a los seis meses, sin pena ni gloria.
•.- Rafael Delgado firmó un contrato especial por un año con chances de rescisión a los seis meses. Jugó cuatro partidos y decidieron que no siga en el Club. Una apuesta que salió mal.
•.- Duván Zapata llegó en silencio y recién dos años después tuvo su chance. Fue vendido en USD 10 millones cuando ni se había pagado la mitad de su pase al América de Cali.
•.- Sebastián Domínguez llegó con muchos pergaminos. En el semestre pasado jugó de regular para abajo. Y ahora lleva 40 días inactivo. Firmó por dos años.
•.- Mariano González firmó por cinco años y nunca mostró condiciones. Fue prestado a Arsenal pero regresó. Rescindió el año pasado para irse a Santamarina.


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