ENFOQUE. ESTUDIANTES ESTÁ SUFRIENDO LAS MALAS INCORPORACIONES DE HACE SEIS MESES
De los 9 refuerzos del verano ninguno pudo estar por encima de la media. Un viejo error que se repitió
Estudiantes está pagando
muy caro la mala política futbolística de hace seis meses, cuando el
plantel se llenó de jugadores que no estuvieron a la altura de las
circunstancias.
El Pincha invirtió dinero y energías en traer
jugadores que no lograron -por distintos motivos- mostrar por lo que
supuestamente se los fue a buscar. De las 9 incorporaciones no hay uno
que sea indiscutido o superior a lo que ya había. Y ahora, con un
plantel reducido tras las ventas (Guido Carrillo y Diego Vera) y
rupturas de contratos, la dirigencia tiene que meter la mano en las
juveniles para revertir el mal momento futbolístico, todavía aceptable
en los números (con 27 puntos está por la mitad de tabla con chances de
clasificarse a alguna copa para 2016), pero realmente flojo desde lo
deportivo: el equipo no tiene un generador de fútbol, sufre el esquema
de Gabriel Milito, tiene desatenciones defensivas y le cuesta convertir
cuando genera situaciones.
Se sabía que el Club no tenía mucho dinero para
invertir en préstamos y compras. Y la billetera la vació en las 9
contrataciones que llegaron entre diciembre y febrero pasado.
En plena pelea con el cuerpo técnico de Mauricio
Pellegrino, los dirigentes evitaron traer lo que pedía el DT y armaron,
con la doble competencia iniciada, un plantel abundante en cantidad y
edad.
Por ejemplo llegaron Alvaro Pereira y Sebastián Domínguez
para reforzar la defensa. Dos contratos muy altos, el primero por un
año y el otro por dos. El uruguayo jugó casi todos los partidos y, sin
mostrar un nivel superlativo, parece ser de lo mejor de esas nueve
incorporaciones. El tema es que en diciembre deberá pagar 2,7 millones
de euros si quiere comprarlo.
Para el mediocampo contrató a Leonardo Gil (8 millones de pesos por el 50%) y logró los préstamos de Juan Sánchez Miño y Luciano Acosta . El Colo, ahora menos que en el primer semestre, es el único titular. Los dos otros van al banco y a veces ni ingresan.
De todos modos la inversión pesada la hizo en tres jugadores del ascenso: Agustín Rossi, Matías Rosso y David Barbona
, por los que pagó, respectivamente, 600 mil dólares (mitad del pase),
340 mil dólares (25%) y 3,7 millones de pesos (75%). Sólo el último de
ellos está jugando.
De acuerdo a la secretaría de finanzas, se gastaron
2,7 millones de dólares (el 33% de lo ingresado por Joaquín Correa) a
pagar en dos años. Bien desde lo económico, pero muy mal en lo
futbolístico.
AQUEL GROSERO ERROR DE 2011
Estudiantes volvió a cometer el mismo y garrafal
error de hace cuatro años, cuando la CD que presidía Rubén Filipas
contrató 11 jugadores que no rindieron y endeudaron a la institución.
Arribaron 11 jugadores de renombre y muchos de
ellos firmaron contrato por cinco años. De hecho, Mauro Fernández, ahora
sin club, todavía sigue pululando.
En aquella oportunidad se invirtieron 3 millones de
dólares y los resultados inmediatos fueron nocivos: dos técnicos
devorados, contratos rotos a los 12 meses, un plantel prestado y una
economía devastada.
Pero en aquella oportunidad Estudiantes tuvo dos
aliados: el primero Duván Zapata, el colombiano que entró por la puerta
de atrás pero cuando explotó dejó 10 millones de dólares. El segundo, la
aparición de una camada juvenil que dos años después dio sus frutos.
Como ahora, aquella promoción tampoco fue parte de un proyecto sino una
necesidad.
CASO POR CASO
•. -Juan Sánchez Miño llegó a préstamo del Torino
por 18 meses. La dirigencia asegura que no hizo una gran erogación de
dinero. Confían en recuperarlo lo más rápido posible.
•.- Justo Villar llegó para reemplazar a Orión. El
Pincha pagó 1,5 millones de dólares. Su nivel fue tan pobre que al año
le rescindieron el contrato cuando era el tercer arquero.
•.- Luciano Acosta, otro préstamo, pero por un año
con una inversión menor: 125 mil dólares. Tiene una opción de compra
altísima: 1,5 millones de dólares. Volverá a Boca.
•.- Facundo Coria, uno de las tantas compras sin
sentido. Estudiantes pagó mucho dinero por un jugador que no jugó ni 10
partidos. Se fue a los seis meses, sin pena ni gloria.
•.- Rafael Delgado firmó un contrato especial por
un año con chances de rescisión a los seis meses. Jugó cuatro partidos y
decidieron que no siga en el Club. Una apuesta que salió mal.
•.- Duván Zapata llegó en silencio y recién dos
años después tuvo su chance. Fue vendido en USD 10 millones cuando ni se
había pagado la mitad de su pase al América de Cali.
•.- Sebastián Domínguez llegó con muchos
pergaminos. En el semestre pasado jugó de regular para abajo. Y ahora
lleva 40 días inactivo. Firmó por dos años.
•.- Mariano González firmó por cinco años y nunca
mostró condiciones. Fue prestado a Arsenal pero regresó. Rescindió el
año pasado para irse a Santamarina.
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