Actualmente en su Ranchos natal, José Luis Brown, hombre campeón con Estudiantes y fiel representante del ADN albirrojo a nivel mundial, recuerda sus inicios en el club y la formación humana y deportiva que tuvo con la escuela pincharrata. El 'Tata' y su adoración por Bilardo, el encuentro que tuvo con Zubeldía y todo el amor que siente por la institución.
HOMBRE DE LA CASA Y CAMPEÓN CON EL CLUB
Formado en las inferiores del club, el ‘Tata’ Brown recuerda sus
inicios e infla el pecho para enaltecer la escuela de Estudiantes.
Asegura quedarse sin palabras para describir lo que le genera el Pincha y
reconoce sentir orgullo de haber pertenecido y aún hacerlo a la
historia albirroja: “Llegué a primera muy joven, jugué muchos años y
tuve la suerte de salir campeón dos veces que es algo que me llena de
orgullo. No tengo palabras justas para hablar de Estudiantes porque ha
sido todo. Viví en el demo, jugué en inferiores, tuve al lado mío a
gente que me educó de manera espectacular. Siento orgullo de haber
vestido esa camiseta. Pasé momentos de mi vida espectaculares. A
Estudiantes siempre lo he puesto allá arriba porque me educó humanamente
y deportivamente. Es un club espectacular al que quiero muchísimo, que
siempre fue y es una familia en la que tenías que ir pensando en ganar
porque toda la vida fue ganador”.
EL EJEMPLO DE LOS MÁS GRANDES, UNA EDUCACIÓN DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN
“A mi me llevaba a entrenar Pachamé y yo lo trataba de ‘usted’. Era
Verón padre, Pachamé, Pezzano, todos jugadores que le dieron muchas
cosas al club y que también me educaron. En el dormitorio, que era un
pibe, dormía con Verón padre y en el otro lado Horacio Rodríguez. Me
compraba la revista de D’Artagnan y Verón el diario, y yo me ponía a
leer. Cuando se hacían las diez o diez y media, Verón padre agarraba el
diario, lo doblaba y lo guardaba abajo de la cama. Eso era que había que
ir a dormir y yo agarraba todo y lo guardaba porque para estar con ese
grupo de fenómenos, todos los que veníamos de inferiores, teníamos esa
educación”, recuerda Brown de su formación con grandes estandartes de la
historia del club.
EL SACRIFICIO PARA LLEGAR Y LA ANÉCDOTA DEL ENCUENTRO CON ZUBELDÍA
Marca registrada de Estudiantes, el sacrificio y el esfuerzo siempre
fueron factores que no se negocian. A base de eso mismo, el ‘Tata’
recuerda cada día que iba a entrenar, convencido que llegaría a primera:
“Yo viajaba a dedo, venía, trabajaba desde las dos de la tarde hasta
las nueve de la noche en un diario del pueblo y al otro día tempranito
otra vez era ir para La Plata, pero lo hacía porque estaba convencido
que algún día iba a llegar a la primera de Estudiantes”.
“Un día llegué a la cancha de 1 y todavía no entrenaba con primera.
Cuando entré estaban todos los muchachos y yo los miraba con una envidia
sana. Pasé por la zona de los pinos y casi me choco con Zubeldía. Sentí
que el corazón se me salía en cualquier momento. Llegué al vestuario de
las inferiores y me puse a llorar porque no podía creer que estuve al
lado de él”, cuenta desde Ranchos con una alegría y un orgullo
imposibles de ocultar en su voz.
BILARDO, UN SEGUNDO PADRE EN SU VIDA
Campeón con Bilardo en Estudiantes y luego, años más tarde, en la
Selección Argentina, Brown destaca la figura del ‘Narigón’ como un
segundo padre para él: “Carlos para mi es como mi segundo padre. Fue una
persona que conmigo se jugó la vida porque yo siendo muy joven me hizo
debutar en primera y después de eso seguir jugando. Para donde él iba me
llevó. Me enseñó muchísimas cosas. Él te educaba deportivamente y te
enseñaba que lo más importante era pensar. Soy un agradecido a él de por
vida”.
UN CAMPEÓN DEL MUNDO CON ADN ROJO Y BLANCO
“Carlos formó una Selección que, la base del principio, éramos
jugadores de Estudiantes. Después se tuvo ese amor propio y ese ADN que
lo llevábamos con nosotros. Era la tan famosa escuela de Estudiantes. En
Estudiantes siempre inculcaron que hay que ganar. A nosotros nos
preparaban para eso. Entrábamos listos para dejar todo y ganar”.
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