La historia se repitió otra vez. Estudiantes volvió a vencer a Gimnasia, en el estadio Ciudad de La Plata, e hilvanó una racha inmejorable que denota la superioridad abismal que ostenta en los últimos 10 años; llegó a los 8 clásicos sin perder y estiró la ventaja en el historial con 56 victorias sobre 45 triperas.
En lo que al juego refiere, hubo una diferencia notoria en cuanto a la actitud colectiva e individual de los equipos y jugadores respectivamente. Porque Estudiantes jugó con la cabeza puesta desde el minuto cero y dominó a su gusto a Gimnasia, que nunca encontró la llave para meterse en el juego y poder quebrar la resistencia ofrecida por el local.
Tal es así, que a los 11 minutos del primer tiempo, la defensa del Lobo falló y Gastón Fernández anotó el 1-0 para el Pincha tras un centro desde la derecha de Augusto Solari. Ya en el complemento, por un rebote corto de Bologna, Carlos Auzqui solo la tuvo que empujar para decretar el 2 a 0 y desatar la algarabía Pincha.
El dominio territorial de Estudiantes seguía su curso, porque a los 20 de la etapa complementaria, Gastón Fernández, tras una falta sobre Facundo Sánchez, puso el 3 a 0 mediante el tiro penal. Estudiantes goleaba y humillaba a Gimnasia en el clásico.
Y el final no distó mucho de lo que se venía viendo, ya que Gimnasia fue a buscar con más ganas que fútbol y siempre chocó con la muralla pincharrata. Sobre el epílogo, Estudiantes pudo conseguir el cuarto, pero la historia ya estaba sentenciada. Otra victoria que dejó más en evidencia la paternidad que existe entre un equipo y el otro, demostrando, una vez más, cómo se debe jugar un clásico.
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