ANÁLISIS ALBIRROJO
El Pincha limpió con fútbol y goles la mancha del verano, luego de los incidentes que tuvieron lugar en Mar del Plata, y no dejó dudas en el Clásico N° 155 para adueñarse de todos los festejos.
Estudiantes no dejó dudas en el Estadio Ciudad de La Plata, y con un segundo tiempo a toda orquesta se floreó ante su gente y cosechó una gran victoria frente a su rival de toda la vida, estirando todavía en un partido más la ventaja que los separa en el historial.
Claro que no fue sencillo en el comienzo del partido para el equipo de Nelson Vivas, que en los primeros minutos pareció algo incómodo, con Gimnasia controlando mejor la pelota. Sin embargo, en la primera que tuvo facturó, y cambió el curso de las acciones.
El gol le modificó el planteo a Nelson Vivas, y le permitió a su equipo jugar con los posibles espacios que podía llegar a dejar el Lobo y que, efectivamente, fue dejando. Sobre el final de la primera parte tuvo el segundo dos veces, pero falló y perdonó.
Superado por momentos en esa primera mitad, así y todo contó con las chances más claras, que fueron todas suyas: el gol de la Gata, y las dos ocasiones claras que luego tuvieron Juan Ignacio Cavallaro y Augusto Solari, una tapada por Enrique Bologna y la otra desviada.
El segundo tiempo, sin embargo, tuvo otro desarrollo completamente distinto. Carlos Auzqui marcó el segundo apenas jugados diez minutos, y con el penal que la Gata canjeó por el tercer gol del equipo, el partido se terminó de romper en su favor.
En la última media hora se vio un equipo mucho más suelto, lógicamente y ante la gran ventaja que supo conseguir en el marcador. Con mucho toque y un juego fluido, los dirigidos por Nelson Vivas se florearon frente a su hinchada, que deliró con cada jugada.
Tanta fue la ventaja obtenida, primero en el marcador y luego trasladada al juego, que los últimos veinte minutos estuvieron de más y presentaron a un equipo Albirrojo que, consciente de que el resultado estaba liquidado, se limitó a manejar la pelota sin darles chances a su rival.
Así llegó el final del encuentro, entre sonrisas, cantos y festejos, con una nueva alegría Clásica para el Pincha que, con contundencia y personalidad, terminó quedándose con un claro triunfo ante su gente y extendiendo su predominio en el Estadio de 25 y 532.
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