PRIMER DIA EN ESTADOS UNIDOS. UN CALOR AGOBIANTE Y LLUVIA EN LA RECEPCIÓN ALBIRROJA
El plantel llegó al mediodía al hotel y luego tuvo la tarde libre en Manhattan
La primera sensación de Nueva York fue el calor. Imposible que alguien que llegase de un invierno tan crudo como el argentino no lo notara. Y no lo sufriera. Los jugadores fueron los primeros en sentir el impacto: al mediodía más de 35 grados derritieron las toneladas de cemento de esta inmensa ciudad.
Luego de casi 11 de vuelo, el plantel arribó pasadas las 10 de la mañana horas local al aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York. Un colectivo MCA de la empresa Off Sidedejó a los jugadores en el Hotel Hilton Newark Penn Station, algo distante del centro de la ciudad. Entre un punto y otro y debido al intenso tránsito, casi dos horas demoró el traslado.
Los jugadores, vestidos con buzo, no bien bajaron del colectivo mostraron sus primeros síntomas del calor… y de sueño. Las caras lo decían todo: un agotamiento por el largo viaje y el sofocón neoyorquino. De todos modos, hay que decirlo, todos los jugadores se detuvieron a firmar camisetas y sacarse fotos con un grupo de hinchas y curiosos que esperaban en la puerta.
Entonces Nelson Vivas no dudó en ordenar la tarde libre. Después del almuerzo y una siesta ligera, el plantel de Estudiantes se fue rápidamente para Manhattan a recorrer algunos puntos turísticos, como manera de mover los músculos, distenderse después del viaje y aprovechar el único momento libre que tendrán en los cuatro días que dure la excursión.
Para la mayoría de los jugadores fue la primera vez que pisaron Nueva York. Algunos pocos ya habían estado en Miami y otras ciudades norteamericanas, pero realmente pocos conocían la Gran Manzana.
Lo curioso del viaje fue que los jugadores no se trasladaron en colectivo sino en tren. El NJ Transit, que une New Jersey con la 34th en 20 minutos, fue el mejor medio de transporte. Con pantalones cortos y remeras blancas y rojas, todos los jugadores aprovecharon la tarde libre, el último momento libre antes de los amistosos de miércoles y jueves.
Todos bajaron en el Madison Square Garden. En ese momento un chaparrón castigó a la ciudad. En ese momento el plantel se dispersó en grupos. Los más grandes visitaron las tiendas de la 5ta Avenida, otros fueron a conocer el templo del básquet de los New York Nicks y los más pibes las múltiples tiendas de ropa con precios accesibles.
El problema que para las 17 una gran tormenta se instaló en Manhattan. Por los celulares comenzó la alerta de regresar rápidamente a casa. No fue en vano, porque minutos después se desató un diluvio que dejó sin turistas a los micros descapotables y sin paraguas a los vendedores ambulantes.
A las 20 fue la hora del reencuentro en el hotel Hilton de Newark. Tras la caminata y la visita a Manhattan, el plantel cenó y lentamente cambiaron el chip. Con la lejana vista de los rascacielos de fondo, cuerpo técnico y referente empezaron a bajar el mensaje: prohibido relajarse, porque el Inter no va a perdonar.
HOY LLEGA VERON
El presidente de Estudiantes Juan Sebastián Verón estará arribando esta mañana al hotel Hilton de Newark, procedente de un vuelo de Aerolíneas Argentinas.
La Brujita fue quien organizó este amistoso y la persona a la que todo el Mundo Inter espera para poder agazajar.
Ya con la continuidad de Mariano Andújar y a la espera de un evento muy importante para la vida deportiva e institucional de Estudiantes, Verón será una de las personas más requeridas por la prensa y público en general.
EL PAMPA DE NUEVA YORK
Todas las miradas de la mañana se las llevó Gustavo Pérez y su familia. El Pampa, como lo apodan, nació en Tolosa hace más de 40 años. Pero desde hace 14 que vive en Nueva York. La crisis de 2001 lo empujó a dejar La Plata y a su querido Estudiantes para buscar suerte en este país.
Conoció a su esposa Caty, ecuatoriana de Guayaquil y luego nacieron sus hijos Juan Sebastián y Ian. Ayer, los cuatro disfrutaron de ver a los jugadores, se sacaron fotos, les pidieron autógrafos y prometieron estar hoy en la práctica.
Además, Pérez los invitó a cenar a Choripán, el restaurante argentino en el cual trabaja desde hace varios años. Su sueño es disfrutar de una sobremesa bien futbolera en la Gran Manzana.
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