domingo, 4 de septiembre de 2016

No hizo mucho para ganar y se despidió de la Copa Argentina

UNION ELIMINO A ESTUDIANTES POR PENALES. EL PINCHA JUGÓ MAL Y NO MOSTRÓ REBELDÍA PARA ROMPER LA DEFENSA RIVAL
El equipo de Vivas no pareció muy entusiasmado por esta competencia. Ayer le dijo chau
Por MARTIN CABRERA
Estudiantes nunca estuvo en sintonía con la Copa Argentina. A pesar de las declaraciones de rutina de los protagonistas, en los partidos que jugó durante este semestre siempre mostró una cara diferente a la que tiene en otros partidos. Con Atlas le alcanzó con muy poco, lo mismo ante Los Andes, aunque recién sobre el final cerró el partido. Ayer, no pasó del 0-0 con Unión y en los penales quedó eliminado.
Ya el hecho de afrontar tempranamente este partido, aun sabiendo que Mariano Andújarno iba a poder jugar por estar en la Selección (y justo el juego se definió en los penales) era una muestra del lugar que ocupaba la competencia, cuyo premio es la clasificación a una copa a la que ya está clasificado. Eso sí, los 936 mil pesos de premio no eran para desaprovechar...
Se despidió antes de lo esperado, es cierto. También es cierto que jugó mal. Ahora bien, caerle a este equipo por un partido perdido en una definición por penales sería injusto y hasta canallesco. Porque hay que recordar que el Pincha lleva 16 partidos invicto y hace cuatro meses que no le convierten un gol en un partido oficial. Además ganó el partido de ida de la Copa Sudamericana y goleó como visitante en su debut en el torneo.
Nelson Vivas ayer puso en cancha al mejor equipo. Al menos en los nombres, el que enfrentó a Unión era el ideal en la previa. Volvieron Leandro Desábato en la defensa, Juan Cavallaro para la creación y Lucas Viatri en ofensiva. Ninguno de los tres hizo la diferencia. Pero tampoco la hicieron los que habían brillado la semana pasada en Victoria: Facundo SánchezIgnacio Bailone y Lucas Rodríguez.
Estudiantes jugó en cámara lenta. Intentó ser prolijo desde el fondo, con Israel Damonte o Santiago Ascacibar como primer pase. Los laterales se pararon varios metros adelante, para ser alternativa. Pero la pelota, sistemáticamente, murió en una mala entrega o en la inoperancia de los jugadores con características como para gambetear o poner un pase profundo.
Tití Rodríguez y Juan Cavallaro no pudieron nuca en el mano a mano contra los seis o siete hombres que puso Unión en defensa. Pero también hay que decir que no los ayudaron los extremos, ni Solari por derecha ni Aguirregaray por izquierda. Y menos ayudó Lucas Viatri, que retrocedió en exceso y terminó entorpeciendo la construcción. Peor aun: dejó sin referencia de área al equipo.
En ese primer tiempo el Pincha casi que no pateó al arco, más allá de un desborde de Sánchez por derecha que nadie pudo conectar. En cambio Unión sí tuvo dos llegadas claras que casi terminan en gol. Primero Lucas Gamba se lo perdió ante la salida de Nahuel Losada y el posterior despeje de Jonatan Schunke. Pero la más clara fue la pelota que estrelló Martín Rolle en el palo luego de un tiro libre desde la derecha.
En el complemento Estudiantes amagó a ser más agresivo. Jugó de la misma manera, pero una velocidad mayor. Por eso no sorprendió que de movida Cavallaro estuviese a punto de convertir un gol, cuando desde afuera del área le pegó fuerte al palo derecho de Nereo Fernández. Luego de ese remate Vivas lo sacó y el equipo volvió a la inoperancia anterior.
El chileno Jeisson Vargas, un jugador en el cual hay depositadas muchas expectativas, no fue eje. Tampoco aportó demasiado Gabriel Graciani, que reemplazó a Tití Rodríguez cuando en realidad el mejor cambio era Solari. Así pasaron los 45 minutos, sin chances para el Pincha y tampoco para el Tatengue, que indudablemente apostó todas sus fichas a los penales.
No fue el partido de Estudiantes. Con bronca pero sin lágrimas le dijo chau a la Copa Argentina. Ahora todos los huevos irán a la Sudamericana, en la que en diez días jugará un partido trascendental.
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