miércoles, 26 de abril de 2017

El pequeño Gladiador


El jugador de Estudiantes se consagró campeón Panamericano Junior de Handball, en Santiago de Chile 

Por ADRIAN D’AMELIO

A Mateo Palacios todavía se le nota en el rostro la alegría y la felicidad. No es para menos, ya que el sábado pasado se consagró campeón Panamericano Junior de Handball con el seleccionado argentino de dicha categoría, en Santiago de Chile.
Palacios nació en Pehuajó, pero se considera un platense más, ya que hace diez años se vino a vivir a La Plata junto al resto de su familia, ya que su papá fue trasladado a nuestra ciudad por razones laborales.
Es un amante del handball, pese a que en Pehuajó también practicó atletismo (en particular, lanzamiento de jabalina), ya que una vez que llegó a nuestra ciudad se anotó en Estudiantes para comenzar a jugar.
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Fueron los goles que marcó Mateo Palacios en el Panamericano: Puerto Rico (6), Canadá (2), Uruguay (3), Venezuela (5), Chile (2) y Brasil (4)
Así Mateo -de una talla baja para lo que es el handball de la actualidad- fue creciendo en lo deportivo y formó parte del equipo de caballeros de Estudiantes, que consiguió el ascenso a la Liga de Honor, la máxima categoría a nivel metropolitano.
A principios del año en curso fue citado por el entrenador Osvaldo López al seleccionado nacional para el Panamericano Junior. “Para mí fue una gran alegría por el hecho de haber sido la primera convocatoria a una Selección Argentina. Claro que no resultó fácil. Me tuve que entrenar al máximo, muchas veces en doble turno en el CeNARD, como así también en un gimnasio particular. En los meses previos superé ‘cortes’ de jugadores y al final tuve la fortuna de conformar la lista definitiva de dieciséis que viajamos a Chile para disputar el torneo”, sostuvo Palacios, durante una charla mano a mano en la redacción de este diario.
Al igual que sus compañeros, Palacios jugó un gran torneo. “Se formó un gran equipo dentro y fuera de la cancha y ahí estuvo una de las claves para conseguir el éxito. En mi caso -siguió diciendo el jugador albirrojo- ingresé todos los partidos desde la segunda etapa, ya que el entrenador optó por un sistema de juego que consistió en colocar un extremo por cada tiempo. Me sentí cómodo, ya que en Estudiantes ocupo la posición de central”.
Como suele suceder en estos torneos, las finales son protagonizadas por Argentina y Brasil. Y esta no fue la excepción. “Este seleccionado brasileño es un equipo muy fuerte, cuyos jugadores vienen jugando juntos desde categorías menores y prácticamente arrasaron en todos los torneos. Nosotros sabíamos que no debíamos recurrir a lo físico, sino apostar a variantes en defensa y sacar ataques rápidos. Por suerte se nos dio todo como lo planeamos, pese a que tuvimos que ir a un suplementario donde ganamos por un gol (22-21) tras igualar en el tiempo regular (en 16). Claro que después de la última ofensiva de Brasil, que pudimos controlar, nos invadió una enorme alegría a todos, ya que nuestras familias estaban ahí en la tribuna. Fue un momento único”, resaltó Palacios.
Por último el “Pequeño Gladiador” dijo que “como buen Pincharrata tengo innumerables cábalas. ¿Algunas? Llevar a todos los partidos la camiseta de Estudiantes guardada en el bolso (la señala); atarme las zapatillas siempre en el mismo orden. En fin, muchísimas”, cerró Palacios, que en agosto estará jugando el Mundial en Georgia.

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