El jugador de Estudiantes se consagró campeón Panamericano Junior de Handball, en Santiago de Chile
Por ADRIAN D’AMELIO
A Mateo Palacios todavía se le nota en el
rostro la alegría y la felicidad. No es para menos, ya que el sábado
pasado se consagró campeón Panamericano Junior de Handball con el
seleccionado argentino de dicha categoría, en Santiago de Chile.
Palacios nació en Pehuajó, pero se considera un
platense más, ya que hace diez años se vino a vivir a La Plata junto al
resto de su familia, ya que su papá fue trasladado a nuestra ciudad por
razones laborales.
Es un amante del handball, pese a que en Pehuajó
también practicó atletismo (en particular, lanzamiento de jabalina), ya
que una vez que llegó a nuestra ciudad se anotó en Estudiantes para
comenzar a jugar.
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Fueron los goles que marcó Mateo
Palacios en el Panamericano: Puerto Rico (6), Canadá (2), Uruguay (3),
Venezuela (5), Chile (2) y Brasil (4)
Así Mateo -de una talla baja para lo que es el
handball de la actualidad- fue creciendo en lo deportivo y formó parte
del equipo de caballeros de Estudiantes, que consiguió el ascenso a la
Liga de Honor, la máxima categoría a nivel metropolitano.
A principios del año en curso fue citado por el
entrenador Osvaldo López al seleccionado nacional para el Panamericano
Junior. “Para mí fue una gran alegría por el hecho de haber sido la
primera convocatoria a una Selección Argentina. Claro que no resultó
fácil. Me tuve que entrenar al máximo, muchas veces en doble turno en el
CeNARD, como así también en un gimnasio particular. En los meses
previos superé ‘cortes’ de jugadores y al final tuve la fortuna de
conformar la lista definitiva de dieciséis que viajamos a Chile para
disputar el torneo”, sostuvo Palacios, durante una charla mano a mano en
la redacción de este diario.
Al igual que sus compañeros, Palacios jugó un gran
torneo. “Se formó un gran equipo dentro y fuera de la cancha y ahí
estuvo una de las claves para conseguir el éxito. En mi caso -siguió
diciendo el jugador albirrojo- ingresé todos los partidos desde la
segunda etapa, ya que el entrenador optó por un sistema de juego que
consistió en colocar un extremo por cada tiempo. Me sentí cómodo, ya que
en Estudiantes ocupo la posición de central”.
Como suele suceder en estos torneos, las finales
son protagonizadas por Argentina y Brasil. Y esta no fue la excepción.
“Este seleccionado brasileño es un equipo muy fuerte, cuyos jugadores
vienen jugando juntos desde categorías menores y prácticamente arrasaron
en todos los torneos. Nosotros sabíamos que no debíamos recurrir a lo
físico, sino apostar a variantes en defensa y sacar ataques rápidos. Por
suerte se nos dio todo como lo planeamos, pese a que tuvimos que ir a
un suplementario donde ganamos por un gol (22-21) tras igualar en el
tiempo regular (en 16). Claro que después de la última ofensiva de
Brasil, que pudimos controlar, nos invadió una enorme alegría a todos,
ya que nuestras familias estaban ahí en la tribuna. Fue un momento
único”, resaltó Palacios.
Por último el “Pequeño Gladiador” dijo que “como
buen Pincharrata tengo innumerables cábalas. ¿Algunas? Llevar a todos
los partidos la camiseta de Estudiantes guardada en el bolso (la
señala); atarme las zapatillas siempre en el mismo orden. En fin,
muchísimas”, cerró Palacios, que en agosto estará jugando el Mundial en
Georgia.
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