TIEMPO PERDIDO. Estudiantes dilapidó tres torneos en seguidilla fatal
Sin idea de juego ni rebeldía. Se fue otro técnico. Nunca hubo empatía entre varios referentes y Matosas
Por Martin mendinueta
Afuera de la
Copa Libertadores. Afuera de la Copa Argentina. Afuera de la Copa
Sudamericana. Las decepciones se acumulan sin pausa en un período
plagado de cambios bruscos. Nada es casual. El fútbol profesional de
Estudiantes extravió el rumbo como consecuencia de malas decisiones.
Ahora
se fue Gustavo Matosas, antes no llegó a asumir Lucas Nardi, que había
sido elegido por el presidente Verón como el reemplazante de Nelson
Vivas; quien estaba por renovar contrato y, de repente, le fue
notificado que no iba a continuar una vez vencido el vínculo. Y todavía
más atrás en el almanaque otoñal, decidió dejar su cargo de secretario
técnico Agustín Alayes. Todo hermético, sin explicaciones claras.
Demasiados cimbronazos para tan corto lapso. Evidentemente, no están
acertando en un área clave del club.
Noventa días duró el
entrenador uruguayo que se contrató luego de la reacción popular en
contra de Nardi. Matosas parecía hecho a la medida de la idiosincrasia
albirroja, pero jamás logró generar empatía con varios referentes del
plantel. Nadie lo admitirá “sin pelos en la lengua”, pero la relación
con los más experimentados nació y murió siendo fría, estrictamente
profesional, sin “química”. El conductor se fue sin hacerles reproches,
al menos delante de un micrófono. Y no teniendo ninguna duda sobre la
decisión que había tomado. No daba para más.
“aca no hay intocables”
¿Por
qué no hizo ingresar a “La Gata”? ¿Acaso prefirió “morir” poniendo en
cancha a los que él entendía que le iban a responder jugándose por
entero? Cuando decidió el ingresó de “Tití” Rodríguez por Alemán la
gente abrió su boca de asombro. Ese no era el cambio que debía hacer.
Significó todo un mensaje. Fue su última decisión como entrenador
“Pincha”. Cuando declaró “acá no hay intocables”, Matosas ya estaba
“tocado”. Hacía rato que se sentía afuera del club. El último martes el
equipo jugó como para hundirlo.
En lo poquito
que duró el ciclo, Estudiantes ganó y perdió, aunque jamás consiguió
mostrar un funcionamiento confiable. Plagado de rendimientos
individuales muy bajos, los partidos pasaban y la mejoría no aparecía.
Nadie estaba contento. Los dirigentes, en ámbitos muy privados,
confesaban que el entrenador no era lo que ellos esperaban. Se olía la
decepción. Los jugadores no se sentían identificados con la manera de
trabajar y Matosas, con muchos años en el paño del fútbol, sabía
perfectamente que la “sopa estaba cada vez más espesa”. El final parecía
cantado. Por eso, cuando el DT llegó a la sala de conferencias de
prensa su salida ya había sido informada en todo el continente.
¿SERA YA EL TIEMPO DEL “CHINO” BENITEZ?
Este
segundo interinato de Leandro, el amigo entrañable del “Chavo”, del
“Chapu”, del “Flaco” y de varios más, puede ser más largo que el
anterior. Los resultados tendrán mucho que ver. ¿Y después? Dios dirá y,
como siempre, decidirá el que toma las decisiones importantes.
Estudiantes,
mientras busca más dinero para poder terminar el estadio, está gastando
crédito de su cotizada imagen internacional. El año en curso ha sido
muy poco fructífero en resultados. Los torneos se han ido con pena y sin
gloria. El regreso de la “Brujita” a las canchas terminó siendo opaco.
En el último mercado de pases incorporó muchos jugadores y, por ahora,
ninguno de los refuerzos está rindiendo de acuerdo a las expectativas.
¿Con este plantel que armó podrá ser protagonista de la primera edición
de la Superliga?
Triste despedida del Estadio
Único. Es probable que en lo que resta del año no vuelva a jugar en la
ciudad. El próximo lunes comenzará una nueva edición de la incomodidad
ya conocida por sus hinchas.
¿Cómo puede hacer
para edificar un futuro más dulce? Apostando por transitar el camino de
la sensatez. Está por terminar el primer mandato de Verón.
Inmediatamente nacerá el segundo. Un ejercicio saludable será hacer el
balance de esta gestión inicial. Establecer “las luces y las sombras” en
su justa medida permitirá alcanzar el mejor diagnóstico.
www.eldia.com.ar
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