domingo, 29 de octubre de 2017

Lo condenó un error arbitral en un partido para el olvido


ESTUDIANTES PERDIO 1-0 CONTRA SAN MARTIN. POR UN PENAL QUE NO DEBIÓ SER SANCIONADO
Más allá de la equivocación de Lamolina, el Pincha jugó decididamente mal

Lo condenó un error arbitral en un partido para el olvido

Zuqui se lleva el balón ante la presión de Prósperi. Más allá del error arbitral, el Pincha nunca le encontró la vuelta al partido 


Por MARTIN CABRERA
COMENTARIO
SAN JUAN
ENVIADOS ESPECIALES

Estudiantes dio un paso para atrás en el nuevo ciclo de Lucas Bernardi como entrenador. Después del auspicioso debut contra Temperley y del trabajado empate ante Banfield, ayer fue una sombra, no tuvo juego ni rebeldía y perdió 1-0 ante San Martín de San Juan.
De todos modos, existen condimentos que pueden hacer menos dolorosa una derrota que no estaba en los planes y que seguramente no mereció: los casi 40 grados que castigaron a la hora del juego y la jugada del penal que terminó en el gol que coronó la tarde.
Fue imposible mantener la intensidad en los 90 minutos. No la tuvo Estudiantes y tampoco su rival. Es que hizo tanto calor que buscar un juego golpe por golpe o presionando bien arriba hubiese sido suicida. No es una excusa, pero una realidad. Si hasta el propio Jorge Miadosqui, el presidente Santo, sacaba pecho en la previa con la frase “se les vamos a hacer difícil”. Les costó a los 22 protagonistas, que ofrecieron un espectáculo para el olvido, errático, lento y sin sorpresas.
La primera y mayor sorpresa fue la sanción de penal por intermedio de Nicolás Lamolina, que dudó unos segundos antes de pitar al centro del parea, luego de que Jonatan Schunke, de espaldas, tocara abajo a Maná al darse vuelta. Existen dudas del contacto, es cierto. Pero casi no hay dudas que en caso de haber habido falta fue afuera del área.
Poco le importó a Luis Ardente, que tomó la pelota y le pegó fuerte al palo izquierdo de Mariano Andújar. El reclamo fue intenso en el momento, se prolongó en el entretiempo y siguió cuando los equipos se iban del estadio. El árbitro, con más dudas que antes, dijo: “La televisión mostrará si fue adentro o afuera”.
Ese gol, el único de la tarde, llegó a los 18 minutos del primer tiempo, en la primera situación de riesgo de un equipo. Es verdad que el local ya empezaba a darse cuenta que la defensa albirroja no estaba bien, pero sacó provecho de un error arbitral más que por mérito propio.
A partir de ese gol se acabó el plan de Estudiantes, que no pudo, no supo y por momento no quiso llevarse por delante a su rival. Con visibles desacoples en la banda izquierda (la espalda de Dubarbier y la falta de timing de Campi) y sin ideas a la hora de la generación, fue siendo un partenaire de una tarde a la que faltó fútbol y le sobró calor.
Casi que nunca se encontraron los de arriba. La Gata, tan importante en este equipo, jugó muy mal. No pudo tocar ni llevar la pelota y ni siquiera de balón quieto inquietó al arquero rival.
La única vez que Estudiantes estuvo cerca de empatar fue a los 40 minutos del primer tiempo, cuando Marco Borgnino -que no tuvo un buen desempeño como interior izquierdo- probó desde afuera. El balón hizo un giro y obligó a Ardente a revolcarse para desviarlo al córner. Fue la primera y última vez que el empate tocó timbre.
SIN MUESTRAS DE MEJORIA
En el segundo tiempo Bernardi apostó por el mismo esquema de tres volantes en el medio y tres puntas. No funcionó y al no aparecer la Gata quien se hizo cargo de llevar el balón fue Rodrigo Braña. A veces lo intentó Fernando Zuqui, con poco resultado.
Le dio 20 minutos a sus jugadores y metió cambios. Mariano Pavone por Otero y Bautista Cejas por Lugüercio. Nada cambió, más allá que el equipo tuvo diez minutos de control de pelota, traslado a las bandas y poco más. Sin ser una maravilla, fueron los mejores momentos del partido.
Pero el error ya estaba sellado. El mal funcionamiento, la falla de lectura y el nivel abombado de Estudiantes agrandó a un San Martín, que con ese penal del primer tiempo, algo de orden y amor propio se fue acercando a una victoria que lo posiciona en los puestos de arriba, mucho más de lo imaginado a principios del semestre.
El equipo de Bernardi siguió con ese ritmo pausado y somnoliento. Por momentos hasta pareció entregado, sobre todo en el final, cuando ni siquiera sus jugadores le reclamaron al árbitro por el grosero manejo del tiempo del arquero local. Un detalle que pintó a las claras el semblante de un equipo, que se fue con la cabeza gacha más allá de cierto conformismo de su conductor.
UN RETROCESO
Perdió Estudiantes y retrocedió lo que había avanzado. Está muy atrás en la tabla, como hacía tiempo no pasaba, no aparece en el juego y cada partido que pasa queda en evidencia que este plantel se armó con más arrebatos individuales que planificación. ¿Tiene material para revertir la situación? Sí ¿Le llevará un tiempo recuperar el tiempo perdido? Sí. Entonces los protagonistas y los hinchas se tendrán que armar de paciencia para sobrellevar de la mejor manera un final de semestre que no asoma como prometedor.

El árbitro: se equivocó en el penal y fue clave en el resultado final

Nicolás Lamolina, el árbitro ayer por la tarde en San Juan, terminó siendo decisivo en la victoria de San Martín ya que le concedió un penal que no fue a los 17 minutos del primer tiempo.

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