ESTUDIANTES PERDIO 1-0 CONTRA SAN MARTIN. POR UN PENAL QUE NO DEBIÓ SER SANCIONADO
Más allá de la equivocación de Lamolina, el Pincha jugó decididamente mal
Por MARTIN CABRERA
COMENTARIO
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SAN JUAN
ENVIADOS ESPECIALES
ENVIADOS ESPECIALES
Estudiantes
dio un paso para atrás en el nuevo ciclo de Lucas Bernardi como
entrenador. Después del auspicioso debut contra Temperley y del
trabajado empate ante Banfield, ayer fue una sombra, no tuvo juego ni
rebeldía y perdió 1-0 ante San Martín de San Juan.
De
todos modos, existen condimentos que pueden hacer menos dolorosa una
derrota que no estaba en los planes y que seguramente no mereció: los
casi 40 grados que castigaron a la hora del juego y la jugada del penal
que terminó en el gol que coronó la tarde.
Fue
imposible mantener la intensidad en los 90 minutos. No la tuvo
Estudiantes y tampoco su rival. Es que hizo tanto calor que buscar un
juego golpe por golpe o presionando bien arriba hubiese sido suicida. No
es una excusa, pero una realidad. Si hasta el propio Jorge Miadosqui,
el presidente Santo, sacaba pecho en la previa con la frase “se les
vamos a hacer difícil”. Les costó a los 22 protagonistas, que ofrecieron
un espectáculo para el olvido, errático, lento y sin sorpresas.
La
primera y mayor sorpresa fue la sanción de penal por intermedio de
Nicolás Lamolina, que dudó unos segundos antes de pitar al centro del
parea, luego de que Jonatan Schunke, de espaldas, tocara abajo a Maná al
darse vuelta. Existen dudas del contacto, es cierto. Pero casi no hay
dudas que en caso de haber habido falta fue afuera del área.
Poco
le importó a Luis Ardente, que tomó la pelota y le pegó fuerte al palo
izquierdo de Mariano Andújar. El reclamo fue intenso en el momento, se
prolongó en el entretiempo y siguió cuando los equipos se iban del
estadio. El árbitro, con más dudas que antes, dijo: “La televisión
mostrará si fue adentro o afuera”.
Ese gol, el
único de la tarde, llegó a los 18 minutos del primer tiempo, en la
primera situación de riesgo de un equipo. Es verdad que el local ya
empezaba a darse cuenta que la defensa albirroja no estaba bien, pero
sacó provecho de un error arbitral más que por mérito propio.
A
partir de ese gol se acabó el plan de Estudiantes, que no pudo, no supo
y por momento no quiso llevarse por delante a su rival. Con visibles
desacoples en la banda izquierda (la espalda de Dubarbier y la falta de
timing de Campi) y sin ideas a la hora de la generación, fue siendo un
partenaire de una tarde a la que faltó fútbol y le sobró calor.
Casi
que nunca se encontraron los de arriba. La Gata, tan importante en este
equipo, jugó muy mal. No pudo tocar ni llevar la pelota y ni siquiera
de balón quieto inquietó al arquero rival.
La
única vez que Estudiantes estuvo cerca de empatar fue a los 40 minutos
del primer tiempo, cuando Marco Borgnino -que no tuvo un buen desempeño
como interior izquierdo- probó desde afuera. El balón hizo un giro y
obligó a Ardente a revolcarse para desviarlo al córner. Fue la primera y
última vez que el empate tocó timbre.
SIN MUESTRAS DE MEJORIA
En
el segundo tiempo Bernardi apostó por el mismo esquema de tres volantes
en el medio y tres puntas. No funcionó y al no aparecer la Gata quien
se hizo cargo de llevar el balón fue Rodrigo Braña. A veces lo intentó
Fernando Zuqui, con poco resultado.
Le dio 20
minutos a sus jugadores y metió cambios. Mariano Pavone por Otero y
Bautista Cejas por Lugüercio. Nada cambió, más allá que el equipo tuvo
diez minutos de control de pelota, traslado a las bandas y poco más. Sin
ser una maravilla, fueron los mejores momentos del partido.
Pero
el error ya estaba sellado. El mal funcionamiento, la falla de lectura y
el nivel abombado de Estudiantes agrandó a un San Martín, que con ese
penal del primer tiempo, algo de orden y amor propio se fue acercando a
una victoria que lo posiciona en los puestos de arriba, mucho más de lo
imaginado a principios del semestre.
El equipo
de Bernardi siguió con ese ritmo pausado y somnoliento. Por momentos
hasta pareció entregado, sobre todo en el final, cuando ni siquiera sus
jugadores le reclamaron al árbitro por el grosero manejo del tiempo del
arquero local. Un detalle que pintó a las claras el semblante de un
equipo, que se fue con la cabeza gacha más allá de cierto conformismo de
su conductor.
UN RETROCESO
Perdió
Estudiantes y retrocedió lo que había avanzado. Está muy atrás en la
tabla, como hacía tiempo no pasaba, no aparece en el juego y cada
partido que pasa queda en evidencia que este plantel se armó con más
arrebatos individuales que planificación. ¿Tiene material para revertir
la situación? Sí ¿Le llevará un tiempo recuperar el tiempo perdido? Sí.
Entonces los protagonistas y los hinchas se tendrán que armar de
paciencia para sobrellevar de la mejor manera un final de semestre que
no asoma como prometedor.
El árbitro: se equivocó en el penal y fue clave en el resultado final
Nicolás Lamolina, el árbitro ayer
por la tarde en San Juan, terminó siendo decisivo en la victoria de San
Martín ya que le concedió un penal que no fue a los 17 minutos del
primer tiempo.
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