lunes, 26 de febrero de 2018

“Todavía siento que me transpiran las manos antes de cada partido”

ENTREVISTA CON RODRIGO BRAÑA, UN HISTÓRICO EN LA COPA LIBERTADORES, A POCAS HORAS DEL DEBUT DE ESTUDIANTES
A punto de cumplir 39 años, el Chapu se sentó a solas con este medio para hablar de la Copa Libertadores. Jugó seis ediciones y defendió 51 partidos la camiseta del Pincha, pero aún así todavía le pasan cosas
“Todavía siento que me transpiran las manos antes de cada partido”
RODRIGO BRAÑA, EL EMBLEMA DE ESTUDIANTES EN LA MITAD DE LA CANCHA, LISTO PARA JUGAR SU SÉPTIMA COPA LIBERTADORES 
Por MARTÍN CABRERA
mcabrera@eldia.com
Rodrigo Braña es sinónimo de Libertadores. Integró el equipo campeón en 2009 y es, después de Leandro Desábato, el jugador con más partidos disputados en la historia de Estudiantes. De todos modos sorprende en el inicio porque no sabe cuántas copas disputó. Piensa, saca cuentas y después de un rato dice que se está preparando para su séptima vez.
Los números son así: ya jugó seis ediciones (2006/8/9/10/11/17) y en total disputó 51 partidos, cuatro menos que el capitán Desábato (que tiene 61 si se le agregan los seis partidos en Quilmes). Son, sin dudas, dos leyendas vivientes dentro del Club y de la Conmebol.
“Está muy bueno porque significa que el equipo estuvo siempre del primero al quinto puesto en los últimos años. Entrar a la Copa requiere de eso y por eso al hacer un repaso se valora mucho más”, arranca el Chapu Braña luego del entrenamiento, todavía con el pantalón rojo y remera roja, con una botella de agua mineral y la simpleza de siempre.
-Los jóvenes quieren jugarla para que sea una vidriera y otros buscan levantar ese trofeo tan deseado. ¿Cuál es la motivación de Rodrigo Braña?
-La Libertadores es el torneo, es lo máximo que puede disputar un jugador en Sudamérica. No hay comparación. Todo es hermoso. Viajar, reconocer el estadio un día antes, los climas, jugar martes o miércoles a la noche, las canchas llenas... Vivir esos momentos es único y no jugarla se extraña. La Copa, además, te hace compartir muchas horas con tus compañeros porque en los seis años que la jugué estuve más con mis compañeros que con mi familia.
-Ya estás por cumplir 39 años, pero ¿te sigue generando cierto nerviosismo jugarla?
-Lo que me sostiene en la actividad es que me gusta competir. Todavía siento que me transpiran las manos cuando voy en el micro para jugar un partido. Lo asimilo diferente de cuando era un pibe, pero siento ese nerviosismo. El día que lo pierdas seguramente no seré yo y dejaré de jugar. Además esta Copa es especial, tiene a los mejores clubes y jugadores muy importantes. Hacía mucho que en los papeles no había tanto prestigio. Los brasileños están fuertes, Boca, River, los colombianos, Peñarol y Nacional, los equipos de altura...
-¿Mejor que el rival sea Nacional o preferías a Banfield?
-Los dos para mí eran complicados. Nacional tiene historia y Banfield un plantel para respetar. Además siempre enfrentar a un equipo argentino siempre es peligroso porque se hacen partidos y revanchas muy parejas. De todos modos la realidad nos marca que no será nada fácil. Se viene un partido muy duro que lo tendremos que sacar adelante sí o sí.
-¿Te preocupa que se juegue en el Parque Central y no en el Centenario?
-Nunca jugué en ese estadio, no lo conozco. Los últimos partidos los ví por tele y se ve que el campo está bueno y van a estar llenas las tribunas. Motivaciones sobran. El campo, y más en Copa contra un equipo uruguayo, es lo que menos preocupa.
-¿Te acordás de aquellas batallas en la semifinal de la Libertadores 2009?
-Sí, como olvidarlas, fueron las primeras sin público visitante. Me acuerdo que en la revancha no jugó la Bruja (Verón) y ganamos con dos goles de Mauro (Boselli). Habíamos sacado una mínima ventaja en La Plata y fuimos a jugar allá. El estadio estaba repleto, nos pusimos en ventaja y luego nos empataron, pero en el final logramos la clasificación. Estudiantes volvió a una final después de tanto tiempo.
-¿Es lo mismo jugar de visitante en fase de grupos que en la serie de uno contra uno?
-Si vos tenés un equipo inteligente, copacto y sólido como el que teníamos en 2009 no nos modificaba. Hoy hacen mejores partido los visitantes. Pero siempre dependés del carácter de los jugadores. Hasta 2009 pensaba completamente diferente, pero ahora prefiero definir de visitante. Cuando nosotros empatamos 0-0 en la final contra Cruzeiro me quería matar. Me fui recaliente. Pero un amigo me marcó el gol que se había errado Kleber en el final y me aferré a eso. Después de levantar la copa me di cuenta que con equipos parejos podés ganarles a cualquiera.
-¿Está bueno comenzar la Libertadores de visitante?
-En fase de grupos siempre es importante arrancar con un buen resultado. Pero tampoco hay una receta: en la que ganamos empezamos 3-0 abajo. La Libertadores es traicionera, hay equipos que se preparan con lo mejor y en una mala noche se quedan sin nada. Lo mismo con los cruces en octavos... Nuestra idea es pasar la zona y después ver cómo se plantea en el mano a mano. Lo principal es sacar tres triunfos de local y sumar afuera.
-Recién hablabas de la copa traicionera y Vasco da Gama lo puede explicar...
-Totalmente. Tenía la serie ganada ante Wilsterman pero tuvo que ir a jugar a la altura de Sucre y casi se queda afuera. Seguramente en el 1 a 1 del plantel tiene mucho más, pero una localía fuerte es determinante. Siempre me acuerdo que la Liga de Quito salió campeón ganando todos sus partidos como local y de visitante perdía hasta dos o tres a cero. Hay lugares en donde es muy difícil jugar, como La Paz y Quito. A nosotros nos tocó la otra vez ir a Potosí y es verdaderamente complicado.
-En esta Copa deberán viajar a la altura de Cuzco. ¿Cómo te afecta a vos jugar en esos escenarios?
-Lo sufro. De pibe me hacía mal, imaginate de grande (risas). Ya sabés que vas en desventaja a jugar un partido de fútbol. No sé si es la cabeza o qué pero te sentís incómodo porque sabés que no podés hacer lo que estás acostumbrado. Te limita. En la Copa en los últimos años hemos viajado. Pero enfrenar a esos equipos tiene su ventaja: sabés que de local les cuesta más y tenés más chances de ganarles. En cambio, un equipo brasileño es difícil en su cancha y también cuando juega de visitante.
-Además de la final contra Cruzeiro, ¿qué otro recuerdo lindo tenés de la Libertadores?
-En 2009 contra Defensor Sporting por la inmensa cantidad de gente que viajó de Estudiantes. Era toda la popular nuestra, no lo podíamos creer. Me acuerdo y se me pone la piel de gallina. Otro partido fue en Chiclayo, contra Juan Aurich en césped sintético. Con ese gol vengo tirando hace años (risas). No soy de mirar partidos viejos, no me gusta, pero ese sí. Me acuerdo del festejo de Alejandro (Sabella) que se tira para atrás.
-¿Estudiantes llega mejor a esta Libertadores que a la pasada?
-El año pasado nos tocó una zona muy complicada. Además no pegamos un resultado clave, porque creo que la derrota contra Barcelona acá nos mató. Esos tres puntos fueron los que nos faltaron. A la otra copa habíamos llegado bien. Creo que va a ser duro, hay muchos equipos buenos y nuestros rivales tienen casi todos historia. Trataremos de hacer lo mejor y estar a la altura de las circunstancias.

Me parece una boludez llevar a declarar a un pibe de 19 años cuando hay tantas cosas por solucionar”
En todas las canchas cuando llegás en micro te dicen y decís muchas cosas. Y termina ahí”
No me meto en ese tema de la violencia en el fútbol porque veo que el fondo, ahora, es otra cosa”
En la cancha donde peor la pasé fue en Asunción contra Cerro Porteño. Orión bajó del micro y se agarró a trompadas”
Me río cuando River se queja de los árbitros. Yo me cansé de ir al Monumental y que no me cobren nada. Boca es lo mismo”
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