ESTUDIANTES PERDIÓ 2-0 Y SU FUTURO EN LA LIBERTADORES ESTÁ MÁS QUE COMPLICADO
El Pincha jugó otro
partido para el olvido. Así, no tiene solución, aunque dependa de sí
mismo para permanecer en el máximo torneo a nivel continental. No
encuentra respuestas

Juan Otero empezó con
muchas ganas, pero le faltó claridad con la pelota en los pies. el
pincha sigue en caída libre y el equipo no encuentra respuestas
Martín Cabrera
mcabrera@eldia.com
mcabrera@eldia.com
Sao Paulo
Enviados Especiales
Estudiantes,
Lucas Bernardi y todo el plantel tocaron fondo en Brasil. Anoche, por
la cuarta fecha de la Copa Libertadores, perdió 2-0 en un partido que
dejó todavía más a la vista que el ciclo está herido…¿de muerte?
La
derrota, clara y sin discusión, lo dejó muy mal parado en la Copa, ya
que para clasificar a octavos de final deberá ganar en la altura de
Cuzco, algo que le cuesta a los mejores equipos, mucho más a este
Estudiantes. Aún así, con este panorama sombrío, todavía sigue
dependiendo de sí mismo.
El equipo estuvo mal parado, no tuvo
reacción en la adversidad y ni siquiera con los cambios pudo mostrarse
sólido y sabiendo a qué jugaba. Fallos del técnico y de la mayoría de
los jugadores.
En el primer tiempo Estudiantes la pasó mal de
principio a fin. Ya a los dos minutos Gabriel estrelló un remate en el
travesaño, luego de una jugada iniciada por la derecha por Dodó, que
tuvo dos firuletes, un taco y una definición que presagió lo peor. A esa
altura todos empezaron a pensar que el partido iba a tener un
dominador.
No tuvo reacción el Pincha en esos 45 minutos. Nunca
pudo agarrar la pelota Lucas Rodríguez y mucho menos los delanteros. La
salida fue a través de largos lanzamientos de los centrales para que
Facundo Sánchez o Sebastián Dubarbier pudieran frenar la pelota y hacer
algo. ¿Pero qué? No estuvo en partido el equipo en ese primer tiempo,
que por momentos pudo alejar a su rival del arco de Mariano Andujar pero
jamás logró controlar las acciones.
Salvo con un remate cruzado
de Otero y un tiro libre del colombiano, nunca en ese período pudo
acercarse a Vanderlei. La pasó muy mal Iván Gómez en una posición que
poco lo favoreció y dejó en evidencia otro mal armado.
Tuvo la
suerte de que Gabriel Barboza estuvo errático y que Copete y Rodrigo
muchas veces abusaron de la individual. Pero cada vez que Estudiantes
perdía una pelota en la mitad de cancha o en terreno rival desde el
banco visitante rezaban porque la contra era letal.
Así nomás que a
los 42 minutos, con todo el equipo volcado en ataque, Dubarbier perdió
un balón por querer desprenderse rápido. La agarró Gabriel, que recién
ahí hizo honor a su apodo Gabigol. Corrió 25 metros y ante la salida de
Andujar definió suave al palo derecho. Gol para darle un merecido golpe a
un equipo mal parado y sin reacción.
Si el primer tiempo fue
malo, el segundo fue peor. A los 4 minutos, cuando recién empezaba el
complemento un cabezazo del central Lucas Veríssimo empezó a acabar con
las pocas chances del equipo platense, que falló en la marca y entonces
lo que era empinado se convirtió en una pared imposible de subir.
Entre
los 5 y 15 minutos el Santos se floreó ante un rival en el piso,
entregado y con un poco de vergüenza por el puñado de hinchas que hizo
el esfuerzo para viajar a Brasil para buscar un buen resultado.
Lucas
Bernardi hizo cambios rápidamente. Adentro Gastón Giménez y Carlo
Lattanzio por Gómez y Dubarbier, dos de los peores jugadores en cancha.
Luego lo hizo Andrés Escobar por Tití Rodríguez, otro que deambuló por
la mitad de la cancha con las dudas generadas por un planteo
inentendible.
Tuvo alguna aproximación que rápidamente acabó en
las manos de Vanderlei. Estudiantes fue un equipo sin rumbo que naufragó
en Santos. Hasta allí prolongó un andar que nadie puede disimular y que
no hace otra cosa que dejar a la luz el mal armado de un plantel que,
aunque no se diga, ya no sabe bien hacia dónde va.
Pudo ser más
dolorosa la derrota, porque el local llegó una, dos y hasta tres veces.
Algunas salvó Mariano Andujar y en otras definieron mal los delanteros.
En definitiva, nunca estuvo la sensación de dar vuelta un partido que
desde su inicio fue un martirio para Estudiantes.
Derrota, una más
y ahora en la Copa Libertadores, el único objetivo que le queda en este
semestre. Barajar y dar de nuevo, otra vez, para recuperar el terreno
perdido, porque a pesar de todas las ventajas que dio todavía sigue
dependiendo de sí mismo: si gana sus dos partidos por delante se
clasificará a octavos. Claro, hoy en día pensar en eso parece utópico,
pero en el fútbol nada está dicho hasta que se concreta. Por lo pronto,
así no va más.
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