LAS HISTORIAS DE LA 1997 Y LA 1973, PASADO Y PRESENTE DE ESTUDIANTES
La ‘73 (Palermo, París,
Amato) tiene el récord de haber salido campeona en todas sus
divisiones; la ‘97 (Ascacibar, Cascini, Tití, Lattanzio y Gómez) es la
que está indicando el actual rumbo
La histórica categoría 1973, la única de AFA en ganar todos los años desde Novena a Cuarta. Pero, dato curioso, De esa camada sólo Martín Palermo pudo triunfar en Estudiantes y unos pocos en otros clubes. El momento institucional que atravesaba el club en los inicios de los ‘90 fue determinante. Igual todavía se los recuerda con admiración
Los
clubes de fútbol tienen historias muy valiosas en sus divisiones menores
y muchas veces el presente remite hacia ellas. Esto es lo que pasa por
éstos tiempos con la categoría 1997 en Estudiantes, una mina de oro
desde lo futbolístico y lo económico. El plantel se nutre de jugadores
nacidos ese año, como tiempo atrás lo hizo con otras dos camadas
históricas: la 1973 y la 1980.
La ‘97 aporta fútbol y dinero en partes iguales.
De allí salió Santiago Ascacibar (ya transferido), Bautista Cascini,
Lucas Rodríguez, Iván Gómez, Carlo Lattanzio, Francisco Apaolaza (hoy en
Reserva) y tres chicos que están afuera: Lucas Bruera (rescindió
contrato y es el arquero de la Reserva de Independiente), Gonzalo Ireba
(a préstamo en Unión) y Franco Vivas (hijo de Claudio, actualmente en
Italia).
Una de las formaciones de la categoría 1997, cuando jugó su primer año en juveniles de AFA. Arriba Ireba y Apaolaza; abajo Ascacibar, Tití rodríguez (están juntos) e Iván Gómez. Ellos, más Carlo Lattanzio, León Piergiácomi, Lucas Bruera y Ezequiel Miranda fueron la mejor última camada. Se empezó a gestar luego del título en 2006.
Pero también otros
con menos chapa como Nerio Villarreal y Rafael Madero (Berazategui),
Federico Contreras, Galo Capomaggio y Fermín García (Cambaceres), Carlos
Salgado y Matías Morales, hijo de Matute, en la Reserva de Racing.
Como
todas las camadas, ésta tuvo tuvo sus tutores futbolísticos: Omar Rulli
y Agustín Quillaborda. Ellos, con la guía de Claudio Vivas, fueron
quienes buscaron jugador por jugador en clubes de La Plata y los
entrenaron desde infantiles hasta que fueron juveniles. Sin saberlo, le
dieron forma a una camada de las más fructíferas de la historia. Hoy se
disfruta en todo sentido.
“La categoría ‘97
fue lo más importante que tuve como profesional, esos chicos son los
hijos que no tengo. Escribí un libro sobre fútbol infantil, aprobado por
AFA y FIFA, ‘Cómo aprender a jugar, jugando’, que fue implementado
íntegramente en esa categoría gracias a la ayuda de Carlos Bottegal,
Claudio Vivas y Omar Rulli”, cuenta desde Arabia Saudita el Profe Agustín Quillaborda. “En definitiva estoy aquí por ese libro”.
“Me
pone muy feliz que el Ruso Ascacibar esté triunfando en Alemania como
que Carlos Salgado tenga buenas notas en economía y otros chicos se las
estén rebuscando dignamente en algún oficio o profesión”, aporta este
profesional nacido en 1975, compañero de la Brujita Verón y nacido en
General Belgrano, ciudad que le aportó varios valores al Club: los
Capria, Leandro Testa y Sergio Catán, entre otros.
La
‘97 ya desde infantiles logró un buen funcionamiento y conquistó varios
campeonatos de LISFI y AFA. En aquellos primeros equipos Iván Gómez era
suplente, Tití Rodríguez jugaba de “3” y varios defensores se
alternaban la titularidad. Ya en juveniles la cosecha dejó de ser dorada
desde los títulos (conquistó los títulos en Liga Metro en 2013 y fue
subcampeona en Novena), pero no así en lo futbolístico. Ya todos dejaron
de ser promesas y son realidad.
¿Un equipo base? Bruera; Piergiácomi, Cabrera, Adín, Rodríguez; Gómez, Ascacibar, Cascini; Ireba, Apaolaza y Lattanzio.
A
la hora del recuerdo de la ‘97 asoma un dato que no pasa desapercibido
para quienes los formaron y para varios chicos consultados: fue la
categoría que jugó por última vez en 57 y 1. En diciembre de 2006, antes
de la demolición, disputó un partido ante Nueva Chicago por Liga
Metropolitana.
Esta categoría trajo a la
memoria de ex futbolistas, dirigentes e hinchas lo que fue la categoría
1973, la más ganadora en la historia del fútbol juvenil de AFA y un
eslabón determinante en la historia del Club. Para tener una dimensión,
fue campeona de Novena a Cuarta en todas las divisiones y aportó una
buena cantidad de jugadores en un momento delicado.
El
más conocido fue Martín Palermo, pero también llegaron a jugar en
primera Claudio París, Gastón Sessa, Gonzalo Gaitán (hoy radicado en
Alemania), Carlos Anderssen y Mauro Amato. Otros tuvieron que buscar
lugar en diferentes clubes, como Leonel Cassiano, Gonzalo Sumich,
Leonardo Serfaty, Mencho Soria (vive en Guatemala), y Matías Milanini
(vive en San Pablo).
“Era otro club. En el
fútbol de hoy, de nuestra categoría hubiesen llegado más chicos. Por el
poder que teníamos individual y colectivamente la categoría fue un poco
desaprovechada. Nueve o diez jugamos en Primera, en Estudiantes u otros
lados, pero no tengo dudas que podríamos haber sido más”, analiza quien
fuera el capitán del grupo, Leonel Casiano, que jugó en Tigre, Nueva
Chicago, Defensa y Argentino de Quilmes.
“Pero
claro, eran otras épocas. El club se jugaba cosas pesadas, había
problemas económicos y mucha presión. Hoy un chico sube a Primera y
tiene todas las comodidades. Me alegro mucho de ver a Estudiantes en el
estado que se encuentra”, continua y destaca otra característica que los
diferencia de los pibes actuales: “Nos entrenábamos y jugábamos en la
cancha auxiliar de 57 y 1, practicábamos con zapatillas Flecha que nos
daba el club y entre Novena y Cuarta tuvimos al Bocha Flores y la Bruja
Verón como únicos entrenadores”.
La
categoría ‘73 tiene un capítulo de su historia inolvidable: le ganó la
final a Gimnasia en el torneo de Sexta División. Fue en 1990 y los dos
partidos se jugaron en los campos principales, con hinchas. El Pincha
ganó 2-0 como local pero perdió 3-1 en la revancha. Fueron a penales y
se quedó con la serie por 4-2.
Otro
integrante de esa categoría fue Mauro Amato, actualmente entrenador de
la Pre Novena, que no se cansa de contarles su historia a los más
chicos. “En la ‘73 hubo cohesión grupal y los egos quedaban de lado. No
había estrellitas. Esa división se autofortaleción y así nos formamos.
Era muy difícil a los chicos que venían de afuera para meterse en el
grupo. Esa categoría significó y significa mucho en lo personal. Se armó
un grupo de buenas personas y buenos jugadores. Eso tiene un valor y
potencia inigualable. Doce jugadores firmamos primer contrato, todo un
récord”.
Es tan buena relación de ese
grupo que hoy en día siguen en contacto. Tienen un grupo de whatssap,
periódicamente juegan al fútbol y todos los 30 de diciembre se reúnen a
comer un asado y contar sus cosas.
¿Un equipo base? Sessa; Soria, Coccimano, Milanini; Amato, Johnson, Gaitán, París; Cassiano; Palermo y Serfaty.
“La
formación de nuestra camada con la actual es muy diferente. Ahora es
más rica porque los formadores estamos mejor preparados. En mi caso me
relaciono con los chicos de la manera que me hubiese gustado que me las
dijesen, en sí desde las carencias que tuve, un abrazo, una
felicitación, un reto con fundamento. Hoy la formación va más allá de
enseñarles a pegarle a la pelota, también tienen que ser buenas
personas, solidarios y compañeros fuera de la cancha”, cierra concepto
el delantero que debutó en la B Nacional y fue parte del equipo que
terminara tercero en 1996.
En el
recorrido, por último, es ineludible mencionar a la categoría 1980, la
que aportó a Ernesto Farías, Luciano Galletti, Nicolás Tauber, el Pata
Cejas y Juan Fernández. También a los nacidos en 1982. Estos pibes, en
buena medida salvaron del descenso a Estudiantes y aportaron unos
cuantos millones de dólares cuando la época no estaba de la mejor
manera.
Estudiantes fue históricamente un
club formador y vendedor. Tuvo camadas muy buenas y otras simplemente
buenas. Pero siempre con material de exportación.
Diez millones de dólares
aportó un sólo jugador de la categoría 1997: Santiago Ascacibar. Pero
cuando se le sumen los que dejarán Tití Rodríguez, Bautista Cascini y
las nuevas “estrelllas” Carlo Lattanzio e Iván Gómez el monto será el
mejor en la historia del club.
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