Un penal inexistente cobrado por el asistente inició la catástrofe albirroja
Afuera
La
imagen de la televisión no admite ninguna duda: la infracción de
Leandro Desábato sobre Kalinski tuvo lugar fuera del área. Se equivocó
el línea Ariel Scime, convalidó el árbitro Juan Pablo Pompei, y otra vez
la “ligó” Estudiantes. Esta vez con el penal que aseguró Ortigoza
COMENTARIO
Por MARTIN CABRERA
Por MARTIN CABRERA
Uno,
dos, tres, cuatro... Los números no marcan sólo los goles que San
Lorenzo le marcó ayer a Estudiantes, sino también los despojos que
recibió este equipo en el último tiempo (desde Abal a Pompei, pasando
por Pitana y Trucco). Aunque cueste creer por tratarse de una goleada
tan dura de 4 a 0 El principal protagonista no fue ni el Ciclón ni
Estudiantes: fue el asistente Ariel Scime.
El línea número 1,
hijo de quien coordina a todos los árbitros en este país, se interpuso
ante Juan Pablo Pompei cuando lo vio dudar y le marcó que la falta de
Desábato sobre Verón había sido dentro del área, cuando en realidad lo
había tocado dos metros afuera. Iban 4 minutos del segundo tiempo cuando
culpa de esa grosera decisión Ortigoza marcó el 1-0 de penal que
derrumbó a un equipo sin fuerzas, apático y cansado que los árbitros lo
castiguen en todos los partidos.
Nunca más volvió a estar en
partido Estudiantes. Desde el banco de suplentes Mauricio Pellegrino
corría para todos lados buscando una explicación. Y adentro de la cancha
el desconcierto fue total. Entonces San Lorenzo, un equipo que había
deambulado durante las 17 fechas anteriores, no dudó en sentarse arriba
de la manta que le puso su rival para disfrutar de un pic nic.
Lo
que no hizo en todo el partido y en buena parte del campeonato lo
plasmó en 40 minutos. El Ciclón lastimó por las bandas con Barrientos y
Verón, se hizo dueño del mediocampo con Ortigoza y Mercier y no perdonó
cuando pisó el área. Aumentó Mauro Matos desde afuera del área, con otro
penal (este bien sancionado) Ortigoza clavó el tercero y de tiro libre
Julio Buffarini hizo el cuarto para castigar a un equipo que no tuvo
respuestas futbolísticas ni anímicas para rebelarse ante la adversidad.
PAREJO, ANTES DEL ESCÁNDALO
El
primer tiempo, mientras que hubo un partido de fútbol, Estudiantes y
San Lorenzo se repartieron los dominios. El local tuvo mayor tenencia de
la pelota y cierta iniciativa, que se esfumó sistemáticamente al pisar
el área, a pesar del mal partido de los cuatro jugadores del fondo.
Aun
así, teniendo menos la pelota y sufriendo a las espaldas de sus
volantes, el equipo de Pellegrino contó con tres chances claras. Primero
un remate desde afuera del área de Ezequiel Cerutti, después con un
cabezazo de Schunke (pudo haber penal de Kanemann) y más tarde con una
embestida aérea de Guido Carrillo desde el punto del penal.
Estudiantes
sufrió los desacoples defensivos y la falta de un conductor. Joaquín
Correa será un extraordinario jugador, pero no parece ser la persona
capaz de ponerse al hombro a sus compañeros. Entonces, más allá de las
buenas intenciones, le costó doblegar a su rival. A favor del grupo hay
que mencionar que en un fútbol donde lo anímico parece ser todo, sin
cosas por las cuales pelear se hace más difícil.
El final de la
historia dirá que no le fue favorable. Otro error arbitral (es hora que
el Pincha empiece a hacerse respetar en la AFA) lo sacó de eje y lo
llenó de dudas. Hasta la fecha no parecía tener demasiados objetivos por
delante, pero sí los tiene. Otra actuación como la de ayer hasta podría
dejarlo sin Sudamericana (deberían darle muchos resultados negativos). Y
no sería justo ni acorde con lo realizado por este plantel en el
segundo semestre. Pero este fútbol plagado de buitres no reconoce
merecimientos. Tiene seis días para dar vuelta la página y cerrar el año
dignamente.
Mirá el Insolito penal a favor de San Lorenzo
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