ENTREVISTA. GABRIEL MACAYA, EL PROFE DE ESTUDIANTES, HIZO UN BALANCE DEL AÑO Y CONTÓ SUS OBJETIVOS PARA LA PRETEMPORADA
Destacó la intensidad en el juego y las dificultades de mantenerlo durante 95 minutos
GABRIEL MACAYA DESTACÓ QUE EN LAS PRIMERAS SEMANAS
EL FUTBOLISTA DEBE RECUPERAR UN CUERPO CASTIGADO
Por MARTIN CABRERA
El
fin de año generalmente está cargado de obligaciones. Por eso no
sorprendió que la entrevista con Gabriel Macaya se haya realizado arriba
de un auto en movimiento para ganarle tiempo al tiempo y para poder
llegar a horario al lugar indicado. Así fue y en poco más de 40 minutos
el Profe de Estudiantes realizó un balance del año, habló de la
pretemporada que se viene para el plantel y destacó la “intensidad” con
la que juega el equipo.
“La llegada de (Mauricio)
Pellegrino le incorporó mucha intensidad al juego de Estudiantes, con
una combinación del desarrollo físico y táctico, lo cual hace que el
jugador esté trabajando constantemente en alta intensidad y con ese
contexto planificamos la pretemporada”, arrancó el PF albirrojo.
-¿Cómo planifican un semestre que no saben cómo será ni cuándo empezará?
-Lo
más importante es poder adquirir en tiempo y forma el desarrollo de lo
que se pretende: ir buscando las capacidades condicionales de los
jugadores a través de un plan que se les da para que lleven adelante
durante el proceso vacacional. Después de un calendario cargado, los
jugadores tienen como primera medida realizar un proceso de
recuperación, desde el descanso hasta el tratamiento de patologías,
traumas y desajustes estructurales.
-¿En qué consiste el trabajo del futbolista en sus vacaciones?
-Primero
tiene que descansar. Es fundamental la recuperación mental, porque eso
hace que el cuerpo descanse al menos al principio.
-¿A qué se le llama descansar?
-El
jugador tiene que recrear su mente a través de los lazos familiares y
mucho más para aquellos que viven en el interior del país. En los
primeros 10 o 15 días nosotros aconsejamos que vuelvan a reunirse con
sus seres queridos para sentir el afecto y cariño por lo logrado durante
el año. Si quieren tener contacto con la pelota que sea sólo por algo
lúdico y social, no competitivo. El jugador tiene que descansar su
cuerpo después de toda la agresión que sufrió.
-¿Es igual el plan para todos los jugadores?
-Marcamos
una generalidad en cuanto a la cantidad de sumatoria de trabajos que
deberían hacer para que luego, cuando se sumen, puedan ser revaluados y
establecer una escala preventiva y de posicionamiento dentro de los
niveles físicos que traen. Los jugadores, en el período que iniciaron de
15 días, tuvieron que hacer un período de readaptación muscular,
articular y ligamentaria. Después sí irán adquiriendo la tonalidad y la
fuerza acordes al ingreso rápido al sistema de entrenamiento que tiene
Estudiantes. Y como vamos a participar en los torneos de verano tenemos
que presentarnos con los mejores niveles de condición física. El plan es
general pero los ajustes son individuales.
-¿Supervisan a qué lugar se va de vacaciones el futbolista?
-Sí,
la comunicación es permanente con los jugadores y los protegemos sobre
la elección de los lugares. Podemos ayudarlos para que la elección sea
la mejor, sobre todo diferenciando a aquellos que son solteros y los que
tienen familia con hijos.
-Estudiantes es un equipo con
tremendo rigor físico y por eso le ha costado jugar en ese alto nivel
durante 90 minutos. ¿Es un motivo más anímico que físico?
-Hasta
el técnico de River destacó la intensidad con la que juega Estudiantes.
Son los equipos adversarios los que sufren el desgaste que les provoca
nuestro conjunto y todo el tiempo que tardan en recuperarse. En cuanto a
la pregunta está muy relacionado a lo motivacional y a los resultados,
porque Estudiantes muchísimas veces terminó los partidos en campo
adversario y a lo mejor en otros defendiendo la posición de un
resultado. Presionar en toda la cancha 95 minutos hace que el jugador
corra unos 13 o 14 kilómetros en máxima intensidad.
-¿Por qué destaca intensidad?
-Porque
no es lo mismo correr 14 kilómetros al trote que al máximo. Con este
sistema el jugador se expone y lo verificamos es lo que corren a niveles
de sprint. Este tipo de desgaste lo sufre el cuerpo y por eso algunos
vaivenes.
-¿Qué partidos del año recuerda que desde lo físico el equipo haya estado muy arriba?
-Hemos
jugado varios partidos. Uno se puede quedar con la imagen de los 45
minutos finales contra Peñarol, pero está más relacionado con una
disposición del entrenador en búsqueda de un resultado. Me quedo con los
tres partidos contra River, el clásico revancha por la Copa que tuvo un
índice psicofísico altísimo y contra Newell’s en Rosario.
-Torneo de 30 equipos, viajes, posible copa... ¿Piensa en una preparación diferente?
-Si
jugás un partido por semana los tiempos permiten una rápida
recuperación. Ahora bien, si después de esos viajes tenés que ir a jugar
a Ecuador, Perú o Colombia, la cosa cambia. Pero lo más problemático es
el traslado. El viaje desgasta más que el partido, porque estás muchas
horas sin movilidad. Por eso trabajamos junto a la medicina en varios
recursos como las medias especiales para una mejor circulación.
-Si Estudiantes juega el repechaje le tocará Independiente Del Valle, a 2480 metros. ¿Qué sugiere para la adaptación?
-Esa
altura no es tan complicada como La Paz u Oruro. Al jugador hay que
explicarle que va a sentir que corre más rápido pero ingiriendo mayor
cantidad de moléculas de oxígeno. Lo más importante es agarrar ese
sincronismo que se pierde entre la pelota, el jugador y la distancia,
que es diferente al llano.
www.eldia.com.ar