Josip Broz, más conocido como el Mariscal Tito, se enamoró de Estudiantes en su estadía en Berisso.
¿Qué tiene que ver el famoso Mariscal Tito con Estudiantes? El
principal arquitecto de la segunda Yugoslavia, además ser principal
promotor del Movimiento de Países No Alineados, vivió un poco más de un
año con una identidad falsa en la ciudad Berisso y se terminó enamorando
del Pincha. Una historia, que se ha convertido en mito, que merece ser
contada.
Josip Broz nació el 7 de mayo de 1892 en la ciudad de Kumrovec,
actualmente Croacia, y con apenas 20 años fue reclutado por el Ejército
austrohúngaro, para quién peleó en la Primera Guerra Mundial. Durante la
misma fue capturado prisionero y llevado a un campo de concentración
alemán en territorio ruso, aunque al estallar la Guerra Civíl Rusa lo
deportan junto a otros prisioneros.
En Yugoslavia, Tito se afilia al Partido Comunista y genera una
actividad política en un país en plena formación. Pero en abril de 1928
se declara la ilegalidad del comunismo en dicho territorio y lo condenan
a 5 años de cárcel.
Tras las rejas logró la confianza de los guardias debido a sus
habilidades, entre otras, de electricista y plomero. Un día le permiten
ir a un bar a arreglar unas conexiones acompañado de un custodio al que
Tito, con un grupo de amigos, lo emborrachan para poder escaparse. Con
un pasaporte falso en mano se subió a un barco en Génova y, un 20 de
octubre de 1930, llegó al puerto de Buenos Aires con 38 años.
Una vez en territorio argentino Tito tenía que vivir de algo, por lo
que consiguió un puesto en uno de los frigoríficos de la ciudad de
Berisso. Su residencia era una pensión sobre la calle Nueva York de
dicha ciudad, siendo habitué del restaurant El Águila y del bar Rawson,
con el que solía hablar con un ex soldado ruso. Según se dice por las
calles berissense, Josip Broz se hacía llamar Walter.
Todos sus amigos eran compañeros del frigorífico e hinchas de
Gimnasia, al que iban a alentar en sus ratos libres. Pero Tito, lejos de
influenciarse por su entorno, se enamoró de Estudiantes. ¿Qué ocurrió?
La camiseta rayada albirroja le recordaba el club del que era hincha en
su tierra natal, el cuál luego se fusionaría con otro para dar a luz al
conocido Estrella Roja de Belgrado.
Tito no estuvo mucho en la Argentina, pero si se dio el gusto de
seguir de cerca al Estudiantes de Los Profesores. Por aquellos años el
escritor Ernesto Sábato también concurría a las tribunas pincharratas,
por lo que ambos personajes pudieron haber compartido más de un partido
en 1 y 57.
En diciembre de 1931 Tito, bajo el nombre de Walter, es deportado a
Yugoslavia acusado de ser “infiltrado marxista” y aplicándose la
polémica Ley de Residencia promulgada por el gobierno de facto de la
época.
Si bien el Mariscal no regresó nunca más en la Argentina, ya que en
su país logró convertirse en líder del Partido Comunista, formar el
único ejército guerrillero que derrotó a los nazis sin necesidad de
invasión, unificar religiones y creencias en Yugoslavia y, además, crear
una tercera posición en medio de la Guerra Fría, se dice que él nunca
se olvidó de Estudiantes.
En 1968 el Pincha realizó una gira por europea en la que el ex
jugador Manuel Ferreyra, integrante de Los Profesores, acompañó al
plantel. La leyenda dice que en ese viaje Nolo se cruzó con Tito, que lo
reconoció y le dijo: “A usted lo vi jugar muchas veces en La Plata. No
puedo olvidar a ese equipo”.
Los libros de Historia y las biografías de Josip Broz, un personaje
fundamental del siglo XX, desestiman su paso por la Argentina y casi no
se preocupan por investigarlo. Pero en Berisso su mito se agiganta con
el paso del tiempo y muchos pueden asegurar que, aquel obrero llamado
Walter que se había enamorado de Estudiantes, era el mismísimo Tito.
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